Howard Stern pronunció el panegírico, la cantante y actriz de Broadway Audra McDonald entonó ``Smile'' y gaiteros tocaron ``New York, New York'' en el funeral de Joan Rivers ayer, una despedida llena de estrellas que -al igual que la comediante- reunió a los mundos de Hollywood, el teatro, la moda y la prensa.
En un funeral digno de una superestrella, el Coro de Hombres Gay de la Ciudad de Nueva York cantó éxitos de Broadway, incluido ``Hey Big Spender'' antes de que McDonald, seis veces ganadora del premio Tony, cantase su tributo a Rivers, que durante años fue paladín del teatro.
La presentadora televisiva Deborah Norville, la amiga cercana Margie Stern, la columnista Cindy Adams y la hija de Rivers, Melissa, pronunciaron tributos y recuerdos. Esta última habló de cuánto respetaba a su madre, quien falleció el jueves a los 81 años.
Hugh Jackman cantó ``Quiet Please, There's a Lady On Stage'' al final de la ceremonia, y gaiteros del Departamento de Policía de la ciudad de Nueva York tocaron en la calle mientras los dolientes salían del templo Emanu-El, muchos con los ojos llorosos.
``A ella le habría encantado esto. Lo hemos dicho muchas veces: la persona que realmente habría pensado que esto fue lo mejor del mundo fue la dama para la que se hizo, y ella no está aquí'', dijo Norville en medio de multitudes de dolientes y el sonido de gaitas.
Entre quienes acudieron a recordar a Rivers estaban las comediantes Kathy Griffin, Rosie O'Donnell y Whoopi Goldberg; su colega y amiga en el canal E!, Kelly Osbourne; Sarah Jessica Parker y Matthew Broderick; y el médico de celebridades Mehmet Oz.
Las estrellas de teatro Bernadette Peters, Alan Cumming y Tommy Tune también estuvieron allí, así como el productor de discos Clive Davis. Los diseñadores de modas Dennis Basso, Michael Kors y la venezolana Carolina Herrera acudieron, al igual que estrellas de televisión como Barbara Walters, Geraldo Rivera, Diane Sawyer, Kathie Lee Gifford, Hoda Kotb y Andy Cohen.
Además estuvieron presentes el músico Paul Shaffer y los magnates Barry Diller, Donald Trump y Steve Forbes.
``Fue alentador. Estábamos celebrando su vida'', afirmó Basso.
La comediante dijo en su libro de 2012 ``I Hate Everyone ... Starting With Me'' (Odio a todos... empezando conmigo) que esperaba ``un gran escenario con luces, cámara, acción'' y ``ciento por ciento Hollywood''.
Rivers fue pionera entre los comediantes, en especial entre las mujeres. La rubia de voz áspera con marcado acento neoyorquino fue presentadora de un programa televisivo de entrevistas, actriz, crítica de moda y vendedora de una línea de joyería.
Fue hospitalizada el 28 de agosto cuando sufrió un ataque cardiaco durante una revisión de rutina en un consultorio. El departamento de salud del estado de Nueva York investiga las circunstancias del fallecimiento.
En su libro, Rivers dijo en broma que sería aburrida una muerte de causas naturales.
``Es la última gran presentación, el tercer acto, el número de las 11 en punto, que cuente. Si se va a morir, que sea interesante. ¿Hay algo peor que una muerte aburrida? No lo creo'', afirmó.
La representante de relaciones públicas de Rivers dijo que en lugar de que se envíen flores, pueden hacerse donativos a las organizaciones caritativas God's Love, We Deliver; Guide Dogs for the Blind o Our House.