La historia ya es conocida, aunque no tanto entre nosotros como en el exterior. Tras recibir su doctorado en biología molecular en 2003, José González, sueco hijo de una pareja de mendocinos que partió en exilio hacia Europa en el ’76, grabó por su cuenta un disco de canciones propias interpretadas con guitarra y voz, “Veneer”.
Inspirado tanto por artistas europeos de rock de vanguardia como por aquellos que conoció en su infancia a través de los discos de sus padres (Markama, Joao Gilberto, Beatles, Silvio Rodríguez, Mercedes Sosa), José comenzó así una vertiginosa carrera que explotó a los pocos meses de comenzar, cuando una publicidad de Sony, con miles de pelotitas de colores rebotando en cámara lenta por un pequeño pueblo, contó como acompañamiento con una versión suya de la canción “Heartbeats” (originalmente del grupo sueco The Knife).
En poco tiempo llegaron las giras por todos los continentes, presentaciones en prestigiosos programas de TV, más discos solistas o en conjunto con su banda Junip y hasta un documental basado en su vida (“The extraordinary ordinary life of José González”), premiado en el prestigioso festival Sundance.
También se involucró recientemente en la composición de la música incidental y las canciones de la banda de sonido de la película “La vida secreta de Walter Mitty”, protagonizada por Ben Stiller, y participó junto a Hot Chip, Devendra Banhart, Scissor Sisters y otros artistas en un homenaje al músico de pop experimental Arthur Russell, quien falleciera a los cuarenta años a comienzos de los ‘90.
A punto de comenzar una gira por Europa y Estados Unidos para presentar su nuevo disco, “Vestiges and Claws” -el cual será lanzado el mes próximo a través de Mute Records, la misma discográfica de gigantes como Nick Cave o Depeche Mode-, José charló con Estilo desde su hogar en Suecia acerca de grabaciones, métodos e inspiraciones de su nuevo trabajo.
Comenzamos hablando de un extraño aviso titulado: “¿Quieres alquilar tu hogar a José González para que pueda grabar su nuevo disco?”, que apareció a finales de 2011 en la revista on line norteamericana Pitchfork. En el mismo se contaba que José había mandado un mail a diferentes medios consultando por un lugar tranquilo donde pudiera componer su nuevo trabajo.
- ¿Conseguiste la casa que buscabas para componer?
- Fue todo muy loco, respondieron muchos, desde Grecia hasta Argentina, Chile, Malasia, pero en ese momento estaba como… O sea, cuando me respondió tanta gente me estresé un poco y entendí que lo más cómodo era quedarme en casa. Fue interesante probar eso, pero no lo aproveché. Finalmente hice el disco acá en Gotemburgo, parte en mi estudio y parte en mi casa. Difícil encontrar un lugar más tranquilo.
- ¿Te ponés horarios cuando estás haciendo un disco?
- Sí, estando en casa decidí tener horarios normales, o sea, parecidos a los de mis amigos y mi chica, como para estar libre cuando ellos están libres. Así que empecé a escribir y grabar en horarios de oficina.
- ¿Qué te motivó para este disco?
- Estuve juntando durante años grabaciones e ideas y cuando llegó el momento de escribir decidí hacer foco en las canciones que eran más parecidas a los dos discos anteriores. Eso fue lo que al comenzar quise hacer desde lo musical, todo el disco con sólo una guitarra, pero una vez que empecé a producirlo me fui inspirando con las grabaciones que había hecho con Junip y las de la película, y eso me llevó a meter un poco más de guitarras, percusión y voz.
- ¿Desde la discográfica te sugieren productores que hayas rechazado? Es poco común que alguien se produzca todos sus discos.
- Sí, hay varios ejemplos aunque son minoría entre los discos conocidos... Algunos que lo hacen son Shuggie Otis, The Microphones, Lenny Kravitz o Stevie Wonder, aunque él sabe tocar todo (risas). Y dentro de la electrónica por supuesto hay muchos también. Pero sí, estando de gira me he cruzado con mucha gente que mostró su interés en ese sentido, pero con la experiencia de grabaciones anteriores sentí que había aprendido bastante y que quería seguir aprendiendo, y agregando eso a que quería hacer un disco que fuera bastante similar a los dos primeros, bueno…
La razón más grande es que con los discos anteriores me di cuenta de que al hacerlo solo tomo decisiones que son totalmente propias, y al trabajar con otra gente, cada uno entra con sus ideas, sus gustos, y lo más seguro era que saliera diferente. Tenía ganas de tener el control artístico de todos los aspectos, sonido, textos y también de cuáles canciones poner y en qué orden.
- ¿Y a qué responde esta idea de que el disco nuevo suene parecido a los dos anteriores?
- Sé que podría hacer un estilo muy diferente si quisiera, pero siento que lo que conozco bien es tocar guitarra y cantar en un estilo que, si bien hay otros que lo hacen… Es ahí donde siento que encontré algo único… Si saliera a hacer rap seguramente no saldría tan bien ni sería tan interesante. Bah, interesante sería, no sé si bueno (risas).
- Dentro del formato experimental de Junip, con el último disco de esa banda buscaste acercarte un poco más a la canción tradicional, más pop. ¿Con "Vestiges..." sucedió lo mismo?
- Sí. No con todas las canciones pero sí. Con “Open book” pensé en canciones del estilo de Simon and Garfunkel o Joni Mitchell. Con “With the Ink of a Ghost” pensé en canciones que se sienten clásicas. Se puede decir pop, pero bueno, pop dentro de la tradición folk.
- Algo de eso hay en el pulso de "Every Age", que tiene ese ritmo de bombo uno-dos típico de Phil Spector en los '60…
- Sí, eso fue así, justamente en esa canción pensaba en Phil Spector y la Velvet Underground. Pero también en Mercedes Sosa: las influencias han sido variadas, cuando las escribía no pensaba demasiado en todo eso, quizá porque es un estilo que siento que conozco bastante bien.
- ¿Y con las letras?
- Fue lindo esta vez, menos trabajoso. Sumado a los de Junip es el quinto álbum que hago y la verdad es que no se hace más difícil, al contrario. Decidí escribir distintos textos dependiendo de cada canción: “Open book” habla de la pérdida de una relación amorosa, mientras que en “Every age” un poco canto como si estuviera hablando a toda la humanidad.
- A lo Lennon…
- Sí, inspirado por canciones como “Imagine”. Cuando me han invitado a tocar en eventos de beneficencia me he sentido medio raro al tocar canciones como “Heartbeats”, que son más personales, instrospectivas. Entonces pensé que sería lindo escribir una canción así. Después, en “With the ink...” para mí la misión era hacer algo poético y no tan obvio de qué se trataba, trabajé mucho con palabras e imágenes que se me cruzaban. “Leaf off” es otro texto que tiene la idea de revelar eso que a uno lo hace ser, pensando en que tenemos la habilidad de entendernos... O que podemos llegar a hacerlo.
- Es un mensaje positivo dentro de las cosas que están pasando, por ejemplo lo de Francia hace poco.
- Pienso que está totalmente dentro de esa discusión, cómo entender a otros y ver quiénes somos, comprender las ideologías que llevan a que sucedan estas cosas.
- ¿En ese sentido es una toma de posición la manera en que incorporás sonidos de otros lugares?
- Sí, es algo que empecé en “In our nature” con la canción “Killing for love”, y también un poco con “Time to send someone away”, que han sido bien variados con respecto al estilo de guitarra que tenía hasta entonces. También me inspiró mucho hacer conciertos por Suecia con Sidi Touré, de Mali. Y compartir festivales con Tinariwen, para mí eso fue muy interesante.
Canciones de este disco como “Stories we build...” o “Afterglow” fueron inspiradas por eso, pero si elegí tocar así es porque me encanta, no pretendo hablar demasiado sobre ideologías en una canción sino que para mí es más importante que la música sea abierta y que quien quiera lo pueda aprovechar.
- Con los artistas que mencionás compartís también esa tendencia de ritmos hipnóticos que siempre tuviste...
- Cuando empecé en la música fue en la adolescencia a través del blues o hardcore post rock, que no era verso-estribillo-verso sino que era algo más lineal-repetitivo con distintos riffs. Últimamente por supuesto fui sumando más y más cosas de África del Este y también por supuesto de América Latina, donde hay un montón de música más lineal y más basada en ritmos que en cambios de acordes.
- ¿Y de América Latina qué artistas te inspiraron?
- Sigo pensando en Silvio Rodríguez, Markama, Caetano Veloso, Jorge Ben Jor, Milton Nascimento, Gal Costa, pero también he empezado a descubrir a través de compilaciones nuevas canciones de distintas épocas y lugares de América Latina que me han fascinado, música de Colombia, por ejemplo.
TRABAJOS Y GIRAS
- ¿Cómo fue la experiencia de hacer música para la película?
- Fue muy lindo; justamente “With the ink...” la hice para el personaje de la película pero finalmente era demasiado melancólica. Lo pasamos muy bien, estuvimos trabajando juntos varios meses y fue una colaboración de la que aprendí mucho. Sobre todo hice música incidental; las canciones fueron escritas por otros artistas, incluso en las que canté no hice mucho, puse la voz y nada más. Pero fue una linda experiencia, tengo ganas de seguir trabajando con esto en el futuro, pero no en este momento sino cuando pueda trabajar desde casa.
- ¿Y ahora tenés ganas de empezar la gira?
- Sí, totalmente, siempre me ha gustado salir de gira. Lo que suele pasar es que hay que encontrar el balance, como comer una comida que es muy rica hasta que te cansás de comerla todos los días (risas). Esta gira va a a ser muy linda y tengo decidido hacerla bastante corta, van a ser dos días por ciudad donde voy a estar acompañado por cuatro músicos.
- ¿Y Argentina?
- Me encantaría. Lo que vamos a hacer ahora es ir por Europa y Norteamérica; somos unas diez personas y no es fácil, cuesta demasiado. Y lo que suele pasar es que si querés tocar en América Latina hay que encontrarse con sponsors de cervezas o cosas que no me atraen mucho. Voy a ver si puedo ir tocando solo.
- Mirando un poco hacia atrás, ¿qué sensación te despierta todo lo que lograste?
- Estoy muy contento. Suelo pensar que el cambio de vida fue alrededor de 2003, cuando estaba en la universidad haciendo el doctorado y pasé de eso a salir de gira. Y han sido doce años muy lindos con estos cuatro discos; he visto muchas partes del mundo, conocí un montón de gente.
Y al pensarlo como trabajo muchas veces no se siente como trabajo, es una vida privilegiada. Sí me gustaría ir a Mendoza para saludar a primos y parientes y estar con papá.
INSPIRACIÓN DE "VESTIGES AND CLAWS"
Nina Simone, "I ain't got no/ I got life" (del álbum "Black Gold", 1969). "Una canción que es inicialmente del musical 'Hair'. Hay una versión en YouTube donde se la puede ver a ella tocándola en vivo que me encanta escuchar; tiene el ritmo, la voz y un estilo que me encanta".
Nils Berg Cinemascope, "Pashto Love" (del álbum "Vocals", 2013). "Es de un grupo sueco. Me gusta el estilo, sobre todo, que invita a la tranquilidad. En todo el disco buscaron gente cantando en la red y armaron canciones sobre esas grabaciones. 'Pashto' está interpretado por un chico de Afganistán al que suelen invitar a cantar cuando tocan".
Silvio Rodríguez, "Sueño con Serpientes" (del álbum "Te doy una canción", 1975). "Escuchar las canciones de ese disco ha sido para mí parte de la infancia. Cuando empecé a tocar con Junip esa canción era una inspiración y lo sigue siendo. Creo que la primera canción del nuevo disco 'With the ink of a ghost' está influenciada por ese sonido".