Asume hoy la conducción de Coviar, en medio de una profunda grieta en el seno de la institución. José Zuccardi, conoce los desafíos que le toca atravesar y asegura que la mesa está abierta para debatir y escuchar a todos los sectores.
-¿Qué es lo que se viene en Coviar a partir de mañana?
-Hoy Coviar es una herramienta muy positiva para la vitivinicultura y es una institución que nuclea, alrededor de una mesa y de un plan, a los distintos actores de la vitivinicultura: actores privados, públicos provinciales y públicos nacionales.
Estamos en un punto donde se cumple el PEVI 2020 y tenemos un año por delante para definir el Plan Estratégico Vitivinícola 2030. Hoy el papel está en blanco y ésta es la oportunidad de que todos los sectores involucrados en la vitivinicultura, públicos y privados, den su opinión y que definamos los ejes estratégicos sobre los cuales vamos a trabajar.
Una actividad tiene muchísimas más posibilidades de salir adelante y de desarrollarse cuando tiene objetivos claros y consensuados. Mi desafío es tratar de lograr las mesas de consenso para que seamos capaces de gestionar lo que queda del PEVI 2020 y a partir del 2021 comenzar con un plan renovado y ajustado a la realidad actual.
- ¿El PEVI 2020 fracasó?
No, el PEVI 2020 no fracasó. Hay que ver los hechos.
-Pero los objetivos no se cumplieron...
-Entre 2000 y 2003 fue cuando se diseñó el plan, se establecieron objetivos. Miro la vitivinicultura de 2005 y miro la vitivinicultura de 2020 y Argentina está mucho mejor posicionada en los mercados internacionales. La calidad de los vinos argentinos ha crecido exponencialmente.
Creo que hay modelos de integración que funcionaron, de hecho, el 30% del despacho nacional está en manos de una empresa que integra 5.000 productores. Se avanzó en el sentido de los objetivos pero tampoco podemos desconocer que un plan estratégico se desarrolla en un contexto económico del país. Y si tenemos que hablar de fracasos por el incumplimiento de objetivos, hemos fracasado como país. Entonces, es muy difícil, en un país que fracasa en sus metas, donde se redujo el ingreso per cápita, es muy difícil pretender que la vitivinicultura actúe como si el entorno no existiera. Lo que pasa en la vitivinicultura tiene que ver con lo que pasa en la economía argentina.
Pero realmente el avance del vino argentino en el mundo es importantísimo. Están dadas las condiciones para crecer en la medida en que tengamos las condiciones adecuadas.
-La vitivinicultura creció respecto de 2003 ¿Cuánto tuvo que ver Coviar y cuánto tuvo que ver el impulso de las nuevas inversiones que llegaron al país?
-Pretender separar y decir que esto es responsabilidad de tal o de cual es dificil. Creo que la actividad vitivinícola es una actividad diversa. Lo que hemos progresado es un mérito del conjunto de la vitivinicultura, en la cual Coviar es una parte y ha hecho determinadas acciones que han sido muy útiles. Por ejemplo: la gestión de Coviar en la determinación del vino como bebida nacional fue la piedra angular para evitar la carga de los impuestos internos, para que se desgravaran los espumantes de vinos internos, para que la Ciudad de Buenos Aires permitiera la publicidad de vino. Hay hechos que hemos gestionados entre todos, donde Coviar ha sido una mesa que ha permitido dar una visibilidad al conjunto, gestionar entre todos y eso tiene muchísima fuerza. Resumiendo la pregunta, esto es una labor conjunta de todos los actores.
-A propósito de estas acciones, una de las críticas que se le hace a Coviar es que se ha convertido en una cámara gremial de segundo grado ¿Coviar se ha metido en temas gremiales y ha desvirtuado su camino?
-Creo que Coviar ha trabajado en los temas que están vinculados a los objetivos estratégicos con los que fue creada. ¿Cómo vamos a defender el consumo de vino en Argentina si nos meten impuestos internos que son para los productos insalubres? Coviar debe defender la naturaleza del vino como parte de la cultura de los argentinos. De ninguna manera nos hemos extralimitado. Han existido los consensos unánimes para hacerlo. A los objetivos de promover el vino en el mercado argentino, el tema impositivo está vinculado. Porque si encarecemos el vino con impuestos, como si fuera un producto insalubre, sería una omisión de Coviar no haber operado en eso.
-¿Qué pretenden para esta nueva etapa?
-Yo creo que la vitivinicultura argentina tiene mucho para aportar al país en su conjunto. Cada una de las 300 millones de botellas que Argentina vende en el mundo llega con un rótulo. La botella dice el lugar de donde viene, el nombre de productor, la variedad. En la contra etiqueta siempre hay una pequeña historia sobre esto.
¿Qué producto tiene Argentina que comunique de mejor manera nuestra identidad? Se exporta muchísima soja, pero nadie sabe que se está comiendo un cerdo que se alimentó con soja argentina, ni lo sabrá. Creo que tenemos un rol que es el ingreso de divisas al país, pero también la imagen que generamos del país. Por eso necesitamos una gestión del Estado nacional que promueva la vitivinicultura. No es lo mismo poner retenciones a un producto básico y sin valor agregado que poner retenciones al vino. Y esto hay que explicarlo. Esto hay que trabajarlo en conjunto, y éstas son las cosas que nos pueden permitir generar condiciones para que en el futuro podamos exportar cada día más. Creo que los acuerdos son cruciales para eso. Porque si vamos a gestionar a la Nación y vamos con 10 voces diferentes, ¿quién va a definir cuáles son las verdaderas y cuáles no?
En cambio, si acordamos ejes estratégicos y los puntos donde vamos a trabajar, y los gestionamos adecuadamente, vamos a lograr más cosas.