A minutos de bajarse del colectivo que lo llevó a Olavarría, provincia de Buenos Aires, donde junto al elenco de "Los locos Grimaldi" tiene programadas varias funciones, se da tiempo a relajarse, y mientras planea un recreo entre tanto trajín atiende el llamado de Estilo.
Auténtico, inquieto y apasionado José María Muscari vive un presente intenso. Con tres espectáculos en cartel (la obra recientemente estrenada “Secretos de la vida” y “La Casa de Bernarda Alba”), es uno de los directores y dramaturgos que triunfa en el teatro comercial.
Y aunque sus comienzos fueron en el under como hijo pródigo del parakultural, desde el año pasado decidió llevar a la calle Corrientes el clásico de Federico García Lorca, con un elenco peculiar.
"Estoy muy feliz, por lo que significa darme el lujo de llevar esta obra a escena, y que además se convierta en un clásico comercial. No hay antecedentes de esta obra o alguna de Lorca dentro del circuito comercial, y menos con un elenco estelar. Hay algo del espectáculo que el público tenía ganas de ver. Yo como director más no puedo pedir, es el sueño de cualquier creador tener una obra como la de Lorca por un buen elenco, y que acompañe el público, la crítica y la prensa", comenta a Estilo sobre la obra que se presentará mañana en el teatro Plaza.
Después de una temporada en Buenos Aires, éxito de taquilla en Mar del Plata, hace tres semanas el montaje salió de gira con un elenco renovado.
-Para vos fue un desafío trabajar con un elenco tan distinto...
-Totalmente. En conjunto con el productor Javier Faroni nos propusimos que fuera un elenco estelar, actrices conocidas por la tele y el teatro, pero que no sean actrices que uno asocia al trabajo de Lorca. Al principio fue loco pensarlas en una obra de Lorca; Norma Pons, Andrea Frigerio, Florencia Torrente no son nombres que en general asociás a ese universo. Y eso es lo más atractivo, son actrices comprometidas con mucho talento.
-¿Esta obra la pensaste para darle un protagónico a Norma Pons?
-Yo tenía una relación con Norma muy particular. Ella trascendió la categoría de actriz fetiche, para convertirse en una musa para mí. Creo que estos siete años que compartí en forma personal y profesional con tres espectáculos, me permitieron conocerla y darme cuenta que le faltaba hacer un clásico en su carrera.
Era un sueño que ella tenía pendiente, y yo tenía un enamoramiento artístico con ella. Yo siento que no me equivoqué, cumplí el sueño de ella y mío. Ahora lo está haciendo María Rosa, y cumple con las mismas características que Norma; es una actriz de oficio, que nunca tuvo oportunidad de ser cabeza de compañía, y lo está siendo ahora.
Por el otro lado, es una actriz popular, que tiene un registro que me permite hacer esa Bernarda Alba cercana al público; no por ser una obra de la literatura universal, tiene que estar lejano al espectador. Al contrario, el gran hallazgo es que todos los espectadores se identifican en los personajes.
-Con lo que significa la partida de dos personas tan cercanas, como Norma y Fabián Rodríguez, el esposo de Nazarena Vélez, ¿cómo transitás este momento después de la pérdida?
-Me apoyo en el trabajo. Esta semana es singular, el hijo de Nazarena cumple cuatro años, y yo voy acompañando el momento. La verdad, creo que el trabajo es una salvación para cualquiera, y entiendo de manera diferente las dos ausencias.
Lo que sucedió con Norma es lo natural, y se despidió de este mundo sin dolor, como que pasó de un sueño al otro. En algún aspecto si pienso la muerte desde un lugar luminoso es eso. En el caso de Fabián era una persona que estaba abajo del escenario, y era un amigo, además del ángel de la guarda del elenco. Se siente su ausencia en el trabajo.
Transgresor desde el teatro y la televisión, Muscari se mueve con soltura en la comedia y en el drama, y es parte de una generación que derribó prejuicios desde lo artístico. Lo hizo en 2012 cuando puso en el mismo escenario a Moria Casán y Sofía Gala, donde madre e hija se enamoran en la obra “3 mitades”. Sin tapujos y con los escándalos a un costado, el director porteño además tiene su lugar en la pantalla.
-¿Cómo te llevás con el ambiente de la televisión?
-Me gusta mucho la televisión, me parece una experiencia positiva. Mi paso por ShowMatch fue re positivo, por toda la controversia que generó que yo bailara con otro hombre, y Tinelli lo aceptó.
Fueron seis meses de puro disfrute. A partir de eso se abrieron un montón de posibilidades. Actualmente tengo mi programa de televisión "Muy Muscari", un programa de entrevistas.
Y tengo una relación con la televisión de mucho respeto; es un medio poderoso que descubro paso a paso. Yo estoy muy lejos de la subyugación que tiene la gente con la cámara de televisión, donde magnifica su popularidad. A mí me gusta que mi popularidad se magnifique por mi trabajo, por el resultado, no quiero ser popular por mi vida personal.
-¿Sos adicto al trabajo?
-La verdad que no, pero soy apasionado. Estrené hace un mes y medio "El secreto de la vida" y si bien uno ve el abanico de cosas que hago, dirijo dos obras, actúo en Los Grimaldi, tengo mi programa de TV, pero soy muy pragmático y también busco mucho espacio para mí.
Me doy el espacio a mis propias cosas. Soy una persona que me apasiono mucho con lo que hago, pero soy selectivo. Si bien hago muchas cosas, no hago cualquier cosa. Estoy en un momento muy explosivo de mi carrera en donde recibo un montón propuestas, pero tengo una especie de termómetro para elegir.
-¿Qué te falta hacer en teatro?
-Tengo ganas de dirigir un Shakespeare, y quiero dirigir una obra de teatro comercial y subirme yo al escenario. Es algo que nunca hice en lo comercial, lo hice en el under.
Me encantaría poder tener un programa en un canal de aire, y vivir la adrenalina de la competencia. Sé lo que significa, porque yo tengo otra filosofía, y sería un desafío. Siempre tengo asignaturas pendientes, y lo que menos me falta son ideas y ganas.
Un Lorca bajo el sello Muscari
Las críticas lo avalan, “La casa de Bernarda Alba”, versión Muscari, lleva al escenario un drama clásico de la literatura universal, que pone de manifiesto las relaciones enfermas y opresivas de una familia liderada por una déspota madre, y cómo el amor de un hombre en medio de un seno de mujeres puede ser el foco infeccioso que detone la gran tragedia.
Luego de la muerte de Norma Pons en agosto pasado, el elenco sufrió lógicas modificaciones y María Rosa Fugazot es quien interpreta a la tirana Bernarda Alba. Además Andrea Frigerio (Angustias) por Florencia Raggi, y Mariana Prommel (Magdalena) por Martina Gusmán fueron los cambios que tuvo el grupo de actrices.
Un caso particular dentro del espectáculo es la actuación de Florencia Torrente, que sorprende con su interpretación de Adela, la hermana menor del clan.
Ficha
Las críticas lo avalan, “La casa de Bernarda Alba”, versión Muscari, lleva al escenario un drama clásico de la literatura universal, que pone de manifiesto las relaciones enfermas y opresivas de una familia liderada por una déspota madre, y cómo el amor de un hombre en medio de un seno de mujeres puede ser el foco infeccioso que detone la gran tragedia.
Luego de la muerte de Norma Pons en agosto pasado, el elenco sufrió lógicas modificaciones y María Rosa Fugazot es quien interpreta a la tirana Bernarda Alba.
Además Andrea Frigerio (Angustias) por Florencia Raggi, y Mariana Prommel (Magdalena) por Martina Gusmán fueron los cambios que tuvo el grupo de actrices.
Un caso particular dentro del espectáculo es la actuación de Florencia Torrente, que sorprende con su interpretación de Adela, la hermana menor del clan.
