El español José Cabrera (61) es médico psiquiatra especializado en medicina forense y es uno de los peritos presentados por la monja japonesa Kumiko Kosaka en su defensa dentro del caso Próvolo. La religiosa está imputada y detenida -con prisión domiciliaria- por episodios de abuso sexual y corrupción de chicos sordos en el instituto religioso de Carrodilla.
Cabrera llegó a Mendoza esta semana para participar de las nuevas pericias que se están realizando a los denunciantes. "Desde la orden Nuestra Señora de la Virgen del Huerto (a la que pertenece Kosaka) se contactaron conmigo para que estudie el caso de la monja. Pero la hermana general que me contactó me dijo que, más que defenderla, querían saber la verdad. Y esa frase fue la que hizo que me decidiera a aceptar", resumió el especialista español a Los Andes.
A lo largo de sus años de experiencia, Cabrera ya ha sido perito en casos de abusos sexuales eclesiásticos y siempre ha participado como perito de parte presentado por los religiosos acusados.
"Nunca acepto un caso si no creo en él. Me han pedido llegar a la verdad, porque no es solo una monja, es toda la orden, que tiene muchos colegios y muchas obras", sintetizó Cabrera.
-Pero si la verdad es que Kosaka es culpable, sería una mancha para la orden. Y una verdad que les afectaría.
-Si en el juicio se determina que ella es culpable y eso se convierte en una mancha para la orden, no se la puede destruir por completo. Hay mucho interés en que se vaya por la verdad, sea la que sea.
-¿Qué similitudes tiene el caso Próvolo con otros en los que ha trabajado?
-Cuando me contrata una orden religiosa, lo hacen para la defensa de la verdad. Tengo muchos casos de homicidio donde el abogado me contrata para defender al que ha matado. Directamente me dicen: 'quiero que defienda a mi cliente'. Pero en los casos religiosos, la frase siempre es la misma: 'Si usted ve que la verdad va contra nosotros, nos lo dice también'.
-¿Cómo tomó conocimiento del caso Próvolo?
-Mi primera noticia fue por la prensa. Esto fue cuando salió la primera foto de Kumiko esposada y con chaleco antibalas. Y esa foto fue la que marcó la iconografía de esta noticia. Las fotos de los curas -uno en silla de ruedas- fueron hasta light al lado de la foto de una monja con toquilla, esposada y chaleco.
Luego me contactaron las hermanas y mi primera reunión fue en la sede central de la orden en Roma, en marzo de este año.
-¿Con qué misión lo contrataron?
-Me propusieron como perito para que estudie a la hermana Kumiko y para hacer un chequeo psicológico y psiquiátrico de su vida, su personalidad y la veracidad de su testimonio. Eso lo escribiré en un primer informe.
El segundo informe que me pidieron es para que valore la credibilidad de las víctimas querellantes. Voy a estar presente en las cámaras Gesell durante esta semana, observando los interrogatorios que hace la pericia pública.
Empezamos el lunes y seguiremos hasta el viernes. Vamos a ver a 6 víctimas y a sus entrevistas; sólo a aquellas que son la base que ataca a Kumiko.
-¿Cuáles son los patrones comunes que se observan en quienes denuncian estos delitos contra religiosos?
-El primer punto es que la denuncia empieza en una persona y luego genera un reguero de denuncias. El punto dos es que siempre se hacen sobre hechos muy antiguos e inciden la memoria, los sentimientos y las confusiones de esos años. Y el tercer punto nuclear es que todo es subjetivo. Nadie puede demostrar nada con un informe ginecológico, por ejemplo.
-Este caso ya tenía los peritajes oficiales. ¿Por qué se están repitiendo ahora?
-Los peritajes públicos hechos en su momento fueron contestados por la defensa por ser rápidos, sin metodología, breves y basados sobre una interpretación del lenguaje de sordos que -en opinión de la defensa- no es correcta.
Aquí estamos escuchando a la intérprete, que a su vez interpreta lo que dice la niña sorda. Y allí está el núcleo del resto de las pericias que han contratado las hermanas. Hay psicólogas que han venido de afuera y son intérpretes de sordos. Ellas están analizando lo que descifra el intérprete público de lo que dice la querellante ante las preguntas. La cadena de comunicación es complicada.
Además, la versión de los intérpretes públicos en las primeras pericias no coincidió presuntamente con lo que quería decir la víctima. Eso es grave.
-Si la interpretación no es favorable para alguna de las dos partes, quien se vea afectado va a ponerla en duda siempre.
-El tribunal de Justicia lo va a tener muy difícil cuando llegue el momento. Yo no quisiera ser juez en este caso, porque los jueces van a tener que aprender lo que ocurrió allí en base a interpretaciones.
El juez no conoce lenguaje de sordos. Estamos todos en manos de la interpretación.
-¿Cuál es la clave para determinar la veracidad de lo que está diciendo un denunciante?
-Que sea coherente en el tiempo, sin cambios y que sea creíble. Algunas de las víctimas dicen que fueron violadas cuando tenían 5 años. Si eso ocurrió, hay una herida, un sangrado, un dolor; tienen que haber ido al médico.
“Los chicos confían en los intérpretes oficiales”
El abogado que acompaña a algunas de las víctimas, Oscar Barrera, se refirió también a las pericias que se desarrollan por estos días.
“Las pericias anteriores son valoradas como informes en la causa; no como pericias. Eso ya lo resolvió la Justicia de Garantías. Porque no tuvieron peritos de control ni nada”, destacó Barrera.
Además, el abogado indicó que se está haciendo todo lo posible por evitar la revictimización de los chicos. "Entendemos que estas nuevas pericias van a demostrar que aquellos primeros informes son acordes con la realidad", manifestó, y sostuvo que la misma Justicia fue quien dispuso que los chicos elijan los intérpretes.
“Los chicos que tienen intérpretes de confianza, los pueden llevar. Independientemente de eso, se propusieron los oficiales. Y como ellos no desconfían de los oficiales, no han tenido ningún problema en que actúen. Hasta acá no hay ninguna imputación a los intérpretes ni se han demostrado tergiversaciones o falsificación”, sintetizó Barrera.
Allanamientos en el Próvolo de La Plata
Luego de que en noviembre del 2016 se conocieran las denuncias por abusos sexuales en el instituto Próvolo mendocino, salieron a la luz denuncias similares en la sede de La Plata (donde el instituto tiene su otra casa en el país; y donde también estuvieron los dos sacerdotes hoy imputados y detenidos en Mendoza). Incluso la vicegobernadora de Mendoza, Laura Montero impulsó la denuncia en la ciudad bonaerense.
En La Plata se investiga la comisión de al menos 17 casos de abuso sexual a la misma cantidad de menores sordos durante la década del 90, todos previos a los casos mendocinos. Por eso, ayer a primera hora, efectivos de la Policía Federal revisaron el establecimiento ubicado en la calle 47, entre la 26 y la 25, para buscar documentación indispensable para la causa. Los dos principales acusados son Nicola Corradi y Horacio Corbacho, ambos detenidos hace casi dos años por los hechos ocurridos en el Próvolo de Luján de Cuyo.
Los allanamientos en La Plata buscaban recopilar registros fílmicos y expedientes de los denunciantes. Y, al igual que en Mendoza, se apuntará tanto a aquellos que supuestamente cometieron las vejaciones como a los que encubrieron esos actos.
A diferencia de lo ocurrido aquí, por las denuncias de abusos sexuales todavía no hay detenciones en La Plata. Según información judicial a la que accedió TN, a los más chicos los abordaban en el baño. Como en Carrodilla, la mayoría de los chicos tenía un régimen de internado.