Es referente del sector en Mendoza. Lidera una de las granjas que hicieron punta en la región respecto de la incorporación de tecnología para la producción intensiva de carne de cerdo. Jorge Rodríguez, responsable del establecimiento Pucará, de Tunuyán, dialogó con Fincas y expuso en detalle la realidad de la coyuntura sectorial.
-¿Cuál es la situación de la producción porcina?
-Sigue sin demasiadas variantes; con el precio del cerdo que oscila en torno a los $ 17 el kilo vivo, puesto en frigorífico, y un maíz relativamente barato. La soja bajó un poco pero es muy difícil conseguirla a precio nuevo.
-¿Con esa relación de precios, sigue cerrando el número para los establecimientos productores?
-Sí, para el que tiene algo de tecnología incorporada los números todavía están cerrando. No sé hasta cuándo pero, al menos por ahora, aunque no tenemos una rentabilidad espectacular, sí contamos con margen.
-¿Cómo viene comportándose el consumo?
-Según datos de la Asociación Argentina de Productores de Porcinos, estamos alrededor de los 12 kilos por habitante y por año. De ese total, alrededor de tres kilos -o un poco más- se destinan a la elaboración de fiambres y el resto es, en su mayoría, carne para consumo en fresco y también chacinados frescos.
Se ha estancado el consumo de fiambres, o tal vez estén usando más carne de otras categorías vacunas, como toros de descarte, por ejemplo.
-Por el lado de la oferta, ¿ha variado el volumen de producción nacional?
-Puede ser que alguna granja haya aumentado un poco la producción, pero no tengo información de nuevos establecimientos. Había varios proyectos dando vueltas pero no sé si se han concretado.
Es que, por los últimos datos de que dispongo, para iniciar un nuevo emprendimiento hay que pensar en no menos de 10 mil dólares de costo total por hembra instalada (en un criadero intensivo), cuando en los últimos 4 o 5 años estábamos hablando de 6.000 a 7.000 dólares para un establecimiento medianamente tecnificado.
-La producción de cerdos había venido creciendo en los últimos años.
-Ha crecido por dos razones: por un lado, los establecimientos grandes que han crecido en producción y, por otro, granjas chicas que se han tecnificado. Hoy en día, una de las grandes ventajas que tiene la producción porcina nacional es que los cerdos que se están produciendo en este momento son de muy buena calidad.
-Si el próximo Gobierno nacional eliminara o redujera sustancialmente las retenciones a las exportaciones de granos, ¿podrían verse afectados los costos de alimentación en las granjas?
-Habría que ajustar costos, como hemos hecho en otros tiempos. En este momento, estamos trabajando con alimentos de primerísima calidad porque los números nos dan.
Habrá que volver a los subproductos y dejar de lado el maíz y la soja, que es lo que mayoritariamente estamos usando en este momento. Alguno puede estar utilizando sorgo, pero seguro que es de producción propia. Porque, si hay que salir a comprar hoy, por el precio que tiene el maíz con relación al sorgo, ni lo pienso y compro maíz.
-Si se modifica la dieta, ¿en qué medida se vería afectada la calidad de la carne?
-La calidad de la carne sigue siendo la misma. La única diferencia es que disminuye la velocidad de crecimiento del animal. Lo que pasa es que, cuando los números cuadran, uno no se preocupa en salir a comprar subproductos o materias primas alternativas.
-¿Cómo creen que evolucionará la demanda?
-Las perspectivas son buenas porque ha disminuido mucho el consumo de carne vacuna. Pero, hay que competir con el pollo, que está consumiéndose muchísimo. Los últimos datos que tengo es que está acercándose a los 45 kilos por habitante y por año.
-El precio del kilo de cerdo vivo es similar al del novillo, ¿también coinciden los precios al consumidor?
-Sí, pero el precio del cerdo debería ser inferior al del novillo. Porque tiene entre el 81% y el 83% de rendimiento, y el vacuno tiene el 56% y el 57% (sobre el peso del animal vivo). Entonces, a igual precio del animal vivo, el cerdo debería estar más barato en la góndola.
-¿Cree que si bajaran los precios en el canal minorista aumentaría el consumo de carne de cerdo?
-Seguro que sí. Eso ayudaría no sólo al sector productor sino, sobre todo, al consumidor. De todos modos, la gente lo compra. Todo lo que se produce se consume en el mercado interno. Como hay demanda, no hay exceso de oferta. Aun así, los precios finales sufren fluctuaciones que suelen ser muy bruscas, de una semana para otra. Pero el precio del animal vivo, como sale de la granja, no se mueve desde hace 4 ó 5 meses.
-¿Cómo ve el panorama hacia adelante?
-Creo que la producción de cerdo y pollo en Argentina puede tener un despegue mayor apenas estén dadas las condiciones para exportar. Con un gobierno previsible, confiable, con un tipo de cambio conveniente, la producción puede llegar a crecer mucho. Las perspectivas para el cerdo en la Argentina son muy buenas.
El sector productor de carne de cerdo está preparado para crecer, como van a crecer otras producciones con condiciones macroeconómicas favorables.
Se mantiene estable el costo de la alimentación
En cuanto al mercado granario, donde se negocian los insumos de mayor incidencia en los costos operativos de las granjas, Jorge Rodríguez señaló que “el precio del maíz subió un poco, porque hubo alguna expectativa cuando el Gobierno liberó un volumen relativamente importante para exportar (recordemos que mantiene restringidas las exportaciones).
Eso hizo que en los últimos quince días subiera de $ 1.010 a $ 1.100 la tonelada. Pero cuando termine de salir ese cupo para el exterior, el precio va a volver a caer. Más aún teniendo en cuenta que está entrando el grano de la cosecha nueva, que ha sido importante”.
En cuanto a la soja, el otro componente importante de la dieta, indicó que “los productores están vendiendo con cuentagotas -para poder cubrir los gastos operativos- y a las empresas que la procesan, para proveernos de soja desactivada, les cuesta conseguirla”.
