Juan Aguilar: en la tierra del sol naciente

El boxeador nacido en General Alvear sumó una victoria y una derrota en su campaña en Tokio. Como campeón argentino de los medianos, integró la Selección argentina que dirigió el recordado “Paco“ Bermúdez.

Juan Aguilar: en la tierra del sol naciente

Tokio, aquella generosa ciudad en la tierra del sol naciente, ya era conocida por los fanáticos del boxeo argentino. Porque allí, Pascual Pérez, el primer mendocino en sumar una medalla de oro olímpica, también se abrazaba, ante una multitud, a la máxima corona que ofrece el campo de los rentados.

Ante las afiebradas voces de la prensa, aquel 26 de noviembre de 1954, “El pequeño Gigante”, quien también fue dorado en los Juegos de Londres 1948, ante el nipón Yoshio Shirai, en el Estadio Korakuen, tras 15 asaltos y en fallo unánime, se proclamaba como el mejor de los mosca.

Diez años después, por las mismas calles, Juan Aguilar piensa en el camino que debe recorrer para llegar al podio en la categoría de los 75 kilogramos. El integrante del equipo argentino de boxeo, que como en Roma 1960 entrena el mendocino Francisco “Paco” Bermúdez, entiende del valor de los sacrificios.

“Muchas veces nos quedámos sin electricidad y nos alumbrábamos con mecheros”, había contado en una entrevista que publicó Los Andes el alvearense que aprendió a pegarle a la bolsa en un modesto gimnasio en Bowen. Aguilar pertenecía a la escudería de Don Paco, en el mítico Mocoroa.

Desde Bowen hasta Japón
"Visteo", el grito -con voz ronca- desde el rincón; casi como una marca registrada de la escuela y de las horas de entrenamiento. En la rueda por los 32vos de final, en el debut, el sureño se enfrentó con el japonés Hitoshi Tenma; a quien superó por fallo unánime (5 a 0). "El mendocino" está en carrera.

El equipo de los Estados Unidos  presencia el combate, entre ellos un joven desconocido observa los detalles. Su nombre: Joe Frazier, revelación en los pesados y un firme candidato a una medalla luego de un debut estruendoso. Dos días antes, en el primer asalto, dejó en el camino por nocaut al ugandés George Oywello.

Juan  Aguilar ejerce la paciencia y se brinda al espectáculo; aquel hombre silencioso y de mirada punzante, de 21 años, había jugado al fútbol y también corrió en bicicleta de niño. Pero a los 14, cuando la adolescencia comienza a apurar definiciones, se decidió por el boxeo y comenzó, en la división pluma, a entrenarse en el gimnasio del  club “Kid Cachetada”; así  llamado en homenaje a Antonio Lucero (el pugilista con puños de algodón).

“Fui campeón argentino en la categoría mediano y eso me llevó a las olimpíadas de 1964”, rememoró tiempo después el alvearense durante un homenaje. La verdad es que de la mano de Don Paco, Juan  mostró progresos sorprendentes y pasó a la categoría mediano, ganándose un lugar indiscutible en la Selección argentina.

El 18 de octubre, Juan Aguilar regresó al ring con la misión de cuidarse y lograr un nuevo triunfo que lo posicione en los cuartos. La llave -caprichosamente- lo enfrentó al polaco Tedausz Walasek; un avezado boxeador que también había competido en los Juegos de Melbourne 1956 y en Roma 1960, donde ganó la medalla de plata en los medianos.

Walasek, que arrancó su campaña con un triunfo ante el australiano John Bukowski, domina sin dificultades el primer asalto. Las órdenes desde el rincón argentino no cesan, Aguilar en el centro del cuadrilátero intenta descubrir un punto vulnerable. El europeo ejerce su oficio. El fallo del combate es inexcusable, Walasek se lleva la victoria por 5 a 0. Después derrotaría al árabe Ahmed Hassan (5-0) y caería en semifinales por nocaut ante el soviético Valeri Popenchenko, para quedarse con la medalla de bronce.

Al regresar de Tokio, “Mendoza” (como lo apodó el público) se transformó en profesional y llegó medirse con Carlos Monzón y Víctor Galíndez, además de ser sparring de Nicolino Locche cuando el “Intocable” se consagró campeón en Japón.

El boxeo mendocino dijo presente en los Juegos Olímpicos

El boxeo mendocino siempre generó grandes expectativas debido a la calidad de sus púgiles. En Londres 1948 junto a Pascual Pérez (oro) viajaron Manuel Martínez y Luis Rosales como suplentes, pero no combatieron. Al igual que Cirilo Gil (operado de apendicitis).

En Melbourne 1956, hizo gala Francisco Gelabert. En Roma 1960, Francisco Bermúdez fue como técnico del equipo olímpico y Carlos Aro, en pluma, fue eliminado en segunda ronda.

A México 1968, se clasificaron Miguel García y Pedro Agüero (quedaron en primera ronda). Por su parte, Mario “Cirujano” Ortiz estuvo en Munich 1972. El sanrafaelino llegó a segunda ronda.  En tanto que el lasherino Pablo Chacón (Atlanta 1996) sumó una presea de bronce.

En Sidney 2000, Ceferino Labarda integró la selección y Daniel Brizuela fue el último olímpico en Atenas 2004, ambos perdieron en  primera vuelta.

Tenemos algo para ofrecerte

Con tu suscripción navegás sin límites, accedés a contenidos exclusivos y mucho más. ¡También podés sumar Los Andes Pass para ahorrar en cientos de comercios!

VER PROMOS DE SUSCRIPCIÓN

COMPARTIR NOTA