Una realidad que preocupa e indigna: la violencia social crece en nuestra provincia. De esto da cuenta un informe elaborado por la organización sin fines de lucro Voluntarios en Red, en el cual se contabiliza el total de fallecidos por el uso de armas de fuego, armas blancas o elementos contundentes publicados en los principales diarios de la provincia.
Durante 2014, fueron 167 las personas que perdieron la vida en estas circunstancias, 16% más que en 2013, año en el que se registraron 140 decesos. Un dato que llama la atención es que del total de los muertos, 54% son jóvenes de entre 16 y 30 años quienes están comenzando a delinear su camino.
El resto se compone en un 23% por personas entre 31 y 50 años, un 16% por víctimas de 51 o más y 5% de menores de 15, lo que se completa con casos en los que no se difundió la edad.
Para Hugo Fiorens, titular de Voluntarios en Red y psicólogo social, esta escalada de violencia se corresponde con un fenómeno conocido como anomia social.
“Ocurre cuando un gobierno pierde legitimidad y autoridad, los individuos comienzan a actuar de acuerdo a sus propias reglas y hasta, a veces, observan que la justicia por mano propia es más efectiva que la que imparte el estado”, explicó el hombre, y agregó que incluye determinadas conductas como la falta de respeto por las autoridades, no pagar los impuestos, infringir las leyes, entre otras.
Para el experto, los números del estudio son un indicador de que la sociedad ha entrado en un proceso de declive: “La violencia es el producto de un sistema político económico social que definitivamente ha fracasado”, remarcó.
Según su experiencia, esta realidad se asocia a más de 20 años de malos gobiernos. “Antes no se concebía una sociedad sin el trabajo y sin el esfuerzo, pero hoy se buscan resultados más inmediatos”, señaló el psicólogo social.
Para revertir esta situación sería necesario un profundo cambio social. “Y para poder hacer ese cambio necesitamos un gobierno que esté legitimado por la sociedad, que sea coherente entre lo que dice y lo que hace”, aseguró.
Desde Voluntarios en Red comenzaron a relevar la cantidad de personas fallecidas por este flagelo a partir de la desconfianza de las estadísticas oficiales. “Veíamos que no nos cerraban los números, por eso comenzamos a anotar los casos que salían en los principales diarios, a los que habría que sumarles aproximadamente un 30%, ya que no estamos contando aquellos que mueren en los hospitales luego de los 30 días del hecho”, indicó.
Para el titular de la ONG, los hechos de violencia afectan en mayor medida a los más jóvenes por distintos motivos, en lo que también influye la anomia social.
“En algunos casos están en una edad en las que tienen apuro de conseguir las cosas muy rápida, por lo que están tentados a cometer delitos que muchas veces terminan mal”, apuntó. “Otras veces, personas mayores se aprovechan de ellos porque son inimputables y los utilizan como carne de cañón”, añadió.
Otro dato que sobresale del informe es que la mayoría de las personas fallecidas en estas circunstancia son hombres (86%) y la menor cantidad son mujeres (10%) a los que se suman los “NN” para completar el 100%. Los meses de mayor ocurrencia de muertes fueron junio y agosto con 20 decesos, mientras que durante diciembre y julio se registró una baja con 7 fallecimientos en cada mes.
A pesar de los intentos de este diario, no se pudo entablar comunicación con ningún funcionario responsable del Ministerio de Seguridad de la provincia para dar testimonio al respecto.
Falta de carácter punitivo
Osvaldo Quiroga, padre de Matías -el joven que fue asesinado por delincuentes en 2012-, aportó su visión sobre este flagelo. “La violencia social relacionada con los robos es propia de las sociedades donde todos son derechos y ninguna obligación”, comenzó a exponer. “El que es agresor del sistema social, que rompe el pacto social de Rousseau y ve que no le pasa nada, que nadie lo descubre, que nadie lo persigue, que no va preso; va fomentando el camino de la violencia”, continuó.
Para Quiroga, esto ocurre porque a las normativas actuales se les ha quitado su carácter punitivo. “No hace falta cambiar las leyes que tenemos, sino cambiar la visión desde la óptica de la víctima”, remarcó a modo de solución. Si esto no sucede, según su visión, se llegará a una situación límite en la que cada ciudadano deberá defenderse “como pueda”.
Como una forma de ser parte de la solución trabaja en una asociación de víctimas de delitos violentos. “Arrancamos hace cuatro meses, estamos en la usina de la justicia para ver si podemos cambiar algo”, cerró.
Fallecidos en accidentes de tránsito
La organización Voluntarios en Red también lleva adelante un relevamiento sobre los fallecidos en accidentes de tránsito tomando datos de los principales medios de comunicación. Durante todo 2014, las personas que perdieron la vida de esta manera fueron 240, 3% menos de las que 248 de 2013.
En su mayoría, las víctimas de 2014 eran hombres que viajaban en auto y en segundo lugar en moto. Con respecto a las localización de los accidentes, llevan la delantera Luján, San Martín y San Rafael, mientras que lo últimos en la lista son Junín, San Carlos y La Paz.