A Jorge Barón, vicerrector de la Universidad Nacional de Cuyo, le toca cumplir por estos días una apretada agenda, ya que tiene que remplazar en sus funciones al rector Daniel Pizzi, quien se encuentra de misión en España. De todas formas, pudo hacerse un "huequito" para participar del Ciclo de Encuentros que organiza Los Andes, en esta segunda edición sobre Educación.
Bien dispuesto, amable y cálido, abrió las puertas de su oficina para responder a todas las preguntas. Tan enfocado se mostró que hasta olvidó tomarse su mate cocido, el que luego degustó frío.
Satisfecho con lo logrado durante su mandato -que culmina en agosto del año que viene-, hizo hincapié en el “cambio de paradigma” que están llevando adelante en la UNCuyo. Para él, las profesiones del futuro no sólo vendrán de la mano de la tecnología sino también desde lo humanístico, para mejorar la calidad de vida de la sociedad.
-¿Cómo se está adaptando la universidad a los vertiginosos cambios que impulsa la tecnología?
-Fundamentalmente lo que ha cambiado es que la información hoy está más accesible, de mejor o de peor calidad, pero hay más de lo que podemos leer. En este contexto lo que se pretende es cambiar la manera de enseñar: lo que queremos es que el joven aprenda a buscar esa información de manera sistemática, crítica y que pueda evaluar la calidad, así como chequearla.
-¿Hay avances concretos en este sentido?
-Hay ordenanzas que están aprobadas por el Consejo Superior que plantean una manera distinta de enseñanza-aprendizaje que están más centradas en el estudiante; hasta ahora estaba centrada en lo que el profesional tenía que saber.
Uno de esos cambios es la orientación hacia las competencias: queremos que el estudiante adquiera, aprenda y practique competencias que le van a servir en su vida profesional y diaria. Por ejemplo, que un ingeniero aprenda competencias comunicacionales que tradicionalmente no tenía: cómo hablar en público o dar un discurso.
Otro aspecto en el que avanzamos es hacia un sistema de créditos que está orientado a tener movilidad horizontal: que si después de un año de estudiar una ingeniería el alumno quiere cambiar, se pueda mover de “costado” y que le sirva lo que aprendió.
-¿Se están incorporando nuevas materias en las carreras?
-Sí, otra innovación fuerte es la incorporación de espacios curriculares novedosos. Uno de ellos es la incorporación de actividades deportivas y recreativas. Queremos que todos los estudiantes tengan alguna actividad física con un enfoque muy claro: estamos tratando de formar personas.
Si sólo formamos buenos profesionales, nos quedamos cortos; queremos que tengan formación integral y buena calidad de vida. Otra incorporación fundamental es el inglés y un espacio curricular que se llama Práctica Social Educativa, para que todos los estudiantes en sus últimos años lleven adelante una práctica en algún ámbito social.
-¿Cómo se implementarán estas modificaciones?
-Este nuevo paradigma educativo en la UNCuyo es de aplicación gradual. Hemos dispuesto que a medida que se vayan renovando los planes de estudios, que es algo lento en la universidad pública, se vaya incorporando. Por ejemplo, se renovó el plan de estudios de Derecho y se incorporaron estos espacios curriculares.
-¿Cuáles son para usted las carreras del futuro?
-Medidas desde la demanda de las empresas de los sectores productivos, claramente son todas las carreras relacionadas con la tecnología, como informática, generación de software, ingeniería en computación y en general muchas que tienen que ver con el sector productivo, como ingeniería industrial.
Pero también pienso que desde el punto de vista más humano y holístico tenemos mucho trabajo por hacer. Creo que hay un horizonte muy fuerte de crecimiento para todas las carreras sociales, que tienen que ver con la relación entre personas e instituciones y la garantía y efectivo ejercicio de los derechos, porque tenemos que apuntar a una mejor calidad de vida y no viene sólo del lado tecnológico.
-¿Se ha pensado en establecer un cupo de ingreso en las carreras?
-Yo no creo mucho en los sistemas de cupo porque requieren una planificación que en nuestro país todavía no tenemos, aunque espero que algún día la tengamos. Por otro lado, porque frustra muchas vocaciones. Yo creo más bien en mantener abiertas todas las carreras e incentivar alguna necesidad concreta con algún tipo de beca.
-En los últimos años sumaron ocho carreras nuevas: ¿tienen en mente incorporar alguna más?
-Sí. Hay algunas deudas históricas, como Psicología, que la universidad tenía en la Facultad de Antropología que fue cerrada durante el gobierno militar y nunca la recuperamos. En ese sentido hay una propuesta presentada. También una carrera de Danza, entre otras.
-¿Cómo evalúan la relación ingresantes-egresados?
-En nuestras carreras de grado en el país esa relación es relativamente baja, está en el orden del 25%. En nuestra universidad está un poco mejor: estamos en más del 30% pero todavía es bajo.
-¿En qué trabajan para mejorar esa relación?
-En diversos frentes. Uno es tratar que en el ingreso haya un real entendimiento de a dónde se está ingresando y cómo, por lo que es necesario una interfase con la escuela secundaria. También tenemos un programa de seguimiento tratando de discernir las problemáticas de cada carrera y sectores.
A priori se piensa que el problema es económico, pero en muchos casos no es sólo eso. Además hay cuestiones de movilidad, por lo que estamos trabajando muy fuerte en territorialización.
Una mirada personal
-¿Por qué decidió postularse para vicerrector?
-Soy profesor en la facultad de Ingeniería desde hace más de 20 años y docente de toda la vida, pero siempre tuve alguna inclinación por la gestión, por formar grupos humanos. De hecho ya me había presentado a decano de Ingeniería y no gané. En 2013 se aprobó el voto directo.
Paralelamente se armó un grupo de gente en la universidad llamado Interclaustro en el que participan personas de varios sectores: políticos y gente como yo, que no soy de ningún sector político; de hecho me considero independiente. Me invitaron, tuvimos una interna y finalmente terminamos en una fórmula con el rector Pizzi.
-¿Cuál es su función en el gobierno universitario?
-Además del voto directo otra de las cosas que cambió es el rol del vicerrector: antes era remplazar al rector cuando no estuviera, pero hoy en día al gobierno lo llevamos en conjunto.
Hay ciertas áreas que maneja más el rector, otra que manejo más yo. Pizzi es un excelente gestor de fondos, y eso lo hace muy bien. Yo tengo un perfil más académico y de investigación, nos complementamos bastante.
-¿Piensa en la reelección?
-Para mí estar hoy en el vicerrectorado es todo un desafío y ha sido una linda etapa que terminaremos el 16 de agosto de 2018. Hoy estamos muy centrados en la gestión, pero la posibilidad está.
Perfil
Jorge Barón estudió Ingeniería Química en la Universidad de San Juan y fue becado para terminar en el Instituto Balseiro (Bariloche), donde se graduó de Ingeniero Nuclear en 1981.
Es Doctor en Ingeniería Industrial por la Universidad Politécnica de Madrid (1990) y Doctor en Ingeniería Nuclear por el Instituto Balseiro (2003).
Es docente/investigador categoría I en la Facultad de Ingeniería de la UNCuyo, y ha dirigido diversos proyectos en temas de energía nuclear y de energías alternativas, además de investigación en Ciencias de la Tierra. Está casado desde hace casi 40 años, tiene tres hijos (María, Gabriela y Francisco) y tres nietos.
