La primera película que Jodie Foster dirigió se trataba de una madre soltera criando a su hijo. Su más reciente proyecto detrás de cámara también se trata de una madre soltera, pero en esta ocasión una que está criando a su hija.
Para un episodio de la serie de Netflix Black Mirror, Foster tuvo que indagar profundamente en las dinámicas entre madres e hijas con el fin de contar la historia de una mamá que se siente tan ansiosa por su hija que recurre a una sofisticada herramienta de vigilancia.
Foster, cuyo debut como directora llegó con Little Man Tate en 1991, es madre de dos varones por lo que trató de revisar cómo es su interacción con su propia madre así como el tira y afloja que esto implica. Es diferente con los niños, dice.
“Cuando crías a un hombre estás maravillada por lo diferentes que son”, dijo. “Es tan increíble lo diferentes que son en cada aspecto, no sólo lo físico sino cómo piensan. Es muy fácil comprender que están separados de ti. Pero no es tan fácil, creo, con las hijas”.
El episodio de Black Mirror titulado ArkAngel es parte de la cuarta temporada de la serie creada por Charlie Brooker sobre la ansiedad que provoca el mundo moderno. El episodio de Foster es protagonizado por Rosemarie DeWitt, actriz de La La Land y Mad Men.
DeWitt, quien tiene dos hijas pequeñas, interpreta a la madre que lidia con las implicaciones del espionaje sobre su hija a medida que crece hasta convertirse en mujer. La actriz ríe al recordar “una suave tensión” en el set.
Foster, es reconocida por películas como El silencio de los inocentes, Inside Man y Acusados.
“Por momentos sentía que Jodie estaba apoyando a la hija y que yo trataba de apoyarme a mí misma. Así que existía algo combustible”, dijo DeWitt. “Es una relación muy fuerte la que hay entre madres e hijas”.
El guión de Brooker intrigó a ambas mujeres por sus dilemas éticos y sus personajes complejos. Foster dijo que compara la serie con The Twilight Zone, pues tiene giros y reacciones humanas desastrosas ante la tecnología.
“De alguna manera la tecnología ha avanzado más rápido que nuestra ética y la habilidad para comprender el monstruo que hemos creado”, dijo Foster. “La tecnología es como una especie de licuadora, un objeto inanimado que no tiene sentimientos, no tiene un punto de vista, es benigno. Simplemente hace lo que le pedimos que hiciera y ésa es la parte de la que tenemos que tener cuidado”.
Foster, estrella de películas como El silencio de los inocentes, Inside Man y Acusados, dijo que se sintió atraída por Netflix después de descubrir que en Hollywood sólo se apoya a las cintas de grandes franquicias. "El verdadero discurso está en el streaming ahora", dijo.
El episodio es la primera ocasión que Foster y DeWitt trabajan juntas y Foster dijo que su protagonista "simplemente habita un personaje de una manera que se siente completa y totalmente real".
Por su parte DeWitt dijo que tener una actriz galardonada con el Oscar convertida en directora como su guía fue un poco complicado. "Nunca podría decir '¡pero esto es difícil Jodie!' porque ella lo ha hecho en La habitación del pánico y lo ha hecho un millón de veces".