José Octavio Bordón: "La corrupción le hizo mucho daño a la democracia"

Fue el gobernador de la renovación peronista. Impulsó decisiones y leyes claves para transformar la vitivinicultura.

José Octavio Bordón: "La corrupción le hizo mucho daño a la democracia"
José Octavio Bordón: "La corrupción le hizo mucho daño a la democracia"

-¿Cuánto daño le ha hecho la corrupción a la democracia argentina?

-Un daño muy grave no solo en términos económicos,  que ha sido multimillonario, sino también en términos de todo lo que impidió realizar. Y eso que tenemos instrumentos tecnológicos muy fuertes, no para convertir a los corruptos en honestos automáticamente, pero sí para ayudar a quienes desde el sector público o del sector privado hacen las cosas como se deben.

-¿Qué instrumentos, por ejemplo?

-En 1992, cuando llegué al Congreso como senador, presenté un proyecto de ley que pusimos en marcha en nuestra campaña presidencial y  que significa dos cosas. Primero, transparentar y poner límites a los aportes privados, que se debían depositar en el  Banco Nación. Así, un empresario puede apoyar a un candidato o a varios candidatos, si cree que así respalda la democracia. Pero siempre con límites y en forma pública.

-¿Con eso alcanza?

-Claro que no. Otro instrumento es el control de gastos de las campañas, que nosotros hicimos con una consultora internacional. Hay que saber cuánto gastó un partido en afiches, espacio en los diarios,  minutos de televisión, cuantos aviones se tomaron...

-¿Y después, cuando el candidato es funcionario?

-Hay que tener un presupuesto con resultados claros, licitaciones por Internet y un riguroso sistema de control de costo y gasto. Hoy la sociedad reclama una institucionalidad más abierta, no una sociedad de mercado, pero sí  que la competencia sea la base para que un gobierno logre una mejora social, mayor equidad, y a la vez tener información muy clara. La clave es más República, mejor República, más transparencia y mejor control ciudadano, además del control legislativo.

-¿Ve posible salir de este círculo vicioso?

- Sí, pero no creo en los salvadores éticos, que  todo el día están buscando la paja en el ojo ajeno, sino en la gente con sentimiento democrático pero con una tremenda vocación republicana y de transparencia, que cree instituciones.

-Que Cristina Kirchner no esté presa es por decisión de la Justicia o especulación electoral del Gobierno?

-Bueno, hay gente en el oficialismo que cree que les conviene competir contra alguna figura de la oposición y no contra otra. Quizás estén en lo cierto. Lo más importante es tener una propuesta de gobierno. En nuestra campaña de 1995, si bien yo era muy crítico (me obligaron a ir por fuera desde mi propio partido), no hicimos una campaña destructiva contra el gobierno, ni contra la principal fuerza de la oposición. Optamos por una propuesta superadora.

-La ética se construye también con educación. ¿Qué aportó la democracia en ese sentido?

-Argentina, junto con Uruguay siempre fueron líderes en América Latina. Pero ahora estamos estancados y en educación, el estancamiento es retroceso. Pese a los esfuerzos, no encontramos cómo dar ese salto y recuperarnos.

En su momento, con las autoridades, los gremios, los padres y los docentes demostramos que lo más importante (más allá de la alimentación de un niño desde el vientre de su madre y del buen clima cultural en los primeros años, más que el compromiso, más que el edificio, más que la computadora, más que los libros) es el director de la escuela. Su gestión es clave, por eso hay que fortalecer el rol y la autonomía de la escuela. Otro tema es el compromiso.

La educación no sólo es responsabilidad docente. Los padres no pueden desentenderse, la empresa y los medios, tampoco. Si no, la escuela y los docentes solos no podrán dar el salto cualitativo que la Argentina necesita.

-¿Qué cambió de Mendoza desde que usted fue gobernador hasta ahora?

-A Mendoza la veo mejor que la media, aunque es muy peligroso tener un optimismo ingenuo. No hay que creer que van a resolverse todos los problemas con el potencial de nuestras fincas, la voluntad de nuestra gente por trabajar, las ciudades arboladas en el medio del desierto y la capacidad de inventiva de la metalmecánica y la informática.

Tenemos problemas de exclusión, pobreza... Pero tampoco sirve ejercer una especie de federalismo quejoso, sino un federalismo de integración que nos permita darnos automaticidad,  liderando los grupos en la distribución de impuestos.

Las políticas que iniciamos en 1988 se mantienen y nos ha permitido tener una vitivinicultura que, pese a  los problemas macroeconómicos, nos hizo muy competitivos.

En turismo se empezó a trabajar en aumentar el tiempo de estadía en Mendoza, ofrecer a la provincia como gran centro de convenciones, potenciando sus  características históricas, su clima, su gente, su tradición vitivinícola. Todo eso permitió ir desarrollando un turismo de alta calidad en la provincia.

-Pregunta al embajador: Chile tiene menos recursos que Argentina, pero crece más. ¿Cuál es el secreto?

-No hay un secreto. Pero sí virtudes. Primero, una constitución limitada en tiempos de concertación. Supieron resolver progresivamente la presencia de Pinochet y sus senadores designados, hasta que en un segundo o tercer mandato lograron  cumplir con los objetivos democráticos debidos. Lo segundo fue salir del modelo tan especializado que tenía Chile, que fortalecía tres o cuatro actividades exportadoras, para importar el resto.

Entendieron que retroceder en ese momento era más peligroso y por lo tanto trataron de diseñar una política productiva y social más justa y democrática. Chile es un país que tuvo la cautela de no crecer más rápido de lo que podía y de tener fondos contra ciclos negativos (fue la propuesta de Lavagna en 2005 - 2006). Cuando llegó Piñera a cambiar cuatro gobiernos de la misma coalición, no empezó de nuevo. Hizo críticas al gobierno anterior, pero no volvió a los noventa. Ahora todos saben que el camino es lograr mayor complejidad productiva industrial y mayor valor agregado para ser más competitivos.

-¿Cuál fue la diferencia entre ser gobernador con Alfonsín y con Menem?

-Prefiero no responder sobre personas. El día que deje cualquier gestión pública me dedicaré a historiador, en la cátedra de la Universidad Nacional de Cuyo. Hablaré de los aciertos y de los errores de mi gestión y de otras gestiones sin nombre ni apellido.

Porque eso no sirve. Lo que necesitamos es aprender de los errores y construir para adelante. Además, sinceramente, hace más de 20 años abandone la vida electoral y partidaria.

-¿Cuál es entonces la principal deuda de la democracia?

-Sin dudas, no haber podido resolver los graves problemas económicos del país. Que sigamos teniendo tantos argentinos en la pobreza y la exclusión.

Sí a que el Gobernador sea reelecto una sola vez

-Creo que 4 años más de gestión no sería malo para la provincia, si mantenemos cosas importantes, como que los parientes no puedan ser inmediatamente gobernador ni vice, que cada período de Irrigación dure un poco más para mantener la política independiente del agua...

-Parece simple, pero nunca hay acuerdo.

-Uno de los peores dramas en la  Argentina es cuando la circunstancial mayoría pone el cambio institucional a su servicio y no al servicio del país. Por eso hay mayorías especiales. Por eso en Mendoza, aparte de una ley, se necesita el plebiscito de la gente.

-Tener la mayoría no es hacer lo que se quiera...

-Claro. Los cambios de reglas de una sociedad no pueden ser definidos por una mayoría circunstancial. Eso no es liderazgo democrático, sino caudillismo antirrepublicano.

“Haber privatizado Giol me enorgullece”

-Me siento orgulloso de la privatización de Giol. No todo fue perfecto. Nuestro plan de gobierno hablaba claramente que había que reconvertir la industria vitivinícola. Había que dejar de poner cada vez más  vasijas vinarias para tener más vinos de mediocre calidad que después nadie va a comprar.

-Fueron adelantados a la ola nacional de los '90.

-Nos dimos cuenta de que el Giol estatal del gobierno justicialista nació con una ley que obligaba a cooperativizar la bodega en 3 años.

-Con eso sólo no bastaba.

-No. Había que pensar en cambiar todo el modelo productivo de la vitivinicultura.

Venderle vinos buenos al mundo. No queríamos una Fecovita viviendo del Estado y mirando sólo al mercado interno. Queríamos una integración que le permitiera también llegar al mercado externo.

Perfil

Nombre y Apellido

José Octavio Bordón

Profesión

Político, sociólogo, docente universitario y consultor. Graduado en la Universidad del Salvador.

Biografía

Nació en Rosario (1945). Casado con Mónica González Gaviola. Tres hijos.

Función pública

Gobernador de la Provincia entre 1987 y 1991, senador y diputado nacional por Mendoza, ministro de Cultura y Educación de la Provincia de Buenos Aires. Embajador en EEUU. Actual embajador en Chile.

Militancia

Protagonista de la renovación peronista en los ‘80. Candidato a presidente en 1995. Perdió con Menem.

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