Fue una de las primeras entrevistas que diario Los Andes realizó a un político mendocino con proyección nacional en julio de 1925.
El reportaje fue hecho al doctor Joaquín Sayanca, un destacado hombre de las leyes y un político que por aquel tiempo intentaba imponerse frente a la fuerza del lencinismo, al mando de un Carlos W. Lencinas que hacía poco había visto intervenido su gobierno desde el Ejecutivo nacional de Marcelo T. de Alvear.
Es interesante destacar que el periodista Ricardo Álvarez fue quien interrogó a Sayanca y el encargado de escribir la nota.
¿Quién fue Sayanca?
El nombre de Joaquín Sayanca tal vez sea poco conocido actualmente, pero fue un personaje muy influyente en el país a principios del siglo XX.
Este gran jurisconsulto nació en Mendoza el 18 de julio de 1868, donde cursó sus estudios primarios y secundarios. Luego, a la edad de 17 años, partió hacia Buenos Aires para estudiar abogacía.
El 24 de mayo de 1891 recibió de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de la Capital Federal el título de doctor en Jurisprudencia. De regreso a nuestra provincia, fue designado, sucesivamente, fiscal general, juez del crimen y juez en lo civil.
Desde 1896 hasta 1904 se desempeñó en el Superior Tribunal de Justicia de Corrientes, nombrándosele poco después presidente de ese tribunal.
Mientras formaba parte de la Convención Constituyente desde 1903 a 1904, se le designó vocal de la Suprema Corte de Justicia de Mendoza, de la que fue presidente hasta 1909, en que resultó electo diputado de la Legislatura provincial por el término de tres años.
Durante la gobernación de Rufino Ortega (hijo) estuvo al frente de la cartera de Hacienda –desde abril de 1912 hasta marzo de 1914–. Desde esa fecha fue vocal de la Suprema Corte de Justicia de Mendoza.
En setiembre de 1924, el doctor Sayanca fue designado por el Poder Ejecutivo nacional vocal de la Cámara Civil Primera de Apelaciones de la Capital Federal.
Cuatro años después renunció a ese cargo para aceptar la candidatura a la gobernación de Mendoza, que le fue ofrecida por el Partido Radical Antipersonalista y varios centros de esta ciudad, pero debido a algunas disensiones renunció a la candidatura.
De regreso a la Ciudad de Buenos Aires, fue designado fiscal de la Cámara Civil Segunda, cargo del que se retiró invocando el beneficio de la ley 4.226. Por decreto de este año, el Poder Ejecutivo de la Nación le concedió la jubilación.
Falleció en la ciudad de Buenos Aires el 10 de setiembre de 1938.
Se puede asegurar que es una de las primeras entrevistas hechas por un periodista de Los Andes a un político mendocino.
La nota fue publicada el lunes 18 de julio de 1925 y tenía como título: "El Dr. Sayanca hace declaraciones para Los Andes".
A continuación, reproducimos parte de esta entrevista de indudable valor histórico.
La primera entrevista
En su alojamiento entrevistamos ayer al doctor Joaquín Sayanca. Momentos antes había sido proclamado candidato a gobernador de la Provincia.
Requerimos su impresión sobre el momento político de Mendoza.
“Aunque hace ya más de un mes, creo, que ha autorizado a núcleos de políticos, industriales independientes a promover un frente único a base de mi nombre contra el lencinismo –nos dijo–, la verdad es que yo he seguido hasta hace muy poco ocupándome exclusivamente de mis tareas judiciales en la Capital Federal, no habiendo renunciado desde el primer momento a mi cargo allí porque no lo creí necesario desde que la razón de implicancia no puede ser otra que la influencia que desde el cargo público pueda ejercerse sobre el electorado”.
“Renuncié para venir a aceptar la candidatura proclamada hoy; pero entretanto no estoy en condiciones, por lo que dejo manifestado, de formar criterio acabado sobre el momento político de la provincia, como no sea lo ya manifestado públicamente hoy aceptando la candidatura”.
–¿Qué hay de verdad en la presunción de que su candidatura ha sido generada por la presidencia de la República y de que será sostenida por la intervención federal por todos los medios imaginables?
–El doctor Alvear –dijo el doctor Sayanca– no sólo no ha insinuado mi candidatura, sino que ni siquiera me ha pedido que la acepte; ni yo fui a darle cuenta de tales ofrecimientos. Han sido aquellos núcleos que, con mi conocimiento, fueron a manifestarle sus propósitos y aspiraciones, y el presidente –“que no hace ni deshace candidaturas”– no pudo decir que le parecía esto mal desde que ligándonos vieja amistad, tiene seguramente de mí una opinión favorable, como lo demuestra el hecho de haberme llevado a un cargo judicial allá. Esto es todo. En cuanto al señor comisionado nacional, lo conceptúo, convencidamente, un digno intérprete de la voluntad presidencial que estoy seguro no puede ser otra que la de cumplir correctamente con la ley de intervención a esta provincia.
–¿Cree usted que la fuerza política que ha lanzado su candidatura posee la suficiente potencia para concurrir, en poco tiempo más, a los comicios, con probabilidades inequívocas de éxito?
–Porque creo en la posibilidad del triunfo es que he respondido a la invitación de venir a aceptar, en acto público, la candidatura, para lo que he renunciado a mi cargo allá, y al respecto me refiero a lo ya dicho en mi discurso de hoy.
–¿En qué sentido podría interesar a su candidatura una inteligencia entre el radicalismo antipersonalista y el personalista
–El propósito de unificación es amplio, y, claro, muy interesante todo lo que tienda a su mejor realización; ni nada debe de ser imposible en estas cosas para el patriotismo y para las exigencias ciudadanas.
–¿Qué concepto le merece a usted la conducta de la intervención desde el doble punto de vista institucional y político?
–Excelente.
–Aparte de estas y de las declaraciones formuladas en su discurso de candidato, ¿desearía usted agregar algunas otras?
–Agradezco de veras la oportunidad que tan gentilmente se me brinda, pero hoy no tengo tiempo de aprovecharla.
El desenlace
Posteriormente a este artículo, el doctor Sayanca renunció a la candidatura a gobernador de nuestra provincia y prontamente regresó a la ciudad de Buenos Aires.
Dato curioso
El doctor Sayanca, además de ser un jurista, tenía una gran inclinación por la música. Entre otras cosas, contribuyó con eruditos estudios bibliográficos, conferencias o artículos para los medios a la divulgación de artistas eminentes, sobre todo maestros músicos compositores.
Cuando en Mendoza se celebró el centenario del natalicio de Verdi, en 1913, el doctor Sayanca escribió un meduloso ensayo sobre su vida y obra, a través de los tres modos o épocas del difundido compositor Italiano.