Javier González Fraga: "Con el blanqueo, el Gobierno cierra un circuito de impunidad”

Para el especialista, el Gobierno privilegia “los dólares del lavado, de los evasores” antes que los de los exportadores o “los que quieren venir a invertir”. Cree que el desafío de la oposición debe ser quitarle al oficialismo el control del Senado.

Javier González Fraga: "Con el blanqueo, el Gobierno cierra un circuito de impunidad”
Javier González Fraga: "Con el blanqueo, el Gobierno cierra un circuito de impunidad”

Sobre su escritorio, un montón de papeles. Y en la biblioteca, distintas obras sobre Keynes. Por cierto, desde que acompañó en la fórmula a Ricardo Alfonsín en 2011, a Javier González Fraga no le queda una pizca de solemnidad. Y ha ganado en intensidad.
 
Esta vez no será candidato. Pero advierte que la oposición debe tener como objetivo quitarle al oficialismo el control del Senado. "Hay que frenar los atropellos y defender las instituciones", dice.

-¿Cómo califica el blanqueo?

-Lanzaron varias medidas desesperadas. Hay una huida hacia adelante. No terminan de cerrar el cerco a la Justicia y lanzan el blanqueo y antes de cerrarlo, lanzan lo de Papel Prensa. La intención es no permitirle a la sociedad tomar conciencia de lo que está pasando.

-¿Qué buscan con el blanqueo?

-Cierra el circuito de impunidad que abrió el blanqueo de 2009, que eliminó 4.000 denuncias penales sobre facturas truchas. Esa plata, que fue perdonada, no apareció en aquel momento y es la que viene ahora. Hay una evaluación pobre por parte del Gobierno, porque en un contexto donde la presión tributaria está cerca del 37%, ir a perdonar a los evasores es tirarse en contra a la mayoría de la población.

Este blanqueo es la demostración de una filosofía donde son más importantes los dólares del lavado, de los evasores que los dólares de los exportadores o de los que quieren venir a invertir. Hubiera sido más sencillo generar un par de modificaciones cambiarias, no una devaluación, para que la brasileña Vale invierta los US$ 6.000 millones, generando trabajo.
 
Ni hablar de los exportadores que sufren el atraso cambiario. La calle dice que estas medidas están hechas para que ellos salven su dinero y yo me pregunto sino será realmente así.

-Hay quienes sostienen que el peso está apreciado, ¿cree que hay que devaluar?

-Comparto con Kicillof y la Presidente la inconveniencia de devaluar. Pero en pesos de hoy ajustado por la inflación real, el dólar que tenía Cristina cuando asumió en diciembre de 2007 es el equivalente a 7 u 8 pesos. La pregunta es por qué lo bajó a 5,20. Pero devaluar sin corregir las expectativas inflacionarias es ir a un Rodrigazo.
 
En todo esto está la mentira del Indec. Quien cree en el índice piensa que el kilo de pan vale $3,60 y el asado, $12,80. A partir de la mentira del Indec se oculta el atraso cambiario. Néstor supo mantener un tipo de cambio competitivo. Hay que preguntarle a Cristina por qué no siguió con la misma política y transformó un superávit de 3% en un déficit de 3%.

-¿Es caro un dólar a $10?

-El precio de 10 no se explica por razones económicas, se explica por pánico. Este valor es el precio de un boleto para subirse al arca de Noé. No tiene que ver con lo que vale un dólar. La divisa está perdiendo terreno en el mundo y acá sube.

-¿Qué le aconsejaría a Cristina?

-Tengo la esperanza de que Cristina rectifique. Las soluciones de los desequilibrios fiscales y cambiarios no tienen por qué transitar por la generación de una oleada de pobreza como en 1989 y en 2001. Es inaceptable éticamente.

Y además la paciencia política de los sectores perjudicados está colmada. No quiero vivir en un país donde vuelva a subir la pobreza al 35% porque no es vivible. Habría que echar mano al endeudamiento que en este contexto es aceptable. Tomás US$ 20.000 millones y se soluciona el mayor costo de las correcciones con una política de producción e inversión sin generar pobreza. En la medida que se tomen las medidas correctas duplicaría la asignación por hijo, la haría realmente universal, subiría las jubilaciones llegando al 82%.

La salida de esta crisis no puede ser como en el '89 o 2001 con un golpe de devaluación e inflación. Cristina sabe lo que hay que hacer pero tiene objetivos políticos por encima de los económicos y no le importa el costo de mediano plazo. Su mundo termina el 27 de octubre y todo lo que le sirva para ganar las elecciones es bueno sin importarle el costo.

-Pero, ¿qué debería hacer?

-Hay que regularizar el Indec, diseñar una política anti inflacionaria basada en metas que es lo que le permitió al mundo combatir la inflación sin recesión. No estoy de acuerdo en subir la tasa de interés ni creo en planchar el tipo de cambio, son soluciones monetaristas de la tablita de Martínez de Hoz o la convertibilidad de Cavallo.

Hay que cambiar las expectativas a través de una gradual moderación de los resultados fiscales, controlando el desequilibrio fiscal y con eso bajo control se puede tener una inflación en suave descenso.

En el interín habrá que bajar retenciones, desdoblar el mercado cambiario. Sería conveniente que las operaciones financieras o cancelaciones de préstamos y el turismo vayan a un mercado libre donde pueda actuar el Banco Central, eso generaría calma en el mercado paralelo.

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