Mayo, 2017. "No cuenten más conmigo para el túnel del tiempo. Basta. Doy por cerrado el tema". Con esa contundente frase, el baterista y vocalista Javier Martínez dio por clausurado cualquier intento futuro para la vuelta de Manal. ¿Qué pasó? Se venía una reunión histórica (otra más) en el Teatro Gran Rex, pero Javier clavó los frenos y descuartizó cualquier opción para juntarse con Claudio Gabis y Alejandro Medina.
“Cuando se armó esa reunión con esa idea de volver a los escenarios, tuvo eso más repercusión y prensa que los 35 años de mi carrera solista. Eso no me agrada. Yo he trabajado muchísimo y tengo muchos discos” rememoró Javier Martínez, unas horas antes de protagonizar la primera edición del festival “Rock & Blues” (hoy en el teatro Plaza).
Sin embargo, lo saben todos sus seguidores, el repertorio de Martínez es mucho más que "Jugo de tomate frío", "No pibe", "Una casa con diez pinos" y "Avellaneda Blues".
Su vibrante catálogo en solitario atravesado de swing, jazz, blues y rock abarca cinco álbumes desde 1983 a 2015 y ahora, con 71 años, está componiendo un nuevo material discográfico con sus habituales cómplices Clavito Actis y Marcelo Roascio, que podría llamarse, según lo insinúa Javier, “El factor invisible”.
-¿Qué es "el factor invisible"?
-Es en realidad el título o podría ser el subtítulo de mi próxima obra discográfica que por estos días estoy terminando de componer. En un mes estaríamos empezando a grabar.
-¿Parte de este repertorio va a estar en el recital de esta noche?
-Si. Lo que presento actualmente con Clavito Actis y Marcelo Roascio es un recorrido por toda mi carrera, la música de mis discos solistas y también, obvio, los clásicos de Manal. Quiero pensar que tuvo mucha fuerza el comienzo que tuve con el trío. Pero eso ocurrió hace cincuenta años. Sé que quedó muy marcado. Pero en 2015 publiqué “Pensá positivo” - que no tiene una distribución en disquerías y sólo se adquiere ahora por internet -. En realidad, nunca he dejado de componer.
-¿Cómo llegó el rock a su vida?
-Como a cualquier niño. Estaba en la escuela Primaria en los años 50 en el mismo tiempo que apareció el rock en el mundo. Llegaron los primeros discos, como los de Little Richard, rebautizados acá como la música de Ricardito, un cancionero que sumó Bill Haley y sus cometas y Elvis Presley, los pioneros del rock norteamericano. En el libro -“Yo soy Buenos Aires, conversaciones con Manal Javier Martínez”, de Fabio Scaturchio”- cuento cuando estaba en clases y un amigo mío en el medio de una silenciosa lección se levantó y comenzó a cantar “Tutti Frutti” y la maestra lo sacó enojadísima de clase. Era un subordinado total. Como festejé la interrupción, fuimos a la dirección los dos, castigados, por supuesto.
-¿Era el componente de provocación sexual más importante que la música?
-Claro. Aún en su país de origen, Estados Unidos, el rock arrancó de forma escandalosa. Fue recibido con mucho rechazo. Se dijeron las cosas más horribles de este género nuevo que comenzaba a ser popular. Siempre pasa y se exagera mucho con lo nuevo, con lo emergente. Como Elvis movía la pelvis, el rock fue censurado de entrada. El mánager de él, el llamado “Coronel” Tom Parker, fue el autor de una frase célebre de aquella época que resultó profética: “Hoy produce escándalo, mañana será un clásico”.
-¿Has escuchado alguna música de rock actual que pueda llegar a convertirse en un clásico, sea escandalosa o no?
-Para mír el rock está hoy muy aburrido. Es cada vez más difícil descubrir algo nuevo que produzca asombro, que maraville. Ahora ni siquiera se trata del hecho de producir un escándalo. A veces, para llamar la atención, lo sabemos los músicos y los medios, los movimientos aparecen con tácticas transgresoras de muy mal gusto. Pero esto ha pasado con todo en realidad. Pasó con el surgimiento del tango. Esta música que venía del Bajofondo creada por gente poco recomendable, tuvo que ser legitimada en la sociedad cuando los parisinos la adoraron, o cuando una pareja de baile actuó frente al Papa. Después de esas consagraciones, la gente que rechazaba el tango pensó, ‘Si se baila en París no debe ser tan malo’.
-¿Provocaste ese escándalo que estabas describiendo? ¿Alguna vez tu música fue censurada?
-Ni lo uno, ni lo otro. Lo mío fue concentrarme en la música, en hacer canciones, en ser músico. Sigo creyendo que la canción está por encima de todos los géneros y soy un hombre que respeta y quiere mucho al formato canción. Me gusta el folclore, el tango, el bolero, el jazz, la música brasileña, pero la canción siempre prevalece, siempre importa. Un compañero que tenía en SADAIC cuando estaba en su comité de compositores, me enseñó que la canción está por arriba de cualquier género. Cuando una canción es buena puede atravesar transversalmente cualquier estilo.
El libro
Javier Martínez también vino a Mendoza a presentar el mencionado libro “Yo soy Buenos Aires”, editado hace tres años (el evento fue anoche, en la mediateca Manuel Belgrano, en Godoy Cruz).
“El libro salió en una edición muy limitada, de a penas unos 500 ejemplares. A la mayoría los regalamos y nos quedan muy pocos, pero la idea es publicar una segunda edición, corregida y aumentada, que va a tener evidentemente más ejemplares a través de la editorial Planeta”, nos aclaró el músico.
Y nos amplió sobre sus orígenes: “Un amigo de más de veinte años, Favio Scaturchio, comenzó a trabajar como mánager conmigo hace poco, cinco años más o menos y en un momento se le ocurrió decirme que quería hacer un libro en base a una serie de conversaciones. Él es periodista y con esa mecánica de hacer entrevistas quedó muy interesante aquella suma de charlas entre amigos. Y terminó siendo un libro autobiográfico. Conté mi vida y mi carrera”.
La ficha
I Festival Rock & Blues
Actuarán: Javier Martínez (ex Manal), La Baturé, Hard Blues Band y la Escuela de Rock Mario Mátar.
Día y hora: hoy, a las 21.30.
En: Teatro Plaza (Colón 27, G.Cruz).
Entrada general: 100 pesos.