Los jóvenes, el alcohol y la responsabilidad

El tema suele volver a tomar estado público cuando se producen accidentes graves de los que participan chicos que salen de los boliches. Sin embargo, en esta oportunidad la discusión se impuso como consecuencia de las declaraciones de un funcionario que manifestó la posibilidad de modificar la disposición que contempla el cierre de la taquilla para los lugares de diversión nocturna, dejando ingresar a los jóvenes después de las 2.30  horas.

Un tema que ha ganado el interés de la dirigencia política en general y que suele tener distintas derivaciones, pero la realidad marca que hay una serie de responsabilidades que parten, esencialmente, del necesario control por parte de los progenitores y del que no están exentos, por supuesto, los dueños de los locales y los funcionarios o autoridades policiales.

Cuando en 1999 comenzó la discusión de una ley de diversión nocturna, destinada a prevenir accidentes de tránsito o desmanes en la entrada y salida de los boliches, los legisladores convocaron a los distintos sectores para tener una visión clara de lo que podía sancionarse. Fueron miles los chicos que concurrieron a la Legislatura, a quienes se sumaron padres, autoridades policiales, dueños de boliches, etc.
 
Años después y como consecuencia del mantenimiento de las cifras que indicaban que en los horarios de madrugada con la salida de los lugares de diversión nocturna, era cuando se producían accidentes de tránsito de mayor gravedad y en la que participaban jóvenes. Se establecieron, entonces, topes horarios, tanto para el ingreso a esos lugares como en el expendio de bebidas alcohólicas. Paralelamente, un grupo denominado "Padres preventores" comenzó a trabajar en conjunto con la policía a los efectos de realizar controles de alcoholemia y campañas destinadas a evitar que quien conduzca el vehículo no ingiera alcohol.

Esas medidas permitieron una disminución en los accidentes de tránsito, pero ahora se plantea un nuevo inconveniente en razón de que no se trata sólo de lo que los jóvenes consumen en el interior de los boliches, sino que se profundizan con las denominadas "previas", que generan que los chicos lleguen a esos lugares habiendo bebido ya una importante cantidad de alcohol. A tal punto llegó la situación, que se plantea una iniciativa legislativa que impulsa el control de alcoholemia en el ingreso a los boliches.

Las "previas" contienen aspectos que es necesario analizar. Porque hay lugares de expendio de bebidas alcohólicas donde se reúnen los chicos para ingerir alcohol antes del ingreso a los boliches, una situación incomprensible si nos atenemos al hecho de que existe una norma legal que prohíbe la venta de alcohol después de las 23 horas. Hay acá una evidente falencia de parte de las autoridades responsables de ejercer el control. Pero mucho más preocupante es cuando se conoce que los jóvenes realizan esas previas en las casas de familia, por lo que la responsabilidad, en ese caso, es absoluta de parte de los progenitores. No debe descartarse tampoco el papel que les cabe a los dueños de los locales nocturnos, quienes muchas veces anteponen sus intereses económicos en desmedro de la seguridad de los chicos.

Bienvenidas sean todas las acciones que puedan llevarse a cabo en procura de salvaguardar la vida y la salud de los jóvenes ante los riesgos que genera la ingesta desmesurada de alcohol en los lugares de diversión nocturna. También las medidas de control llevadas a cabo por parte de las autoridades correspondientes, incluyendo aquellos lugares de expendio como los bares o minimarkets. Pero en la tabla de responsabilidades no quedan dudas de que el primer lugar le corresponde a los padres, que deben partir del diálogo permanente con los chicos y también el control correspondiente.