Desde la Gerencia de Pucará, el reconocido establecimiento del Valle de Uco, Jorge Rodríguez analiza la actualidad del sector y, si bien reconoce que no está exento de problemas, no oculta su optimismo sobre su futuro inmediato.
-¿Cuál es la situación del sector productor de carne porcina?
-Está en pleno crecimiento. Hay algunos establecimiento nuevos, pero lo que está creciendo mucho son los ya instalados, ampliando los criaderos, instalando más madres. Es cierto que los números del año pasado no fueron muy buenos, pero las perspectivas son interesantes.
-¿Por qué no terminaban de cerrar los números?
-Es que, la eliminación de los derechos de exportación para el maíz y la reducción en el caso de la soja, junto con el levantamiento de las restricciones para comercializarlos en el exterior, provocó un incremento en los precios de estos productos, que son la base de la alimentación del cerdo.
-¿Se mantuvo recortada la diferencia entre el precio de los granos y el del cerdo en pie?
-Hasta aproximadamente setiembre-octubre del año pasado. A partir de ese momento el precio de los granos se estabilizó, y mejoró un poco el precio de la carne porcina porque aumentó la demanda, debido al incremento que tuvo el precio de la carne vacuna.
-¿Cuáles fueron los valores del cerdo en pie, antes y después de aquel cambio de tendencia?
-Estaba alrededor de los 16 o 17 pesos el kilo, y hoy -si bien hay variaciones según la zona del país- podríamos decir que está en 24 pesos el kilo vivo. Con estos precios, la ecuación cierra. Mucho más a las producciones de gran escala, que pueden diluir mucho sus costos fijos.
Pero también a los establecimientos más pequeños. Hoy los números dan como para que la producción de cerdos sea rentable.
-¿Cuál es el perfil de las nuevas inversiones en la actividad? ¿Hubo movimientos en este último año y medio?
-Se están abriendo nuevos establecimientos. Empresas avícolas de Entre Ríos, sobre todo, están empezando a producir cerdos. Esto se da en todo el mundo, la avicultura y la producción porcina van más o menos de la mano. Al mismo tiempo, los establecimientos ya instalados en la actividad, siguen creciendo. De hecho, nosotros tenemos proyectado aumentar casi un 20% el plantel de madres.
-¿Cómo evolucionó el consumo en el mercado nacional?
-En el 2003 Argentina consumía 5,27 kilos de carne de cerdo por habitante por año, con una gran participación de los fiambres. Ese volumen había variado muy poco en los años previos, porque en 1992 el país consumía 4,5 kilos. Pero el despegue vendría hacia adelante. La Asociación está proyectando un incremento mayor aun, hasta los 25 kilos por habitante y por año, en los próximos 4 o 5 años.
-¿Hubo variación en la modalidad de consumo?
-Si, hay que destacar que el gran incremento está en el consumo de carne de fresca. Antes, lo poco que se consumía en fresco, era sobre todo la costeleta. Hoy, la oferta incluye una gran variedad de cortes. Ese incremento en la demanda ha continuado este año. Si analizamos los datos del primer semestre de 2017, podemos que ver que ya estamos en 17 kilos, y estimamos que vamos a estar superándolos cuando termine el año.
-¿A qué se puede atribuir este aumento del consumo?
-En particular a la transformación de la calidad del cerdo producido en Argentina. Esto tiene que ver, por un lado, con la incorporación de nueva genética, y las mejoras que ha traído aparejadas. Junto con ello, ha crecido la producción a escala industrial en el país, en establecimientos con mucha tecnología incorporada, lo que posibilita un manejo muy preciso en términos de sanidad y nutrición, aprovechando así todo el potencial de la genética con la que se está produciendo.
Mayor volumen y mejor calidad en los productos
La producción porcina en Argentina viene creciendo en los últimos 8 ó 10 años. La incorporación de nueva genética contribuyó en buena medida a este desarrollo, según explicó el gerente de Pucará S.A., Jorge Rodríguez.
Señaló que “eso ha permitido que hoy se estén vendiendo capones vivos de 110 a 120 kilos, y antes se vendían con un peso vivo de entre 90 y 100 kilos”.
Entonces, “por un lado -indicó- esa diferencia, obviamente, ha implicado un incremento en la disponibilidad de kilos de carne en el mercado”. Pero, por otra parte, “esa genética implicó también una mejora en términos de calidad, porque permitió llegar a ese kilaje con una carne magra, como se lograba antes con menor peso”.
En cuanto a las mejoras en la calidad introducidas por la nueva genética, el gerente de Pucará S.A. precisó que la clave está en la reubicación de la grasa (el punto donde se aloja).
Explicó, en ese sentido, que “dejó de ocupar espacios intra musculares, para a la periferia del cuerpo del animal”.
Perfil
Jorge Alberto Rodríguez (66): Es ingeniero químico. Su profesión lo llevó a desempeñarse en actividades muy distintas a la que comenzaría a explorar sobre fines de la década del '70.
En esos años se sumó al desarrollo de Pucará S.A., empresa familiar que lleva adelante un sistema de ciclo completo de producción de cerdos.
Hoy es gerente de la firma, instalada en Tunuyán.