Un año con muchas sorpresas, como nunca en la vida diría Jessica Torrijos. Y las noticias no fueron menores. Con su valija cargada de personajes, en junio pasado partió a Buenos Aires, para tener su debut en la ciudad porteña.
Una artista chilena radicada en Mendoza, esa fue su presentación ante un público ávido de humor, pero que quedó con la boca abierta (de risa) por el talento que Torrijos despliega en el escenario.
Virtudes que la escena mendocina está acostumbrada a disfrutar. Con 16 años con el humor, sabe moverse en los códigos del género como pocas, y el universo femenino es el leit motiv de sus textos.
Y aunque “Toy enamorá” fue estrenado en Buenos Aires con una serie de funciones en Velma Café junto a la bailarina Andrea Guidone, hoy es el turno de hacer la presentación oficial en Mendoza. Con la dirección de Adrián Sorrentino abandona los Cafés que la reciben cada fin de semana y se subirá a las tablas del Teatro Plaza.
“Como es la única función, porque después me voy, el único lugar para que no quede mucha gente afuera, y más que es un estreno, es en un teatro. No siempre tengo la oportunidad de actuar en una sala grande”, afirma la actriz referente del café concert que para esta noche se servirá de su manejo escénico y un vestuario cargado de brillo para hablar del amor.
Su viaje a la capital la encontró con presentaciones en la televisión, radio, y con una platea sorprendida por su comicidad tan característica de sus alocados personajes.
-¿Cómo fue tu experiencia en Buenos Aires?
-Fantástica. Tenía un poco de miedo, pero la gente fue muy cálida. Allá se me presentó como actriz chilena que vive en Mendoza. Fue bueno, con mucho contacto. A la gente le gustó el estilo, le pareció muy original. Con mucha gente que sigue el humor, dice que como lo que yo hago no hay nada. Algunas mujeres solo hacen stand up, pero una actriz sola en el escenario, cambiándose de personajes, saliendo de ese formato de stand up no existe. Por eso está bueno que te reconozcan un estilo que es bastante propio. Sin darme cuenta inventé un estilo arriba del escenario (ríe).
-Y este nuevo unipersonal, ¿cómo surgió?
-Me salió desde el amor en realidad. Tuve una pareja, y pasé por todas las etapas con esto del amor. Y empecé a investigar, a hablar con amigas y a preguntarles si les pasaba lo mismo. De ahí surge la idea para la obra, de cómo nos cambia la percepción de todo cuando estamos enamoradas. Como que uno lo busca siempre, y cuando uno se enamora, se encamota, hace cosas que no imaginó hacer jamás.
-¿Cuáles son las claves que vos tenés para formar este estilo tan propio en el escenario?
-Siempre pienso en un tema universal. Investigo mucho, la parte teórica aunque sea humor. En este caso del amor estudié las teorías, el por qué no pasa, la revolución de las hormonas. De ahí la historia de las mujeres. Para esta obra empecé pensado en las historias de las mujeres más recientes que sufrieron por amor. Las enamoradas de la historia. Lo que sucede con las mujeres las que dicen: “Yo no quiero estar enamorada”, pero en realidad sí. Nos creemos el cuentito.
Una mujer aguerrida de las tablas
Su decisión de ser actriz nació en su adolescencia. De allí el mudarse a Mendoza para estudiar y perfeccionarse. De eso ya pasaron más de 25 años y miles de horas de actuación, en uno y otro rincón que la recibe, siempre con una platea que se va cargada de risas, que saben que Jessica les brindará un momento de mucho humor y virtuosismo.
Pero aunque a ella le gusta hacer reír, el oficio de la actuación siempre la pone a prueba, y la invita a vivir otra aventura en el teatro.
Fue el caso de su participación en "Hembras", obra dirigida por Teresa Constantini que se presentó el año pasado en el Teatro Independencia. Por un improvisto, Adriana Solani la actriz que interpretaba a Eva Perón no pudo actuar. Y ahí apareció Jessica Torrijos para reemplazarla, y en un lapso de unas horas, sortear con gran destreza el desafío de interpretar un personaje fuerte y bien dramático.
-Tuviste una participación en "Hembras" como Eva Perón. Fue una experiencia sorpresiva con poco tiempo...
-Con media hora de tiempo. Me llamaron a las cinco de la tarde. Hablé con la directora, leí un poco y me dijo que sí. Y después me fui al Independencia a actuar (ríe).
-Pasaste del humor al drama en un suspiro…
-Yo soy actriz dramática en realidad. Y como me tengo que ganar la vida actuando prefiero hacer humor. Porque acá no se puede hacer una obra y estar todo el año en cartel. A mí me gusta hacer teatro dramático, pero es difícil llenar una sala. Esa experiencia fue hermosa, además de compartir el escenario con esas mujeres, tremendas actrices. Todas re buena onda conmigo, y estaban muy sorprendidas por mi capacidad de interpretar algo tan rápido.
-Creo que el público también se sorprendió al verte en ese personaje...
-Sí. Fue algo muy loco, porque ellas me explicaron y yo me iba guiando por lo que pasaba. Son años de oficio, ya estas curtida. Es salvarle el bolo en el escenario. Para mí fue una hermosa experiencia. También el teatro leído se está poniendo mucho de moda, aunque no es algo que yo elegiría. A mí me gusta hacer humor, que la gente se ría. Sí me gustaría hacer otras cosas dramáticas, pero hasta ahora no hay, como para ir cambiando un poco.
-Después de esta presentación ¿volvés a Buenos Aires?
-No, me voy a Europa. Voy a actuar en Barcelona y me quedo un mes y medio, y vengo en septiembre a Mendoza. Y ahí veré mi futuro porque tengo que ver lo del Club del Humor en Córdoba. Es un concurso a nivel nacional, y fui a competir a Córdoba hace dos meses, y quedé en cuarto lugar. La idea es hacer una gira con el grupo y estamos organizando eso. Lo de Barcelona lo tenía medio planeado, porque fui en 2013 y dejé varias cosas abiertas allá. Asique es una buena excusa para tomarme vacaciones. Después no se qué va a ser de mi vida.