Sin las luces ni los flashes de técnicos de grandes selecciones y clubes del mundo, el argentino Jorge Sampaoli forjó una carrera desde el anonimato hasta llevar a Chile a ganar la Copa América-2015, el primer título de su historia.
Sampaoli se ha identificado profundamente con Chile, país en el que logró sus triunfos más relevantes en su vida como técnico, y ahora logró un histórico título para un país acostumbrado a las frustraciones futbolísticas.
"Mi obligación está vinculada con este país y a muerte con estos jugadores", aseveró Sampaoli en rueda de prensa antes de la final, disputada este sábado.
En una sufrida final ante la Argentina de Lionel Messi, Sampaoli plantó a su equipo de igual a igual y soportó la presión de jugarse la historia ante 45.000 hinchas en el estadio Nacional de la capital chilena.
Fiel a su personalidad, Sampaoli vivió el partido a 1.000 por hora desde la orilla de la cancha, con rabiosos gritos para dar órdenes a sus jugadores y duras miradas hacia los árbitros cuando no estaba de acuerdo con un cobro.
Para los penales eligió a los hombres indicados, que convirtieron todos los penales y alcanzaron el título y un pasaje para representar a Sudamérica en la Copa Confederaciones-2017 en Rusia.
Sampaoli tomó a este grupo de jugadores a los que llamó 'Kamikazes' para evitar que Chile se quedara sin su título antes de que la Copa América cumpla 100 años de vida en 2016.
Como DT de jugadores llenos de ilusión por ganar algo para su país, Sampaoli reflotó el juego de vértigo y dominio que su mentor, su compatriota Marcelo Bielsa, le había imprimido a este mismo equipo entre el 2007 y el 2010.
Sampaoli asumió la selección chilena en diciembre de 2012, en reemplazo del también argentino Claudio Borghi (sucesor de Bielsa). Tras ello, clasificó a La Roja al Mundial de Brasil-2014 llegando a octavos de final.
Con esas experiencias cargadas de emoción, Sampaoli selló una alianza con su hinchada y sus jugadores que ahora ha honrado con un título.
- Sampaoli el obsesivo -
En cada partido, Sampaoli camina como desesperado al lado de la cancha, como tigre enjaulado. De repente da gritos, tal vez para recriminarle algo al árbitro o para dar una orden a sus jugadores. Cuando algo sale mal explota, pero cuando su equipo hace un gol, la alegría se desahoga en una corrida desenfrenada y con la mirada perdida.
Ese es Sampaoli en la cancha. Fuera de ella, analítico para opinar, alejado de la prensa, cercano a sus amigos y su familia, la mayoría en su natal Casilda.
En esta Copa América tuvo que enfrentarse a escándalos como el choque de Arturo Vidal con su lujoso auto deportivo en estado de ebriedad, o el dedo de Gonzalo Jara en el ano del uruguayo Edinson Cavani en partido de cuartos de final.
En el caso de Vidal, Sampaoli puso por delante el resultado antes de tomar alguna medida en contra del volante de Juventus, lo cual fue criticado por parte de la prensa deportiva chilena.
En el tema Jara, soportó la sanción que sacó al defensa de la Copa, y que provocó un desbarajuste en el equipo.
Pese a que la preparación de Sampaoli se ha caracterizado por un fuerte secretismo dentro del búnker de La Roja, llegar a la final flexibilizó la medida para dejar que los jugadores saludaran algunos minutos a los hinchas antes del juego.
- De los árboles a la Copa América -
La foto de Sampaoli trepado en las ramas de un árbol dando instrucciones en 1996 luego de ser expulsado en un partido de su club Alumni, de la liga casildense de fútbol, en la provincia de Santa Fe (donde nació), pasó inadvertida hasta que llevó a Universidad de Chile a su primer título internacional: la Copa Sudamericana 2011.
Con ese título, el argentino llamó la atención del fútbol internacional como un técnico con un fútbol vistoso, de gran velocidad, siempre buscando el arco contrario, aunque eso pusiera en peligro su propio rancho.
Antes de eso, Sampaoli entrenó en Perú entre 2002 y 2007 a Juan Aurich, Sports Boys, Bolognesi y Sporting Cristal, donde vivió éxitos y fracasos.
Luego fue llamado por el chileno O'Higgins donde fue despedido por malos resultados, y después saltó al Emelec de Ecuador, con el que logró el subcampeonato en el 2010.
Su ascendente carrera ha llevado a clubes de Europa a tomar interés por sus servicios, pero su compromiso con Chile hasta el Mundial de Rusia-2018 lo ha llevado a rechazar las ofertas.