El último primer día de clases (UPDC) es el festejo que está de moda entre los jóvenes que cursan 5º año del secundario. En vistas de que es la última vez que inician el ciclo lectivo escolar, los adolescentes le dedican un día especial.
De un tiempo a esta parte este festejo se ha hecho tan popular, que es casi un ritual entre los estudiantes de último año. Si bien no hay demasiados parámetros sobre cómo y qué hacer, genera polémica y preocupación entre los adultos. Es que en algunos casos se ha detectado que los egresados de 4º se reúnen en la casa de algún compañero o se van de camping o incluso alquilan un salón de fiestas para pasar la noche en vela. Durante la madrugada ingieren bebidas alcohólicas y al día siguiente, a primera hora llegan todos juntos a la escuela. Para iniciar el ciclo lectivo, llevan disfraces, aerosoles con espuma y cotillón.
El problema que se presenta en los casos que han cobrado trascendencia, es que se genera una suerte de descontrol. Se han conocido casos donde los alumnos asisten en estado de ebriedad y/o tan desvelados por la noche anterior que el primer día termina siendo una continuidad de la fiesta. Cabe aclarar, que no todos los casos son iguales, ni suceden de la misma forma en todas las escuelas.
El director General de Escuelas planteó la necesidad de que los padres se involucren con sus hijos para evitar este tipo de inconductas. José Thomas advirtió que los límites se deben colocar a tiempo y los padres no deben ser "cómplices". "Creo que eso no entra en los parámetros lógicos de casi ningún adulto, sin embargo hoy a pedido de los chicos hay una gran cantidad de adultos que ceden a estos pedidos y terminan hasta a veces haciendo rondas para cuidarlos en la noche, consiguiéndoles alcohol que va en contra del Código de Faltas", criticó en canal 9 Televida.
En este sentido, remarcó que muchos padres atienden los pedidos de sus hijos en perjuicio de estos, desatendiendo inclusive las normas sociales. "Lo que quiero trasmitir es en qué momento los adultos cambiamos lo que nosotros creemos y es lógico que está bien, por hacerle caso a un festejo de los chicos. En algún momento los grandes, para que nuestros alumnos y chicos crezcan bien, tenemos que poner límites", sostuvo.