-¿Cómo es un día tuyo en Potrerillos?.
-Tengo para hacer muchas cosas. Desde levantarme temprano y tomar unos mates, cortar el césped y pintar, todo lo que sean obras. Me encanta. Me tiene activo y puedo trabajar en todo: desde armar una mesa a lo que se te ocurra. No me aburro nunca. Me gusta que vaya creciendo el lugar con mis propias manos.
Juan Carlos Falcón ya es un mendocino más. Apenas conoció Mendoza y se puso la camiseta de Godoy Cruz, sabía que su lugar era éste. Acá está, viviendo al pie de la montaña y muy feliz con su nuevo proyecto. Lejos del ruido y las luces de la fama, tras su retiro del fútbol allá por 2013.
-¿Por qué elegiste quedarte en Mendoza?.
-Me enamoré de Mendoza desde el primer momento, de los paisajes, el clima y de la gente. Haber llegado a Godoy Cruz me posibilitó conocer la provincia. Fui quedándome y de a poco me gustaba cada vez más.
Soy de General Villegas, del Interior, y me gusta la tranquilidad. La última vez que estuve en Buenos Aires no me sentí cómodo y acá encontré comodidad, felicidad y alegría. Todo lo que a uno le llena en lo personal.
-¿Ya lo tenías decidido mientras jugabas?
-Sabía que algo tenía que hacer. Jugaba al fútbol pero pensaba qué actividad podía realizar. Empecé firme cuando estaba en Douglas Haig, y siempre con la mente en Mendoza. Allá me atendieron muy bien pero extrañaba la provincia. Cuando terminó el contrato en Douglas me vine a poner el pecho a las balas. Fue difícil dejar el fútbol, pero priorizaba a la familia porque en ese momento mis hijas estaban felices.
Tomé la determinación de retirarme, me quedé y empecé con nuevos proyectos, los cuales me encantan.
-Viviste en Buenos Aires, Santa Fe y México. ¿Mendoza es tu lugar en el mundo?
-Sin dudas. Después de comparar a Mendoza con muchos lugares, hasta con General Villegas, donde tengo a mi familia. Si me preguntaban dónde iba a ir luego del retiro, seguro decía mi pueblo, pero uno va tomando decisiones y viendo el lugar donde es feliz.
-¿Te costó mucho el día después?
-Sí, me costó. Es algo que yo no pensaba en su momento. De hecho podía seguir jugando porque estaba bien y tenía propuestas. Pero no me arrepiento de la decisión, porque elegí Mendoza y estaba con mi familia y la veía bien. Pensé que acá podía tener futuro y disfrutar al máximo. Hoy tengo otros desafíos y los llevo a cabo con muchas ganas.
-¿Te cansaste de todo lo que rodea al fútbol?
-Sí, y cada vez es peor. Antes era todo más sano; te ganabas las cosas por mérito propio y no habían tantos intermediarios. Nadie te presionaba. Los jugadores más grandes te aconsejaban y los chicos escuchaban. En mi última etapa pasaba lo contrario.
Era un lío y me costaba entenderlo. Esas cosas cansan y te llevan a tomar decisiones, lo sufrí bastante. Ya ni siquiera miraba programas de deportes.
Prefería salir y reunirme con la familia y amigos y ver nada.
Un paraíso al pie de la montaña
El complejo de cabañas que está construyendo Juan Carlos Falcón se llama “Mi Marca” por sus hijas Martina y Camila, a las que hoy tiene lejos y extraña. Se ubica en El Salto, Potrerillos.
El ex futbolista pone las manos y el cuerpo al proyecto, por eso está viviendo ahí, lejos de la ciudad y teniendo la montaña como único testigo.
-¿Cómo surgió armar el complejo de cabañas?
-No soy empresario, soy un humilde trabajador….jaja. Me gusta mucho la naturaleza y estar tranquilo. Me fui cruzando con mucha gente y fueron surgiendo cosas. Mendoza con respecto al turismo está muy bien y puede seguir creciendo. Tiene lugares hermosos que disfrutaba mientras estaba jugando.
Surgió la chance de comprar un lote en El Salto, Potrerillos, y no dudé. Estando en Godoy Cruz me la pasaba mucho en Potrerillos disfrutando del lugar, aun sin tener el lote. Me imaginaba hacer lo que hoy estoy armando. Es complicado pero de a poco y con esfuerzo van saliendo las cosas. Cuesta bastante pero estoy muy ilusionado y dando lo máximo. Quería quedarme y acá estoy, feliz y muy contento.
-¿Podés vivir de esto?
-Es la idea, esperemos que sí. Estoy muy esperanzado y a gusto, que es lo más importante en la vida. Hay que trabajar mucho y ojalá pueda vivir de esto por muchos años.
Ida y vuelta
El fútbol. "Es hermoso, lo mejor que me pasó en la vida. Jugar profesionalmente es muy lindo. Me quedo con todo lo bueno que conocí".
Un entrenador. "Sin dudas el mejor de todos es Marcelo Bielsa. Me hizo debutar en Vélez (1998) y en la Selección Nacional. Es un maestro. Aprendí muchas cosas de él. Transmite valores que te sirven en la vida. Tengo un gran aprecio personal, fue una bendición conocerlo".
El mejor equipo. "El Vélez campeón del '98. Había un gran plantel con jugadores humildes. Ese grupo me apuntaló en mis inicios".
La Selección argentina. "Cuando me convocó Bielsa me temblaron las piernas. No tiene comparación con nada. Fue un amistoso contra México en Los Ángeles".
Los amigos en el fútbol. "Son pocos, contados con los dedos de una mano: Marcelo Goux, Pirulo Rivarola, el Loco Cervera. Sí tengo muchos conocidos con los que me llevo bien".
Un mal recuerdo. "Pienso y no tengo malos recuerdos en el fútbol. Por ahí puede ser pelear el descenso con algunos clubes. Con Racing era complicado pero quería vivir ese desafío. Por suerte no descendí".
¿Técnico? "Ahora estoy más cerca que antes. Me gustaría trabajar con chicos y ayudarlos".