Jorge Neira: “La muerte digna debe involucrar a la familia”

Es uno de los especialistas en cuidados intensivos más destacados en el país. Su mirada de la vida, y el final de la misma.

Jorge Neira: “La muerte digna debe involucrar a la familia”
Jorge Neira: “La muerte digna debe involucrar a la familia”

En sintonía con los avances de la ciencia y el aumento de la expectativa de vida de la población, su afirmación insta alograr que la red de cuidados que requieren los adultos mayores cuya salud se encuentra en estado vulnerable, sea reforzada, actualizada y sostenida a través del tiempo.

"Una muerte digna es el proceso final de una vida digna. Como tal, debe estar a la misma altura", asegura el médico Jorge Neira (67), uno de los especialistas más importantes de Argentina dedicado a los cuidados intensivos.

A lo largo de su trayectoria, que ha merecido premios y reconocimientos por la visión humanista que aporta al universo de la medicina, Neira se ha posicionado como uno de los defensores a ultranza de la calidad de vida que merecen los adultos mayores en su última etapa.

Por eso, en su mensaje aboga para que los cuidados involucren a la familia y a un equipo de profesionales de la salud capacitados y dispuestos a dar lo mejor de sí para acompañar a las personas en este proceso.

En su paso por Mendoza, el experto participó con su visión y experiencia de un ciclo de coloquios organizados por la Academia de Intercambio y Estudios Judiciales junto a la Fundación OSDE. Luego de participar con su ponencia en la sede de la obra social, Neira compartió su punto de vista con Los Andes.

-¿A qué se llama muerte digna?

-Es el proceso final de vida, que requiere de una humanización de los cuidados intensivos.

-¿Qué implica el concepto?

-Esto requiere que los integrantes de la familia del paciente brinden el apoyo y acompañamiento necesarios, que participen en la toma de decisiones en conjunto con el criterio de los equipos de salud. También son importantes aspectos como la estancia de esa persona en el lugar adecuado y la comunicación entre el equipo de salud, las unidades de cuidados intensivos y la familia.

-¿Qué planteos éticos surgen cuando la medicina ya no puede hacer más por esa persona pero a la vez el proceso se extiende?

-Importa mucho aquí el conocimiento que la familia debe tener respecto del contexto de esa persona, sus creencias, su fe religiosa, su espiritualidad. Todo ello acompañará a la persona en su proceso de muerte. Allí es donde hay que acompañarla para que por ejemplo, no tenga ansiedad, no sienta dolor, ni falta de aire. Hay que lograr que su situación sea lo más confortable posible. Si bien muchas veces puede ocurrir que no hay más que curar, sí hay más que cuidar”.

El rol de los afectos

Neira ha sido testigo de que muchas veces las personas fallecen solas en una sala de terapia intensiva. Por eso, lejos de basarse en la sola asistencia médica de los pacientes, enfatiza en el rol de los afectos: amigos, hijos, nietos y personas que han conformado el círculo social del adulto mayor, serán los pilares que brindarán el equilibrio justo de amor y contención para lograr que el camino hacia la muerte sea lo menos doloroso posible, tanto desde el punto de vista físico como espiritual.

-¿Puede el paciente decidir dónde morir?

-El cuidado del fin de la vida debe incluir el cuidado global del paciente. Se puede ir a su casa, pero debe estar acompañado por un equipo que trabaje en conjunto con la familia.

Lejos de avalar a la eutanasia (interrupción de los métodos artificiales que mantienen con vida a una persona en el proceso hacia la muerte), Neira prefiere pensar en un sistema estatal y privado capaz de garantizar la red de atención domiciliaria adecuada para las personas en esta situación.

Para potenciar las herramientas adecuadas para el abordaje integral de los adultos mayores, el especialista prefiere apostar al fomento de los cuidadores domiciliarios y al refuerzo del sistema de salud. “El paciente debe estar en un contexto de atención que le aporte todo lo que necesita para que que su tránsito a la muerte sea lo más llevadero posible”, destaca quien además es director científico de la Unidad de Cuidados Intensivos del Sanatorio Trinidad, ubicado en Palermo, Ciudad de Buenos Aires.

De acuerdo a las estimaciones, de los pacientes que ingresan a las áreas de cuidados intensivos en el país casi un 20% tiene más de 80 años. De hecho, se estima que hacia 2050 el 25% de la población tendrá más de 75 años y presentará más enfermedades vinculadas a la vejez.

Perfil - Jorge Alberto Neira (67)

Es especialista en Medicina Intensiva y recientemente fue declarado “Personalidad Destacada en el ámbito de las Ciencias Médicas” por la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires.

Es considerado una eminencia reconocida a nivel nacional e internacional y uno de los referentes más importantes en la atención y gestión de la enfermedad trauma.

Neira, además, es el presidente de la Fundación Trauma, dedicada a la prevención y mejora de la atención de la Enfermedad Trauma.

Se trata de una organización sin fines de lucro comprometida en identificar el impacto de esta enfermedad en Argentina y proveer de información de calidad para la gestión de la atención a las personas que se encuentran en esa situación.

En 2013 fue galardonado con el premio Konex en el rubro Salud Pública.

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