No quedó claro en qué momento se descarriló la conversación con Joaquin Phoenix, suponiendo que alguna vez estuvo encarrilada, para empezar. Pero ahora me estaba vapuleando como un gato hace rebotar a su presa entre sus garras, antes de devorarla.
Fue mi observación extraviada de que probablemente se sostenía en los roles emocionalmente retorcidos todo el tiempo que él deseaba, lo que hizo que Phoenix retrocediera en su asiento como si fuera Tony Montana, a punto de descargarse con un subordinado incompetente.
"¿Seguro?", me preguntó con voz sarcástica y seca. "Qué bueno. Muchas gracias. Es fabuloso. Estaba preocupado". Luego sonrió con una mueca y se rio, para hacerme saber que era una broma.
Si vas a hacer un filme sobre un loco homicida con maquillaje de payaso, también podrías conseguir un actor que irradie un bajo nivel de amenaza. Últimamente, Phoenix se instaló en una serie de filmes sobre solitarios, asesinos y asesinos solitarios que le permitieron hurgar en las profundidades de la experiencia humana.
Mientras no se puede decir adónde lo llevarán sus desvaríos creativos, hubiera parecido seguro predecir que un filme de alto perfil basado en una propiedad intelectual del estudio no estuviera en algún punto de ese itinerario.
Pero aquí está, protagonista en "Guasón", un personaje sórdido y la historia posible de origen para su perpetua némesis, Batman. El filme dirigido por Todd Phillips -que se estrena en la Argentina el jueves 3 de octubre y que viene de ganar el León de Oro en el Festival de Venecia- no es ni una superproducción basada en la historieta, ni el material fuente típico para su protagonista.
El actor nunca fue despreciativo al hablar; se tomó todas las preguntas con seriedad y respondió con honestidad, a menos que no sintiera ganas de responder.
Durante una hora, recorrió el espectro de emociones, desde la sinceridad y la reflexión hasta el desenfado y la hosquedad, y no hubo manera de saber qué preguntas o comentarios habilitarían a conocer su versión.
A Phoenix, también le agrada ese potencial para el peligro en su trabajo y citó esto como una de las razones por las cuales quiso hacer "Guasón". "Realmente no sabía qué era", relató. "No sabía cómo clasificarlo. No dije: 'Este es el personaje que estoy haciendo'. No sabía qué íbamos a hacer". "Fue aterrador", continuó y volvió a sonreír con una mueca.
Phoenix tiene 44 años y un cabello que es una mezcla de color marrón, cobrizo y mechones canosos y habla con una gentileza inesperada.
Por momentos, Phoenix puede ser travieso. Cuando noté lo ágil que se veía en sus escenas de baile en "Guasón", remató el elogio diciendo: "Me lesionaba simplemente cuando trotaba a ritmo lento en la calle. Me tenían que llevar a casa".
Pero parte de esa ligereza se evaporó ni bien le pregunté cómo lo habían contactado para el filme y me respondió que no se acordaba. "Es una mierda; por eso las entrevistas son lo peor", dijo desesperado, y agregó que se sintió tentado a inventar una historia "simplemente para que suene interesante".
Ni tampoco se apuró a explicar su proceso para descubrir a su personaje del Guasón antes de que comenzara la filmación. "Es algo tan estúpido para hablar", se quejó. "No voy a hablar de eso".
Las historietas no son desconocidas para Phoenix. Cuando era adolescente las coleccionaba con avidez, aunque prefería los antihéroes brutales de Marvel como Wolverine, en lugar del panteón formal de DC.
Por supuesto que Phoenix había visto y admirado las versiones del Guasón de Jack Nicholson y Heath Ledger, aunque afirmó ser "felizmente ingenuo" respecto de las expectativas enormes de estar a la altura.
Cuando Phoenix dio algunas entrevistas antes de comenzar con la producción de "Guasón" y le preguntaron sobre la manera en que se diferenciaría su actuación, dijo que se dio cuenta. "Este es un desafío realmente grande".
Su reputación de volátil lo precede, pero también hace que los directores estén más deseosos de trabajar con él. Phillips dijo que hubo momentos en los que Phoenix perdía la compostura en el set de filmación de "Guasón", a veces, para el asombro de sus coprotagonistas.
"En el medio de la escena, se iba y salía", dijo Phillips. "Y sus compañeros pensaban que era por ellos, pero nunca era por ellos, siempre era por él, y no se daba cuenta". Después de tomarse un respiro, decía: "Caminaremos un rato, volveremos y lo haremos".
Por su parte, Phoenix no tenía intención de decirle a alguien cómo interpretar al Guasón, ni a considerar la posibilidad de que algunos de sus elementos, ya sea la violencia brutal con armas en el filme o la ambivalencia sobre los movimientos de protesta, pudieran convertirlo en el film equivocado por un momento no tan sutil. "Sin embargo, amigo, ya que quieres hablar de eso, eso depende de vos como periodista", me dijo.
Y pareció hasta enojarse, al principio, cuando le pregunté si Guasón podría ser un mal presagio para la producción cinematográfica, si significa que los filmes impulsados por personajes sólo se pueden hacer en esta escala si se basan en personajes de la cultura popular establecidos. "Ni sé lo que dijiste", gruñó.
Pero cuando volví a hacerle la pregunta con más ligereza, me dio una respuesta más calma y medida. "Depende del artista encontrar el modo de contar historias que son significativas", me respondió. "Si mis sobrinos no se van a quedar sentados para ver un filme que dura dos horas, ¿qué voy a hacer? Hay que seguir con lo que es verdadero para uno, aunque alguien esté interesado o no".
Fue difícil imaginar que Phoenix se moviera con gracia y alegría a través de todas las presentaciones formales que estos filmes para un mercado masivo requieren. Sin embargo, Phillips dijo que su estrella fue libre de abordar estas obligaciones como quisiera, dijo con orgullo. "Él sigue su propio ritmo". Patricia Sar (traducción)
Una película polémica
Quizás no existe tal cosa como publicidad negativa y, bajo los reflectores, "Joker" ("Guasón") está poniendo a prueba los límites de ese lugar común. Esta película ha sido elogiada como la cinta que finalmente le dará un Oscar a Joaquin Phoenix, pero también acusada de "peligrosa", "irresponsable" e incluso incitadora de actitudes antisociales.
La semana pasada, algunos padres de las víctimas del tiroteo de 2012 en un cine de Aurora (Estados Unidos) escribieron al director ejecutivo de Warner Bros. pidiendo apoyo para las causas antiarmas. El estudio dijo que la cinta no es "ningún respaldo a la violencia del mundo real de ningún tipo".
En sus 80 años como parte de la cultura popular, el Guasón siempre ha encontrado la manera de irritar: ya sea por el tipo de personas a las que el personaje atrae, por lo que representa o incluso por las historias que los actores cuentan sobre cómo se metieron en la piel de este villano. Pero quizás la mayor ironía en esta ocasión es por todo lo que se ha dicho y escrito cuando la película ni siquiera se ha estrenado. Apenas llegará a los cines comerciales este jueves por la noche.
Mientras la mayoría de las reseñas han sido positivas, también ha sido muy criticada y esto ha puesto a los cineastas a la defensiva. Al director y coguionista Todd Phillips no le molesta el debate.
"Es un poco problemático cuando la gente escribe artículos de opinión sin haberla visto, e incluso escriben en sus artículos 'no necesito verla para saber lo que es'. Me parece asombroso, para ser honesto, lo fácil que la extrema izquierda puede sonar como extrema derecha cuando le conviene", dijo Phillips.
Tanto el actor como Phillips subrayaron que "Joker" no es una película para niños. Tiene una clasificación R, que requiere que los menores de 17 años vayan acompañados de un padre o representante al cine. Tampoco es una película para todo el mundo.