Hemos detectado en los últimos días un hecho auspicioso que vincula a varios jóvenes y que nos parece interesante comentar.
Alumnos de quinto año del Colegio María Auxiliadora de la ciudad de Mendoza realizaron pintadas en plaza Chile dañando el espacio público.
Sin embargo luego de haber efectuado ese daño, que lamentablemente se repite en otros espacios comunitarios, procedieron a reparar lo deteriorado.
Sin duda resulta gratificante para la Ciudad de Mendoza y sus vecinos ver cómo una acción de vandalismo puede convertirse en un acto de valentía.
En nombre de la ciudadanía, el intendente Rodolfo Suárez aceptó las disculpas y les propuso participar en las tareas de refacción del Monumento a la Confraternidad Ítalo-Argentina de la Plaza Italia. Los chicos aceptaron y de lunes a viernes, concurren a trabajar en el lugar junto a preceptores, profesores y autoridades de la institución educativa a fin de devolverle la puesta en valor a un sitio tan especial para los mendocinos.
Una de las estudiantes reconoció sin subterfugios la mala acción inicial, al declarar que "dañamos la plaza Chile sin tomar conciencia de lo que hacíamos. Ni bien nos dimos cuenta del error, pedimos disculpas y aceptamos limpiarlo". Los educandos recibieron además una clase de historia sobre el monumento y prepararon un informe para presentarlo a sus docentes.
Sería muy gratificante que la actitud de estos adolescentes fuese imitada por otros muchachos de su edad, y a veces no tanto, que producen deterioros significativos en los espacios verdes que caracterizan a nuestra ciudad, y que le dan una impronta de urbe moderna, aspecto que es admirado por los miles de turistas que nos visitan, y hacen más llevadera la vida, especialmente en verano, de los habitantes capitalinos y del Gran Mendoza.
En la actualidad hay varias plazas que fueron puestas en valor y remodeladas, obras que exigieron inversiones importantes y en tal sentido es de esperar una buena respuesta de los ciudadanos al utilizarlas, pero sobre todo conservarlas y cuidarlas para el disfrute de las personas.
En el caso narrado resultó auspicioso ver a los jovencitos reparar el monumento de plaza Italia que también sufrió actos de vandalismo. Se puede apreciar cómo luego de quitar los graffitis, el arte recupera su esplendor de la mejor manera posible. Los alumnos dieron entonces el ejemplo al resto de los jóvenes para que no vuelva a pasar. Es una acción solidaria con la ciudad y sus habitantes, como lo destacó el intendente de Capital.
Muchas veces desde esta columna nos ocupamos del avance destructivo sobre una de nuestras más lindas plazas, la España, y pese a la conciencia de cuidado y actitud de vigilancia de muchos de sus vecinos, no se ha podido mantenerla en su esplendor y hoy luce muy martirizada, de manera prioritaria por muchachos que la circulan en patinetas y bicicletas acrobáticas. Mayólicas, bancos, baldosas y otros elementos de ornamentación del bonito lugar han sido castigados severamente por los golpes que les propinan los acróbatas.
La sociedad no les pide a estos chicos que arreglen los daños que causan, sino que tan solo no los intensifiquen, mientras que las autoridades deberían acelerar los tiempos para proporcionarles escenarios donde libremente pudiera realizar sus pruebas y desplazamientos.
Una especialista sobre estos lugares tan necesarios y gratos al poblador de estas latitudes, la arquitecta Cecilia Raffa, autora de una investigación sobre las plazas fundacionales, dijo al respecto: "Sobre la vandalización de las plazas, creo que sólo en comunidades altamente civilizadas se respeta el espacio público. Sin embargo, que quienes agredieron estos ‘lugares de todos’ se hayan hecho responsables de sus actos y procedieron a enmendar el daño causado, nos acerca un poco más a todos a la categoría de civilización".