Javier Dellamaggiore: “La moto es mi cable a tierra, y la radio mi gran amor”

El conductor, locutor y periodista dialogó con Los Andes, acerca de su basta carrera en el mundo de la radio, su mirada acerca del medio, las materias pendientes, y su actual labor en radio Jornada. Un mendocino de pura cepa, con acento cordobés.

Javier Dellamaggiore: “La moto es mi cable a tierra, y la radio mi gran amor”

La simpleza llana de la tonada cordobesa se desliza en la voz de Javier Dellamaggiore apenas atiende el teléfono. Locutor y conductor radial icónico y querido de Mendoza, Dellamaggiore supo hacerse una carrera en nuestra Provincia, a fuerza de profesionalismo y amor hacia una tarea que respiró desde su Córdoba natal.

“Nací en Arroyo Cabral, un pueblito 17 kilómetros antes de Villa María, Córdoba”, cuenta.

Durante muchos años el locutor alegró las mañanas y las siestas de los mendocinos a través del aire de Nihuil, y hoy lo hace informando por medio de Radio Jornada FM (91.9)  y rememorando lo mejor de la música, en FM Ayer, en la  98.1 (ver cuadro aparte).

Sin embargo, el background de experiencias vividas fue largo y enriquecedor desde su mismo seno familiar, allá en Arroyo Cabral, algo que hizo que su amor por la radio lo posicionara hasta el día de hoy.

“Comencé como locutor en radio Villa María (LV28), en diciembre de 1976...Es más hasta me acuerdo el día en que debuté que fue un sábado en el turno de la noche, iba de 18 a 14”, rememora.

- ¿Cómo fuiste despuntando el vicio?

- Empecé ahí como locutor siguiendo un poco los pasos de mi hermano, que también es locutor. A su vez, mi esposa y mi sobrina (que trabaja ahora en Cadena 3) también lo son...¡Imaginate! una verdadera familia de locutores.

- ¿De dónde nace tanto amor por esta profesión?

- En casa había lo que se llamaba una “propaladora”, que consistía en una red de parlantes en el pueblo, que se conectaban a través de un cable con un amplificador...Era como una especie de FM por cable con bocinas y parlantes a lo largo del pueblo. Eso siempre estuvo en las casa de mis viejos. De ahí que empezamos a meternos en ese mundo maravilloso.

- ¿La locución viene por el lado paterno?

- No, mi viejo no era locutor, sino técnico, pero mis hermanos sí eran todos locutores... Mi casa siempre fue así, como una base que convocaba gente que hacía uso del micrófono...hasta que la profesión tocó mi corazón.

- ¿Y fue cuando te viniste a Mendoza...?

- A Mendoza me vine en octubre del año 84. Me trajo por ese entonces la disquería Elior. Llegué por un laburo de un  mes, y me terminé quedando por 30 años (ríe).

- ¿Qué te enamoró tanto que te quedaste?

- Se dio porque me pagaban mejor, además me encantó la Provincia. En ese entonces viajé con mi esposa, y  mi hijo mayor Mariano que tenía tan sólo dos añitos. Nos gustó Mendoza y como la paga era buena, y el trabajo también me quedé...

- Estuviste por varias radios

- El recorrido se dio así: De Villa María me fui a  LV16 Radio Río Cuarto. Estuve desde el 79 y el 84. Antes no habían tantas FM como ahora, y la verdad que fue todo un desafío. En esa época hablábamos con el estilo “engolado”.

Yo hacía un programa de rock que iba los sábados, y un día cayó el dueño de Disquerías Elior,  porque necesitaba hacer un programa para la inauguración de la disquería a la noche. Entonces  lo grabamos, y al tipo le encantó. Al momento me quiso traer para Mendoza,  para que me hiciera cargo de lo que era todo el departamento de publicidad y relaciones públicas de la disquería.

Ahí fue cuando tomé las valijas y me vine para acá con la familia. Cuando Elior comenzó a hacer agua, pensé que me iban a despedir de la radio y las grabaciones. Sin embargo me dijeron que no me fuera. “Hola País” había  arrancado un año antes, y me pidieron hacer un programa ómnibus para la tarde.

- ¿Con qué empezaste?

- Arrancamos con el programa “Tardes Fantásticas” con Gloria Bratschi. Hicimos varios años a la tarde, y luego me quedé enganchado en ese horario y fui conductor de AM durante 20 años en Nihuil.

- Pero luego de años te fuiste a Rosario ¿Por qué?

- Luego de irme de Nihuil, partí a Rosario un año porque quería probar otra cosa. Para mí resultó ser una experiencia muy enriquecedora en todo sentido, imaginate que estaba en LT3, radio de Rosario (la  más antigua del país) Era como jugar en las grandes ligas, o como estar en Buenos Aires.

- Pero volviste nuevamente a los pagos mendocinos...

-  Exacto. Por temas familiares, los hijos más grandes con sus amores y carreras, y otros factores hicieron que me pegara la vuelta, pero me hubiera gustado quedarme....

- ¿Cómo ves a la radio hoy?

- Hay algunas cosas que me han dejado de gustar de ella...

- ¿Por ejemplo?

- No quiero generalizar, ni tampoco decir que sucede en todos los horarios, pero considero que hay gente que no me gusta como suena en la radio,  y que es poco profesional para con el medio. La radio  siempre fue un lugarcito en donde estaban los mejores profesionales, y ahora ya no es tan así...Si manejas una carterita de clientes tenés acceso a la radio, y eso va en contra de la ley, si hablamos desde lo profesional.

La verdad que eso “me jode”. Soy un gran radio escucha, escucho todo, en todo el país, me encanta hacer zapping...Creo que en la radio  en algún aspecto se ha crecido, pero en otros, se ha retrocedido. Hay algunas cosas que definitivamente no me gustan nada.

- ¿Qué aspectos sí te gustan?

- Que en las radios chicas de pronto, podamos entrar en la competencia de igual a igual con las radios más grandes. Hablo del caso de Jornada y las demás radios pequeñas que en el prime time de la primera mañana (que es lejos el horario más competitivo de Mendoza) genera que seamos 10 o 15 equipos los que nos enfrentemos por esa franja de audiencia...Es ahí en donde aparece la radio buena y de calidad.

- ¿Resultó siempre difícil la pelea por el prime time?

-Recuerdo cuando estuve en la tarde de la radio durante 20 años, que llevó como 10 años instalar ese horario como un “prime time”...La siesta y la tarde era vistas como el “requecho”. Con mucho laburo junto a Mónica Borré y el equipo de “Hora Libre” logramos posicionar la radio en un nivel alto....Ahora en general, no veo que sea así, es más palo y a la bolsa...

- ¿Qué sentís que el oyente de hoy le pide a la radio?

- El oyente de radio nos busca a los que estamos en los medios, como la palanca para ayudar a solucionar un problema, de los tantos que hay. Desde una dificultad chiquita y barrial, hasta la más tremenda de las realidades.

La primera opción que veo que existe en la gente a la hora de pedir ayuda o hacer visible  un problema es la radio, y después la justicia. Las radios también se han abierto al oyente...Antes era impensado que saliera al aire hablando . Ahora con este medio abierto (en donde también tenés que bancarte el cachetazo) resulta bueno que el oyente pueda participar, expresarse y aportar.

- ¿Cómo percibís al oyente mendocino respecto al cordobés?

- Me pasó algo curioso con los oyentes mendocinos de la radio, ya que con la redes sociales y toda esta movida de Internet, se armó un grupo que me empezó a seguir adonde fuera, sin excepción.  Hoy tengo miles de seguidores fieles. Recuerdo que cuando estaba en Rosario me escuchaban on line...Teníamos un ida y vuelta eterno.

Sin necesidad de ser tan entrador como el cordobés, el oyente mendocino es más fiel, al menos en mi caso. A donde vaya, siempre cuento con un número lindo de oyentes que sé que están, y que se manifiestan a diario con un “acá esto”, “te sigo”, “te escucho”. Son mimos lindos para el alma.

- ¿Imaginás tu vida fuera de la radio, en la tele por ejemplo?

- La tele es una materia pendiente. Hice un tiempo un programa que se llamaba “Centímetros Cúbicos”, en donde presentábamos autos cero kilómetros, tests de manejos etc. Estuvo bueno además porque me encantan los fierros. Sin embargo siento que la tele siempre fue una materia pendiente. No sé si le tuve miedo, quizá no me consideraba tan televisivo desde el punto de vista de la imagen (ríe).

- Y la radio ¿Qué es en tu vida?

- Siempre fue mi primer amor. Soy un bicho de estudio ...

- ¿Nunca te gustó conducir un evento?

- Jamás hice escenario. No he conducido ni un desfile de modelo, y cuando se arma el tema de la Vendimia, siempre pienso que ni mamado con kerosene me subo al escenario. Si llego a hacer conducción desde escenario me agarra un ataque de pánico (bromea)...Le tengo miedo a eso de prestarme a situaciones que no sabría resolver. No me gusta hacer los laburos más o menos, los hago bien o no los hago, y no sé si en un escenario podría llegar a hacer bien mi tarea. Ante la disyuntiva prefiero no hacerlo.

- Es conocido tu amor a las motos...¿Con eso nada de miedo?

- Para nada. Diría que soy un viajero en moto, y un apasionado de los fierros. Tengo una moto chiquita (de 220 cm hindú) con la que ya me fui a Brasil con mi esposa en el 2011, y en enero a Machu Pichu, entre otros lugares. La moto es mi cable a tierra, y la radio mi gran amor.

"Una radio de amigos"

Así describe Dellamaggiore a su labor en Radio Jornada “la considero una radio de amigos en donde nos encontramos tipos de los medios, que hace años estamos en  ellos y los disfrutamos con pasión.

La ventaja es que laburamos con una libertad absoluta sin ninguna bajada de línea . Hacemos lo que creemos que debemos hacer y que a la gente le sirva. En cuanto al tratamiento, nos remitimos más a lo local que a lo nacional.

Al tipo que está muerto de frío y hambre en una esquina de Mendoza no le importa si en Buenos Aires se cortó el agua.

Preferimos ir al hueso local, o a las grandes historias de acá, sin dejar de lado lo nacional, pero con preeminencia de lo que nos ocupa en la Provincia . Las radios grandes tienen la confusión de ocuparse más de lo nacional que de lo nuestro, nosotros invertimos eso

Para escucharlo en Radio Jornada FM 91.9: "Pulso Urbano"  (de 7 a 10) con la conducción de Javier Dellamaggiore en compañía de Natalia Arena, Luis Martínez y Daniel Ascona.

“Pulso Urbano” cuenta lo que  está pasando, las principales noticias que marcarán la pauta del día con análisis y entrevistas.

En FM Ayer 98.1 : De lunes a viernes de 15 a 20.

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