Johnny Orozco: "Si el hombre no tiene fantasías, no tiene realidad”

"Louis Armstrong's Memorial Medal" es el nombre del largometraje en el que debuta como director de cine el legendario jazzista mendocino Juan Bautista "Johnny" Orozco y con el que rememora, alternando  ficción y documental, la trayectoria como capitán de la también legendaria New Orleans Jazz Band, la primera agrupación argentina en tocar en escenarios emblemáticos de la cuna del jazz estadounidense.

El docu-ficción, una especie de bitácora de memorias ficcionalizadas filmada en formato video digital, se verá mañana en una función exclusiva para periodistas en el Golf Club.

Es el resultado de un proyecto de recopilación de información de la historia de la New Orleans que primero se caldeó como libro y a lo largo de cuatro años fue transformándose en largometraje.

Hace dos años, el mismo Johnny había confesado en una entrevista: "Empecé a escribir un libro con el propósito de contar esta historia de la agrupación y en ese proceso las imágenes se fueron imponiendo. En el fondo, lo que realmente quería hacer era una película".

"Louis Armstrong's Memorial Medal" recorre 44 años, desde 1977 hasta 2011. Está relatado en primera persona por el mismo Johnny, que actúa y toca, con una cámara que vuelve sobre los mismos espacios que atestiguaron el paso de la banda por las ciudades de Nueva York, Nueva Orleans y Mendoza, con imágenes aggiornadas con la música de la banda.

Y con el certificado de calificación y exhibición ya aprobado por parte del Incaa, la cinta está lista para iniciar su recorrido por las salas.


-Claro. Sin duda la visita a la casa de Lucille, la esposa de Armstrong, quien nos entregó justamente la medalla que le da nombre a la película.

Johnny Orozco es intransigente con respecto a la posición de los artistas. Al final de la entrevista, agregó: "Nunca he tocado para que la gente coma o baile, porque no soy bufón de nadie, porque al músico hay que respetarlo. Y si el músico no demanda su lugar, y abdica al mismísimo costo de la necesidad, es su puto problema. Yo no abdiqué y no voy a abdicar jamás. Porque me considero digno".
 
Esa dignidad, entereza y defensa de principios, recorren el discurso en off de la historia de este viaje musical de tiempo y espacio, con el jazz como único y vital motor de propulsión de un sueño hecho realidad: el de tocar en los templos emblemáticos del género. "Si el hombre no tiene fantasías, no tiene realidad", concluyó Johnny. Y tiene razón.