Cada 10 de noviembre los argentinos celebramos el día de la tradición conmemorando el nacimiento de José Hernández por ser autor del "Martín Fierro". Sin embargo su obra fue mucho más que un compendio de costumbres campestres, se trató de una verdadera crítica a la sociedad de entonces. Hernández denunció la injusticia que sufrían las clases marginadas y el éxito inmediato del poema lo llevó a colocar la mirada sobre aquellos que solían ser ignorados. Para muchos se trató de un fenómeno similar al conseguido por Beecher Stowe en estados Unidos, que con "La Cabaña del Tío Tom", provocó en Norteamérica cierta piedad hacia los esclavos visualizando sus circunstancias.
Más allá de que la mayoría de los argentinos sabe quién fue Hernández hay cierto desconocimiento sobre su vida y pensamiento, fuera de lo relativo a la obra que lo inmortalizó. Por ejemplo, erróneamente algunos autores aseveran que Sarmiento, siendo presidente, pidió la cabeza de Hernández por los planteos del gaucho Martín Fierro. La realidad es que no pidió su cabeza en particular, sino que persiguió a los asesinos del General Urquiza a quienes el autor del famoso texto se unió pasando a la clandestinidad. De hecho, su animosidad con Justo José era de larga data. Hacia 1863, años antes del asesinato, escribió en "Vida del Chacho":
"La sangre de Peñaloza clama venganza, y la venganza será cumplida, sangrienta, como el hecho que la provoca, reparadora como lo exige la moral, la justicia y la humanidad ultrajada con ese cruento asesinato. La historia de los crímenes no está completa. El general Urquiza vive aún, y el general Urquiza tiene también que pagar su tributo de sangre a la ferocidad unitaria, tiene también que caer bajo el puñal de los asesinos unitarios como todos los próceres del partido federal. Tiemble ya el general Urquiza; que el puñal de los asesinos se prepara para descargarlo sobre su cuello, allí, en San José, en medio de los halagos de su familia, su sangre ha de enrojecer los salones tan frecuentados por el partido unitario".
Otro aspecto sobre Hernández que suele pasarse por alto es su interés por recuperar las Malvinas. Hacia 1869, 36 años después de la usurpación del territorio malvinenense, escribió en diario El Río de la Plata:
"... La importancia de las Islas Malvinas es incuestionable (...). Absorbidos por los intereses transitorios de la política interna, nuestros gobiernos no han pensado en velar por los altos intereses de la Nación Argentina, más allá del círculo estrecho en que se han agitado estérilmente los círculos tradicionales. Nos hallamos felizmente en una situación nueva y especial.
Los últimos treinta años han marcado la serie de grandes progresos morales y materiales. (...). La época lejana de ilusorias conquistas pasó y los americanos y los ingleses son hoy los primeros en condenar los atentados que se consumaron en otro tiempo a la sombra de sus banderas. ¿Cómo no esperar entonces que los Estados Unidos y la Inglaterra se apresuren a dar testimonio de su respeto al derecho de la Nación Argentina, reparando los perjuicios inferidos, devolviendo a su legítimo soberano el territorio usurpado?".
Hernández consideraba que realizando reclamos contundentes a Inglaterra aquél país dejaría de ocupar las Malvinas, los años dieron por tierra su esperanza y la de tantos.