Jorge Benegas, el primer carrilero

Fue un aguerrido y pulcro defensor-volante de Independiente Rivadavia en la década del ‘40. Después brilló en San Lorenzo y en el fútbol colombiano y jugó en la Selección.

Jorge Benegas, el primer carrilero
Jorge Benegas, el primer carrilero

Entre ese grupo de entrañables amigos ex jugadores, miembros de la Peña de Ex Futbolistas “Felipe Gallego”, fundada en junio de 1977 por José Pepe Guirao y el propio Gallego, que desde hace años se reúnen diariamente en la céntrica confitería del ACA de la Av. San Martín, surge inconfundible la señera y distinguida presencia de Jorge Benegas, una de las glorias más grandes del fútbol mendocino de todos los tiempos que alcanzó proyección nacional e internacional.

“El Coco” su apodo de toda la vida, “El Mariscal” como se lo identificó después del retiro en homenaje a la calidad y prestancia de su juego, “Don Jorge” como se lo nombra ahora con encendida admiración y respeto, es casi a los 90 años –que cumplirá en abril de 2013 (10-4-23)– el último símbolo viviente de una época única e inolvidable en las canchas argentinas.

Los días de “El Coco” hoy, en su hogar del Barrio Cementista de Las Heras, además de con su eterna juventud cuentan con el mensaje de amor y el cuidado de su hermosa familia: su esposa María Rosa Degarbo (83), sus hijos María Cristina (64), Jorge Oscar (58) Carlos Damián (41) y la feliz compañía de sus cuatro nietos: Jorge Germán, Andrés Julián, Natalia Lucía y el recién llegado al mundo Benjamín Manuel.

Se lo recuerda desde su función de defensor-volante, back central o half como se decía en aquellos tiempos, por derecha o por izquierda con la misma pulcritud y eficacia, durante su paso por Independiente Rivadavia (1944-1946), San Lorenzo de Almagro (1947-1949 y 1955-1957), Independiente Santa Fe (1949 -1950), Millonarios (1951-1953) e Independiente de Medellín (1954) –estos tres últimos de Colombia–, Huracán de Parque Patricios (1958), Copetonas (1959-1960) de la ciudad del mismo nombre a 30 kilómetros de Tres Arroyos –adonde viajaba los sábados a las 8 de la mañana para jugar el día domingo tras 12 horas de viaje en tren y regresar el lunes bien temprano a Buenos Aires–, Fray Luis Beltrán (1961-1962) –donde le compraron el pase con un Chevrolet modelo 47 en muy buen estado– y Gutiérrez Sport Club (1963), con apenas un partido en la primera para hacerle un favor al entrenador José Ufano. Allí, a los 40 años, le sonó la campana de la dura y honrosa despedida, después de 19 temporadas ininterrumpidas en el círculo máximo.

Aquellos colores Azules de la infancia y la adolescencia, los mismos que lució su padre Francisco “Pancho” Benegas entre 1917-1932, lo marcaron para siempre. Fue mascota de la Lepra con apenas 2 años de edad y después de los 9 vivió en la casa que luego fue del canchero, en la época de don Evaristo Torres, sobre la Av. Boulogne Sur Mer, cuando su padre ocupó el cargo de intendente y secretario administrativo. Lejanos tiempos compartidos con el estudio en las escuelas Videla Correa y Olegario V. Andrade de la Quinta y Sexta sección, hasta que la familia se estableció en Coronel Plaza y 25 de Mayo donde se fundó el club 9 de Julio, que luego tuvo su sede y su cancha de piso de mosaico en la calle Eusebio Blanco, donde aprendió a jugar al básquetbol y al tenis de mesa.

Futbolísticamente se inició en una sexta división y tras un largo recorrido debutó en la reserva la tarde la desgraciada lesión que le costó la vida al arquero titular de la Lepra Herminio Lodi el 20 de setiembre de 1942, por lo que Independiente se retiró durante un campeonato y medio de la competencia oficial de la Liga Mendocina.

El esperado debut en la primera llegó a los 21 años, el 14 de mayo de 1944 en un partido contra Nacional-Vélez Sársfield-Pacífico en reemplazo del titular Barraquero, que se había lesionado en la época que el chileno Ponce había colgado los botines. En la temporada siguiente obtuvo su primer título de campeón en aquella inolvidable formación de Isuani; Luis Bolognesi y Benegas; Coloccini, Baglione y Bartolucci; Figueroa, Rodríguez, Gumilla, Arturo López y Belmonte. Un año después hizo las valijas y partió a la conquista de Buenos Aires.

"El Dorado"

En las dos etapas de su paso por su querido San Lorenzo de Almagro, donde completó 115 partidos sin marcar goles, y del orgullo de haber pisado tantas veces el viejo y desaparecido Gasómetro de la Av. La Plata que está en vías de su reparación histórica, se recuerda una formación de 1947 con Blazina; Vanzini y Basso; Benegas, Grecco y Colombo; Imbellone, Farro, Pontoni, Martino y Silva, o aquella otra del subcampeón de 1957 con Carrillo; Pizarro e Iñigo; Martina, Reynoso y Benegas; Boggio, Herrera, Ruiz, Sanfilippo y Cigna.

“El Coco” Benegas también fue protagonista de la espectacular época del fútbol colombiano que se conoció bajo el nombre de “El Dorado”, que estaba regido por la Dimayor, un organismo que no se encontraba afiliado a la FIFA, al que se incorporaron varios de los futbolistas de mayor renombre de la Argentina y que lo hicieron en condición de jugadores libres luego de la huelga de fines de 1948. Nómina que encabezó Adolfo Pedernera en 1949 –que incluso trabajó como entrenador– y que continuó con Alfredo Di Stéfano, Néstor Raúl Rossi, Julio Cozzi, Jorge Benegas, Antonio Báez, René Pontoni, Perucca, Mario Fernández. Mientras muestra dos gruesas carpetas que contienen recortes de diarios y revistas, fotos en blanco y negro y la edición en la que aparece en la tapa de la revista El Gráfico, don Jorge evoca con nostalgia su paso por el poderoso Millonarios, que se conoció como el Ballet Azul y que llegó a ganarle al Real Madrid en la inauguración del Santiago Bernabeu en España.

“Fueron cinco años maravillosos en aquel país, donde la gente nos idolatró. De San Lorenzo fuimos con Pontoni, Perucca y Fernández y firmamos para el Independiente Santa Fe de Bogotá. A fines de 1951 se produjo un vaciamiento y pasé a Millonarios, también de la capital, donde estaban ‘La Saeta Rubia’ (Di Stéfano), ‘La Voz’ (Pipo Rossi), el arquero Cozzi y Antonio Báez, un ocho que fue uno de los mejores compañeros que tuve en toda mi carrera y donde también jugaba otro mendocino, Alfredo Castillo, bajo la dirección de don Adolfo (por Pedernera), que manejaba todo. Cuando en 1954 Colombia se afilió a la FIFA se acabó el sueño de ‘El Dorado’ y regresé a San Lorenzo”.

La Selección

Su trayectoria se engalana aún mucho más tras su paso por la Selección Argentina, donde completó varios partidos de nivel internacional desde el momento de su debut el 24-6-56 en el triunfo 1 a 0 sobre Italia con gol del “Beto” Norberto Conde en el estadio de River Plate, en aquel equipo dirigido por Guillermo Stábile y formado por Rogelio Antonio Domínguez; Pedro Rodolfo Dellacha y Federico Vairo; Juan Carlos Giménez, el “Nene” Héctor Guidi y Jorge Benegas; Sansone, Norberto Conde, Humberto Dionisio Maschio, Angel Amadeo Labruna (luego Ernesto Grillo) y Osvaldo Cruz. Con posterioridad fue convocado nuevamente el 1-7-56 a la edición ese año de la Copa del Atlántico, que se le ganó 2 a 1 a Uruguay en Montevideo con 2 conquistas de Grillo, el 15-8-56 en Asunción por la Copa Chevallier Boutell, donde se venció 1 a 0 a Paraguay tanto de Conde y el éxito del 19-8-56 en el amistoso contra Checoslovaquia con gol de Angelillo en el Viejo Gasómetro.

Finalmente y como un digno broche de oro con la Celeste y Blanca, integró aquel equipo que se conoció como los “Carasucias de Lima” y que ganó de manera brillante el Campeonato Sudamericano de Lima, que se desarrolló en Perú entre el 7 de marzo y el 6 de abril de 1957, donde explotaron el “Bocha” Humberto Dionisio Maschio (Racing Club), Antonio Valentín Angelillo (Boca Júniors) y el “Pelado” Enrique Omar Sívori (River Plate).

Aunque para don Jorge “el mejor de todos fue el ‘Loco’ Corbatta (Racing Club) por su habilidad y picardía, que después del partido que se le ganó 3 a 0 a Brasil agarró la pelota y la tiró a la tribuna, donde la gente que nos había silbado todo el partido terminó aplaudiéndonos de pie”.

Tenemos algo para ofrecerte

Con tu suscripción navegás sin límites, accedés a contenidos exclusivos y mucho más. ¡También podés sumar Los Andes Pass para ahorrar en cientos de comercios!

VER PROMOS DE SUSCRIPCIÓN

COMPARTIR NOTA