José Basanta era un ignoto cuando llegó a la Selección de la mano de Alejandro Sabella, que lo convocó para jugar en la altura de La Paz teniendo cuenta que milita en el Monterrey de México. Y hasta le dedicaron una bandera en el partido de despedida ante Trinidad y Tobago, en el Monumental: “Basanta, traé garotos”.
Tuvo la misma malicia que aquella que le mostraron a Ariel Garcé, al que le pedían alfajores cuando Diego Maradona lo llevó a Sudáfrica. Sin embargo, lejos está el zaguero central de Tres Sargentos de tener un escenario similar al del ‘Chino’, que no jugó un minuto en tierras africanas.
De hecho, fue el reemplazante de Marcos Rojo, suspendido por acumulación de amarillas, y ratificó por qué 'Pachorra' confió en su convocatoria, por encima de Nicolás Otamendi.
En la conferencia de prensa que brindó con Javier Mascherano, Basanta aseguró que no le molestó aquel trapo que le colgaron en Núñez. “No me modifica nada lo que digan ni lo que pongan. Mi carrera siempre estuvo enfocada en dar lo mejor, a todos los clubes que llegué lo hice sin cartel, y he logrado objetivos. Cuando me llamaron de la Selección, no me conocía nadie. Pero eso me dio energías para seguir trabajando. Y a lo largo del tiempo, revertí esa situación y conseguí la fortaleza para seguir estando acá”.
Basanta reconoció que llegó a una meta que se había propuesto. “Ahora que me tocó jugar, estaba muy tranquilo. Trabajé mucho para cumplir este sueño, porque se dio, es algo histórico, pero somos conscientes de que no hemos ganado nada.
Uno se tiene que preparar cuando lo necesite el equipo, aportar lo suyo, tanto dentro o afuera, de la mejor manera. En este caso, la Selección me necesitaba y, gracias a Dios, se dio todo bien”.