“Mirá, el Bocha Ponce... ¿es Ponce?”, le preguntaba un periodista a su compañero, mientras la Argentina se entrenaba en el predio del club Everton. Al costado de una de las tres canchas, en la que corrían los sparrings, Gerardo Martino y Jorge Pautasso hablaban, se abrazaban y reían con él. José Daniel Ponce, el ex jugador de Godoy Cruz, Estudiantes, San Lorenzo, Boca y la Selección argentina, estuvo presente en el predio para recordar sus viejas épocas de jugador y hablar de su presente, alejado del fútbol en su actividad laboral.
“Me dijeron que el otro día Martino me mencionó, que habló de mí... Bueno, me acerqué para que pudiéramos hablar”, sostuvo el “Bocha”. Vestido con zapatillas, un chaleco azul y un pantalón rojo, recuerda con cariño cuando era compañero y rival del hoy entrenador de la Selección argentina.
“¿Sabés lo que jugaba Martino, nene?... Mirá que nosotros teníamos grandes jugadores en Estudiantes, esos tres diez, pero le dije que su Newell’s y él nos daban un dolor de cabeza terrible”, recordó.
Ponce hace referencia al Estudiantes campeón en el Metropolitano 1982 y el Nacional 1983, cuando Bilardo lo ponía en cancha junto a Alejandro Sabella y Marcelo Trobbiani, los “tres números diez”. No olvida, además, a Miguel Ángel Russo, quien compartía la mitad de cancha con ellos.
Pero esas viejas y gloriosas épocas como jugador quedaron en el pasado. Las recuerda con cariño, pero su presente está lejos del mundo de la pelota, al menos en su trabajo. “Trato de jugar cada vez que puedo”, confesó. Relata qué fue de su vida luego del fútbol: “Trabajé como entrenador en un equipo de la tercera aquí, en Chile. Éramos uno de los equipos con menos presupuesto. Ascienden uno o dos de cuarenta y pico.
El presidente pedía cosas imposibles”, dijo. Ante la consulta de este medio, contó que estuvo colaborando con escuelitas de fútbol, pero que ahora su vida es otra. “Después del fútbol, administré un hotel y, luego, trabajé en una empresa de minería. Manejé camiones, pero la última vez fui supervisor”, comenta Ponce, quien entre risas agregó: “Si me preguntan qué hago ahora, estoy de vacaciones”. Aquella zurda inmaculada que dio sus primeros pincelazos en el Gambarte, hace ya 20 años que vive en Chile.
Formó su familia y su vida aquí, y con la Copa América aprovechó para recordar sus viejas épocas como futbolista. Está alejado en su trabajo, pero dice que continúa jugando cada vez que puede. “El otro día hice un golazo, que se lo hacía a cualquiera: a Fillol, Scoponi, Gatti. Quizás, a Romero no, es muy alto”, relató, rodeado de público. “Tiré un córner, un compañero mío le pegó tan mal que me cayó a mí.
La enganché de tres dedos y la clavé en el segundo palo. Giré buscando a mi mujer, había ido con ella, para festejar el gol. ¿Podés creer que estaba durmiendo en el auto?”, remató, entre carcajadas.
El Bocha -dice, hoy casi sin pelo, que su apodo está muy bien puesto- aseguró que no deja de ver fútbol. Sobre esta Copa América, remarcó que los planteos de la Argentina y Chile son los que más le gustan. “Es lo más parecido a lo que nosotros jugábamos con Estudiantes”, comparó. Sobre Messi, a quien cataloga cómo un jugador “extraordinario”, dijo: “Me sorprende lo fuerte que le tiran los rivales.
Le tiran a pegar, es innecesario, eso me preocupa". Lo comparó, claro, con Diego Maradona. Ponce compartió la selección con Diego, en aquel proceso que lo llevó al Mundial de México 1986. Incluso, jugó la Copa América de 1983, en la que no logró superar la fase de grupos.
Sobre la selección de Jorge Sampaoli, una de las cuatro semifinalistas del torneo, sostuvo: "Chile es un equipo vertiginoso, que ataca mucho, por el centro, por los laterales, busca constantemente proyecciones. Tiene grandes delanteros y un medio campo muy aguerrido. Además, Alexis Sánchez está en un momento excelente".
“Con Gerardo (por Martino) compartimos la selección en 1983, yo llegaba de La Plata y él de Newell's. Compartimos mucho”, rememoró. Un rato antes, se los vio juntos en el campo de juego. Durante varios minutos, hablaron, rieron y recordaron viejas anécdotas. Sin olvidar lo que fue, el Bocha Ponce comparó esas viejas épocas con el fútbol actual. “No sé si algún equipo podría jugar con tres números diez.
Habría que ver cómo defiende”, afirmó. Discípulo de Bilardo, y defendiendo a su entrenador, se guardó para el final una reflexión. “Decían que éramos el antifútbol. Yo no sé cuántos equipos se pudieron dar el lujo de jugar con tres números diez, como hicimos en Estudiantes”, reiteró convencido.