"En Laboulaye hay un pibe que la rompe", fue la frase que retumbó en el sensor imaginario de ese incansable descubridor de talentos que nutrió de cracks a Boca, River y la Selección Argentina. ¿Su nombre? Ramón Maddoni; nada menos que el descubridor de Juan Román Riquelme, Carlos Tevez y Fernando Gago fue quien llevó a Juan Francisco Brunetta a las infantiles de Boca Juniors allá por 2006. "Como era muy chico, no me quedaba fijo en la pensión. Llegaba a Buenos Aires los jueves y volvía a Laboulaye los lunes. Recuerdo que viajamos tres chicos de Córdoba y nos ficharon a los tres. Estuve tres años en la Candela y cuando pasamos a Novena quedé libre", cuenta Brunetta.
Pero el fútbol siempre da revancha. Y hoy, varios años después de aquel suceso, la figura de Godoy Cruz Antonio Tomba está en boca de todos. Y en el radar mismo de Boca y de su ídolo Juan Román Riquelme. Luego de consagrarse campeón del Sudamericano Sub23 clasificatorio para los Juegos Olímpicos de Tokio, el mediapunta o enganche del Tomba se ha convertido en un jugador imprescindible para el esquema de Mario Sciacqua. Hace poco, Marcelo Gallardo lo quiso llevar a River ("se contactaron con mi representante para saber de mi situación y también llamaron a Godoy Cruz para sondearme", reconoció) y hoy lo quiere "repatriar" Boca. No es para menos: Juan la rompió en el segundo tiempo del 0-3 de la Superliga, en la Bombonera, y volvió a brillar en la última derrota en un estadio Malvinas Argentinas totalmente vacío por la emergencia del coronavirus.
Como es habitual, en las redes sociales comenzaron a surgir comentarios que lo convirtieron en tendencia. Pero hubo dos fotos que llamaron mucho la atención en el mundo Boca. Una con la camiseta del Xeneize cuando era un nene y otra, contemporánea, junto a Juan Román Riquelme con la felicidad a flor de piel. "Fue hermoso el momento que pasé en las inferiores de Boca, aunque estuve poco tiempo. La foto mía que circuló con la camiseta de Boca es real, porque estuve dos o tres años en el club. A Riquelme lo admiro desde chico porque juego en su posición, hacía cosas que no le vi a nadie, es mi ídolo", comentó Brunetta hace unos días en una entrevista televisiva.
Brunetta nació hace 22 años (el 12 de mayo de 1997) en la localidad de Laboulaye, Córdoba. Su familia está integrada por sus padres y un hermano menor. Su primer paso en el fútbol fue Sportivo Norte de su ciudad. "En Laboulaye nos conocemos todos, es un pueblo de 20 mil personas que está al Sur de Córdoba, al límite con Santa Fe, por eso no tengo el acento cordobés. Es muy tranquilo", cuenta. Su papá es dueño de un predio de canchas de futbol sintético y su mamá vive con él aquí en Mendoza. "Ellos me ayudaron mucho. No me olvido más que estando en Boca viajábamos los jueves y el domingo a la noche nos volvíamos a mi ciudad. Los viernes tenía que faltar a clases porque, de otra manera, no podía ir a entrenar. De chiquito soy hincha de Boca. Aunque hoy defiendo los colores de Godoy Cruz y si me llaman de River no dudaría en ir porque es un club espectacular".
Los motivos por los que quedó en libertad de acción del Xeneize son los que suelen darle –equivocadamente en varios casos testigos- a la mayoría de los chicos a esa edad de pleno desarrollo. "Me dijeron que era chiquito de estatura y no tenía físico para jugar al fútbol. Sentí mucha bronca y tristeza. No pude pasar de categoría y me dejaron libre en el 2009". Eso sí, siempre contó con el inestimable apoyo de sus padres, quienes lo acompañaron desde la primera vez que viajó para probarse en el Xeneize.
Y como lo que no mata fortalece, Juan y su familia no bajaron para nada los brazos. Su próxima escala fueron las divisiones inferiores de Estudiantes de La Plata. Ya con 12 años, vivía solo en la pensión del Pincha. Sin embargo, extrañaba mucho y volvió a su pueblo. Carlos Bottegal, el coordinador general del futbol infantil de Estudiantes de La Plata, lo había llevado al Pincha, lo llamaba todos los días para tratar de convencerlo de que regresara a La Plata. No hubo caso. Juan ya había tomado la decisión de fichar para Central Córdoba de Laboulaye. Eso sí, tiempo después, Bottegal volvió a la carga para ofrecerle probar suerte en Arsenal. Y de tanto insistir, Brunetta, con 14 años, agarró viaje rumbo al Viaducto, algo de lo que no se iba a arrepentir.
Luego de pasar la prueba de Gabriel Viscovich y Walter Céspedes satisfactoriamente, comenzó en Séptima, luego subió a Sexta (con el Flaco De Luise) y en Quinta tuvo su mejor año, lo que le permitió subir a Reserva y ser dirigido por Roberto "Fito" González, un histórico goleador del Ascenso que en 2005 supo vestir la camiseta de la Asociación Atlética Luján de Cuyo, en el Argentino A. La vidriera fue tan fructífera que Sergio Rondina (el mismo DT que tiene hoy Arsenal) lo vio y tomó la decisión de convocarlo a la pretemporada con el plantel superior en junio de 2016.
Como un guiño cómplice del destino, tres días después de ser subido a la Primera de Arsenal, se enteró que iba a entrenarse con la Selección Sub 20 del "Vasco" Olarticoechea junto a Sebastián Lomónaco, ambos en Arsenal por aquel entonces y hoy juntos también en Godoy Cruz. "La sorpresa fue tal que ni mi mamá me creyó cuando le conté", explica cuando recibió el llamado de la celeste y blanca para ser parte de la lista preliminar de Argentina para los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro 2016
El 12 de septiembre de ese año, por la segunda fecha del torneo de Primera División 2016-17, llegó el debut. Fue en el Viaducto ante Atlético Tucumán, que se llevó la victoria por 3 a 1. Eso sí, Juan metió la asistencia (córner desde la derecha con rosca) para el único tanto del Arse convertido por Jonathan Bottinelli.
El 21 de agosto de 2017 su pase fue adquirido por un grupo inversor español, que decidió cederlo a préstamo a Belgrano para que siguiera fogueándose en Primera. "Cuando me tocó arrancar en Arsenal jugaba a un nivel parecido al que tengo ahora en Godoy Cruz, después en Belgrano me costó un poco", comenta cuando se le pregunta por su estadía en el Pirata, club donde vivió su primera gran tristeza: el descenso a la Primera Nacional.
"Soy enganche, pero también he jugado de mediapunta y de volante por izquierda. Me gusta mucho gambetear y patear al arco ya sea en pelota parada o en movimiento. Creo que la pegada es uno de mis fuertes, es algo que mejoré mucho con el correr del tiempo y una de las cosas que mejor hago", fue su carta de presentación cuando arribó a Godoy Cruz a cambio de un millón de dólares por el 50% del pase y un contrato por cuatro años (hasta el 30 de junio de 2023). No por nada fue la compra más cara en la historia de Godoy Cruz.
Con la camiseta del Tomba se estrenó de manera internacional y en una cita histórica. Fue el 23 de julio de 2019, en el recordado 2-2 ante Palmeiras en el Malvinas Argentinas. Ese día, al igual que todo el equipo dirigido por Lucas Bernardi (quien lo conocía de Arsenal y Belgrano), Brunetta jugó un gran partido y asistió con mucha clase al Morro García para el 1-0 de cabeza.
El resto es historia conocida. Tanto la Copa Libertadores como la Superliga que para el Expreso culminó el 8 de marzo terminaron mal, con constantes cambios de entrenadores (se fue Bernardi, asumió el Gato Oldrá y ahora está Sciacqua) y el Tomba recién pudo enderezar su pésima campaña en las últimas dos jornadas con los triunfos frente a Vélez (gol de penal para el 1-0) y Newell's, justamente con una perla de Juan.
El 2020 pinta para ser su año. En enero fue convocado por Fernando Batista para integrar la lista definitiva del seleccionado argentino Sub 23, de cara al torneo Preolímpico de Colombia 2020, en el que jugó dos partidos y potenció su confianza. "Lo de la Selección no me lo esperaba (el llamado para jugar el Preolímpico) porque fue a último momento y por la lesión de un compañero, pero me dio mucha confianza. La Selección me hizo sentir de alguna manera importante y creo que vine con otra mentalidad. Estar ahí aprendí muchísimo", expresó.
Fue allí en Colombia donde el cordobés sorprendió con otro talento oculto. Se sentó al frente de un piano que había en el hotel donde concentró el plantel albiceleste en Bucaramanga, tras el pase a los JJOO de Tokio, y mostró su costado musical. "El piano lo tocó hace 10 años. Mis padres me lo regalaron. Empecé con un profesor dos meses y después me largue sólo", explicó luego en una conferencia de prensa en Coquimbito.
Fue ahí donde Brunetta se ganó el apodo de "El Pianista". Y mientras él está en boca de todos, Godoy Cruz sueña y baila al ritmo de su compás.