Este es un año intenso para el actor, dramaturgo y director de 49 años José María Muscari. Actualmente tiene cuatro obras en cartel y mientras participa en el “Bailando 2017” junto a Noelia Marzol, se las ingenia para salir de gira por las provincias.
La comedia "Casa Valentina" que lo trae a Mendoza como director y también como actor, junto a una compañía formada por Mario Pasik, Fabián Vena, Diego Ramos, Boy Olmi, Pepe Novoa, Roli Serrano, Cristina Alberó y Paula Morales, explora la temática de los "crossdressers".
El término refiere a aquellas personas a las que les gusta vestirse con ropa del sexo opuesto pero que no son homosexuales. Simplemente quieren vivir la experiencia formal de pertenecer al género opuesto.
El texto original, del reconocido actor estadounidense Harvey Fierstein se estrenó en 2014 y la adaptación de Fernando Masllorens y Federico González Del Pino se ha convertido en un éxito.
El inquieto Muscari no se conformó con reflejar la experiencia del relato de la vida real en el que se inspiró Fierstein, sino que se tomó su tiempo para investigar el tímido movimiento del crossdressing en nuestro país para darle un sello más autóctono a la propuesta.
-¿Cómo llegaste al texto de Fierstein? ¿Hubo cambios importantes en esta adaptación?
-Me la recomendó el productor Javier Faroni. Él creyó que la obra era para mí y luego trabajé sobre la adaptación. La obra me atrapó, me magnetizó y además creo que las obras a veces te eligen a vos y eso me pasó con “Casa Valentina”. Es una comedia emocional de alto contenido power. La obra fue un éxito en Londres y New York y desde que se estrenó hace un año y medio en la Argentina se solidificó su éxito.
-Tengo entendido que estudiaron el tema de los "crossdressers" argentinos. ¿Cómo se fue ensayando?
-Creo que el trabajo con estos actores fue muy sutil y profundo para sacar afuera a la mujer que tienen adentro. Desde el uso de los tacos hasta el vestuario todo fue una construcción. El fenómeno “cross” consiste en que, siendo heterosexual, se disfruta de la transformación en el sexo opuesto.
Nos reunimos con un grupo de Buenos Aires que hacen esto a escondidas de su familia, de sus parejas, de sus amigos, es como que logran ser esos alter ego solo recluyéndose. Me encanta que la obra esté basada en casos reales y creo que eso le da un contenido especial a esta comedia. La vuelve una comedia verdadera.
-¿Tuviste la libertad de elegir al personaje que querías interpretar? ¿Cómo elaboraste a Miranda?
-Tuve la libertad de elegir a Miranda. En realidad, la obra se hizo durante un año y yo solo la dirigía. En esta gira me sumé al elenco para actuar el rol y lo bueno es que tengo una visión desde fuera y al sumarme puedo estar tranquilo porque es un elenco muy sólido. Ellos me ayudaron a actuar y dejar al director de lado. Estoy feliz. Por otro lado, el personaje de Miranda es muy gracioso y muy sensible.
Es la joven debutante y eso me permite jugar con colores muy especiales desde lo actoral. El público se divierte mucho y yo también. Creo que haber visto tanto la obra me permitió crear una Miranda especial con mucha info previa y ahora actuar cada noche esta obra es una aventura total.
-¿Pudiste escuchar algunas opiniones del público sobre las impresiones de la obra?
-Si. El público ama la obra y las emociones que genera. Es muy movilizante. Es muy fuerte lo que pasa. La obra genera muchas sensaciones en el público. En el interior la gente disfruta mucho del encuentro con nosotros y los personajes. Creo que el elenco es perfecto. Ellos mezclan popularidad y prestigio. Carreras muy sólidas dedicadas a la actuación y eso el público lo valora enormemente. Para mí es un placer hacer una gira nacional y llevar un espectáculo con la escenografía, el vestuario, las luces originales.
Además de un elenco estelar, el público en el interior agradece mucho la calidad de la propuesta. Es lamentable a veces que cuando sale una obra de gira se reduzca el elenco o la concepción original del espectáculo, por suerte Casa Valentina no viene así. Es un espectáculo muy sólido y muy completo y eso la gente lo agradece mucho a la salida.
-El deseo de sentirse mujer es el corazón del relato, ¿cómo convenciste a los actores para explorar su costado femenino?
-Tuve un elenco muy inteligente. Muy capaz. Muy arriesgado y muy profesional. Todos se lanzaron a la aventura de buscar su propio costado femenino y mostrarlo, ponerlo en juego. No es un elenco que se mide en sus consecuencias. Todo lo contrario. Aquí están las dosis justas de riesgo y profesionalidad. Creo que desde el primer ensayo Fabián Vena ensaya con tacos. Roly Serrano fue comprándose bijuterie de a poco para lograr esa mujer que hace. Algunos, como Boy Olmi, ensayaban con un vestido prestado por su mujer. El proceso fue muy singular y muy minucioso. Trabajamos mucho la forma y fue apareciendo el contenido.
Diego Ramos, por ejemplo, va tres horas antes al teatro y su trabajo de maquillaje y peluquería es perfecto. Incluso estudió tutoriales en internet para lograr la estética de su personaje basándose en la belleza glamorosa de la época. Son un elenco soñado. Grandes actores, pero antes grandes personas. Un elenco que ama la obra y que logra cada noche dejar lo mejor de sí mismos en esos roles . Es una clase de teatro y de vida ver a Pepe Novoa con sus 80 años recorrer el país en tacos y pollera.
-Como Miranda, también sos un debutante en el proceso de vestirse de mujer. ¿Cómo te sentiste aquella vez que te miraste al espejo siendo ella?
-Me divirtió mucho. Siempre tuve mucho prurito con lo femenino. Si bien soy gay, nunca asocié lo gay a la idea de travestirse o de jugar con lo femenino. Sinceramente tuve que vencer mis propios prejuicios. Me gusta mi cara con barba y esto me obliga a estar con la cara afeitada continuamente, a depilarme el cuerpo, a ser maquillado cada noche. Realmente es un gran desafío y estoy feliz, porque la obra me ayudó a subir un escalón.
Como actor y como persona perderle el miedo y el prejuicio a lo diferente y entrar en la diversión que propone la obra sin tantas preguntas y cada noche cuando estoy actuando, dejo de ser yo, Muscari, para entrar en los miedos de esa debutante Miranda.
-En qué aspectos podrías decir que la obra, ambientada en los 60, puede reflejar situaciones, supersticiones, prejuicios del presente?
-En todo. Casa Valentina es un gran texto porque habla del hoy. De nosotros, de nuestros miedos, nuestros prejuicios, nuestros tabúes. La obra, de manera inteligente, abre muchas preguntas. No responde. No dice nada demagogo. Cada personaje plantea diferentes temas alrededor de su sexualidad, de la marginación, de la libertad, del miedo, de la aceptación. Y uno como espectador se identifica en ellos. Ahí empieza la magia del teatro.
Eso del show del espejo. La obra habla de todo lo que uno como persona se pregunta. Y estos personajes nos hablan de nosotros como sociedad y como seres.
-Con Bailando 2017, cuatro obras en cartel y una pareja, ¿cómo te las arreglás para encontrar un momento de creación?
-Creo que con mucha organización, puedo con todo. Creo que tengo más ideas que tiempo. Voy buscando como alquimizar mi pasión con mi vida y mis compromisos. Y mis proyectos me hacen feliz. Uno es lo que hace.
Mis obras hablan de mi pero también cada acción. Esta nota dice muchas de mis verdades. Este soy yo. Mi presente es feliz y poderoso. Pero creo que el éxito de Casa Valentina, mis obras en calle Corrientes, Falladas, Extinguidas, mi nueva propuesta under Bollywood, son cosas que me llenan el alma. Y soy un agradecido de este presente. Lo valoro enormemente y lo hago con mucho amor y compromiso y profesionalidad.
-¿Qué es lo que más odiás y amás en tus participación en Bailando 2017?
-Lo que más amo es la libertad que Tinelli y toda su producción me dan. Yo puedo hacer lo que quiero. Con Noelia armamos cada previa y cada baile con mucho intercambio de ideas. Salimos a la pista a pasarla bien y ser nosotros. Lo que más amo de bailar con ella es que es buena mina, profesional y talentosa. Amo el riesgo de esa pista.
Y lo que más odio es que para lograr resultados en la coreo debo ensayar mucho porque a diferencia de Noelia no soy bailarín y el cuerpo, la danza y el baile no es mi fuerte. Creo que lo hago con impronta personal y alegría. Pero odio no ser un virtuoso natural para la danza.
La original
"Casa Valentina", así, en castellano, es el nombre de la obra que escribió el actor y escritor Harvey Fierstein y que estrenó en Broadway en abril de 2014 y luego en Londres en setiembre del año siguiente.
Es el relato de varios hombres que se juntan en un resort neoyorquino a mediados de los años 60 para vestirse de mujeres.
En realidad, Fierstein se inspiró en lo que sucedía en esa misma época en un apartado complejo de cabañas en un pueblo montañés, llamado “Casa Susanna”.
El refugio tenía como dueños a Tito Valenti y su esposa Marie, quienes bautizaron el lugar con el nombre que Tito usaba cuando se vestía de mujer. Allí, ninguno de los hombres que visitaban la casa se definía como gay: sólo buscaban un ámbito de libertad.
Los hombres que asistían a Casa Susanna eran, en su mayoría, profesionales y estudiantes y entre sus históricas visitas había un un piloto, un contador, un bibliotecario, un farmacólogo y un editor periodístico. Y contrariamente a lo que se podría creer, el grupo se pasaba todo el fin de semana jugando juegos de mesa, tomando el té de la mediatarde y cenando con cócteles.
Por tomar el camino de cambiar su elección de género, en estos retiros de fin de semana disfuncionales se hicieron famosos Virginia Prince, quien se convirtió en una de las pioneras del movimiento transgénero en Estados Unidos y la transexual Katherine Cummings.
La ficha
"Casa Valentina"
Producción general: Javier Faroni.
Dirección: José María Muscari.
Elenco: Mario Pasik, Fabián Vena, Diego Ramos, José María Muscari, Boy Olmi, Roly Serrano, Pepe Novoa y la primerísima actriz Cristina Alberó. El elenco lo completa Paula Morales.
Cuatro funciones
Hoy, a las 21, en Teatro Roma, San Rafael.
Mañana, a las 21 y a las 23.15, en Teatro Independencia.
Domingo, a las 20, en Teatro Independencia.
Precios para el Independencia: $500 (platea baja y palcos bajos), $450 (platea alta y palcos altos), $400 (tertulia y paraíso).
Puntos de venta: boleterías de las salas; en www.1000tickets.com.ar, venta telefónica al 0810-777-8484 y en Calle Alem 22, de Ciudad.