Una torre de agua de más de 50 años que sobresale de la calle Miserere es el recuerdo de cómo se abastecían del recurso sus primeros vecinos. Se trata del barrio Jardín Acceso Norte ubicado en El Zapallar en Las Heras, justo enfrente de la rotonda del avión. Son más de 100 casas las que conforman la barriada que cobró vida en el año 60 incluso antes de que se construyera la vía que hoy le da nombre.
Según recuerdan sus actuales pobladores, ése fue una de las primeros complejos habitaciones de la zona que estaba rodeada de viñas y cañaverales. "Las casas que se construyeron acá eran conocidas como chalecitos.
Están inspiradas en los chalets californianos que conoció Perón en un viaje a Estados Unidos", comentó Walter Lucero, arquitecto y vecino del lugar desde hace 46 años quien remarcó que ese tipo de vivienda con techo a dos aguas y jardín en el frente también se utilizó para otros emprendimientos inmobiliarios en toda la provincia.
El hombre también narró que ese sitio tuvo por muchos años un conflicto de direcciones. "Porque el correo repartía las cartas como si fuera Ciudad, pero el mantenimiento estaba a cargo de Las Heras", comentó a la vez que explicó que con el paso del tiempo fue reconocido totalmente como parte del municipio del norte.
Pero ese barrio no siempre conservó el mismo nombre ya que resultó de la unión del Cocico (Compañía Civil de Construcciones Cuyo) y el Jujuy. Promediando los años 70 los habitantes de esos dos espacios carecían de servicios fundamentales como gas, cloacas y asfalto por lo que decidieron juntar fuerzas y pelear para obtenerlos. "La unión vecinal en ese momento fue muy importante y logró un montón de avances.
Porque antes nosotros éramos un barrio de casas bonitas pero nos faltaba de todo", expuso Ricardo Masuti residente desde hace 55 años y propietario de un almacén en el lugar.
En esa época todos los vecinos se conocían y trabajaban en conjunto, pero cuando se fueron logrando los objetivos esa unidad se fue disolviendo.
"También pasa que se han ido cambiando los dueños de las casas, se han quedado los hijos y los nietos de los antiguos pobladores que no continuaron con la costumbre de reunirse", explicó. A pesar de no compartir mucho tiempo aseguran que todos los habitantes se conocen y están presentes ante cualquier inconveniente. "Es un barrio tranquilo y hoy no tenemos grandes problemas", resaltaron ambos consultados.
Organización en pie
A partir del año 2000 Isabel García Vila se hizo cargo de la unión vecinal. Aunque ella está muy satisfecha con su cargo de presidente reconoce que mucho no puede hacer.
"La sede de la unión vecinal está ubicada al lado del tanque que nos abastecía agua hace más 50 años y si bien la estructura es hermosa ya está bastante vieja y sirve como criaderos de palomas, por eso no la podemos ocupar", relató.
Hace dos años ella comenzó los trámites para retirarla pero resultaba tan costoso que le solicitó a la Municipalidad de Las Heras que le ayude con en esta tarea. "Allí hay un espacio de reuniones que podría utilizarse como biblioteca y para realizar actividades como gimnasia, por ejemplo", enumeró.
Otra función importante que cumple la mujer es ser nexo para canalizar el proyecto de separación de residuos que se lleva adelante allí y en otros cuatro barrios de ese departamento.
"A mí me dejan las bolsas verdes en las que hay que colocar el material que se puede separar y yo voy repartiendo seis por cada casa", detalló. Además se ocupa de inscribir a los más chicos en la escuela de verano que ofrece la comuna y se encarga de reclamos vecinales puntuales.
"Por suerte tengo buena relación con la gente de la Municipalidad así que de a poquito voy logrando algo", aseguró. Un ejemplo de pedido que hizo fue la reparación de las luminarias del paseo de salud de las inmediaciones. "Unos chicos dañinos las rompieron y estuvimos varios meses sin luz ", cerró.
Gimena Suárez, vive en el barrio hace 30 años y destaca: "Está todo bastante bien, lo único más peligroso es la circulación vehicular por la rotonda del avión", indicó. Para ella sería muy necesario contar con un puente aéreo que pase por arriba del Acceso Norte. "Cruzar a pie al otro lado es un lío porque los autos no le dan paso a los peatones", informó.
Alerta por arbolado público
Una queja generalizada de los residentes del barrio Jardín Acceso Norte es la falta de cuidado del arbolado público. "Hace 20 años cortaron el sistema agua de riego que venía por las acequias por lo que muchos se han secado", se lamentó Ricardo Masuti. Según cuentan, los ejemplares que han sobrevivido se lo deben al cuidado personal de los vecinos.
"Yo le tuve que pedir a la Municipalidad que me sacaran un árbol porque tenía miedo que se cayera sobre algún auto o algún niño y ahora me está creciendo uno que cuido para volver a tener sombra", contó.
Por su parte, Isabel García Vila habló de la falta de desinfección de los mismos. "Hace poco hubo una epidemia de enfermedades que me mató a los dos paraísos de 30 años que tenía en el frente", relató. Como presidenta de la unión vecinal ella ha redactado notas para solucionar este inconveniente.
El vecindario de Wanda
Durante la Vendimia 2012 el barrio Jardín Acceso Norte fue visitado por periodistas de distintos medios y tomó importante protagonismo. Es que allí vivía Wanda Kaliciñski, la joven que resultó electa Reina Nacional de la Vendimia en esa edición de la fiesta.
Por esos días los vecinos se congregaron para esperar el regreso de la flamante soberana. Algunos salieron a tocar la bocina de sus autos, otros se reunieron en una esquina del Acceso Norte y un grupo de pequeños fanáticos corría emocionado por las calles. "En esta vereda jugaban a la reina de la Vendimia y siempre salía Wanda", recordaron los vecinos en aquel momento.
