- ¿Cómo lograron superar en diseño y en costos a los competidores europeos?
- A veces cuesta entender que una empresa argentina tenga mejor tecnología que los alemanes, los austríacos y los norteamericanos, pero estamos a la vanguardia gracias a dos factores. Primero, desde hace cuatro años hemos introducido en la compañía todas las herramientas de inteligencia artificial, que utilizamos en especial para los cálculos y el diseño de las turbinas y los generadores hidroeléctricos. Segundo, tenemos un laboratorio de hidráulica, que es donde hacemos los ensayos de modelos de estas turbinas y es el más moderno del mundo. Y todo hecho en Mendoza por mendocinos.
Y con respecto a los costos, somos eficientes. Si bien la tecnología es Impsa, una parte se fabrica en nuestra planta en Mendoza y la otra en Paraguay, con un socio nuestro que se llama CIE (Consorcio de Ingeniería Electromecánica). Tenemos casi 75% de la fabricación de la turbina que es argentina y paraguaya. Si lo hiciera un competidor, el 100% vendría de afuera. Además, la EBY (Entidad Binacional Yacyretá) se ahorra dólares, porque a nosotros nos paga en pesos y a los paraguayos en guaraníes. Y estamos dando trabajo no sólo a nuestra gente, sino a muchas pymes que trabajan con Impsa.
- ¿Para qué otros proyectos, además de Yaciretá, están fabricando turbinas actualmente?
- Estamos poniendo en marcha la última de tres para un proyecto en Brasil, que se llama Colíder. Hace un par de meses ganamos la licitación para proveer el equipamiento electromecánico de la central hidroeléctrica El Tambolar, que se está haciendo en San Juan. Y hemos sido preajudicados para un proyecto completo -turbinas y generadores- para un proyecto en Malasia. Impsa, en general, hace productos para exportar. La de Yaciretá es nuestra turbina n° 200 y el 85% de ese total ha sido para exportación.
- Están bastante atareados...
- En realidad, tenemos mucha capacidad libre, pero en momentos difíciles estamos con trabajo. Igual, justos porque no somos una isla.
- Pero al trabajar con proyectos en el exterior, el dólar alto, con mano de obra local, les permite ser más competitivos…
- Esa es la parte positiva. Pero también hay una negativa: la inestabilidad en la relación inflación-dólar. Hace una semana presentamos una licitación para una central hidroeléctrica en Paquistán. Y tenemos que pensar a cuánto va a estar el dólar y cuál va a ser la inflación en los próximos años. Lo que necesitamos es estabilidad para nuestros proyectos, porque nos comprometemos hoy a una entrega dentro de cuatro años. Es una situación muy complicada.
- ¿Qué panorama ven para los próximos meses?
- Estamos trabajando muy duro, en forma conjunta, para que Portezuelo del Viento genere un derrame en la provincia. Queremos que sea con una gran participación, no de Impsa solamente, sino de toda la industria mendocina. Hemos ofrecido nuestro taller, nuestras instalaciones y centro tecnológico para entrenar a mendocinos porque se necesitan personas capacitadas en muchas especialidades para la obra. Somos la empresa que tiene mayor tecnología en la provincia y es un poco una obligación social nuestra.