El operador de la central nuclear de Fukushima Dai-ichi malgastó más de un tercio de los 190.000 millones de yenes (1.600 millones de dólares) en dinero del contribuyente asignados para la limpieza de la planta tras su destrucción en el terremoto y el tsunami de marzo de 2011, según los auditores del gobierno nipón.
Un informe de la Junta de Auditoría describe la compra de costosa maquinaria y medidas no probadas que terminaron en fracaso. También señala que las tareas de limpieza se vieron dominadas por un grupo de grandes empresas de construcción, electrónica y suministros a pesar de reiteradas peticiones de mayor transparencia y más acceso a postores internacionales.
El portavoz de Tokyo Electric Power Co., Teruaki Kobayashi, dijo que todo el equipamiento contribuyó a estabilizar la planta, aunque algunos equipos sólo se emplearon por un breve periodo de tiempo.
A continuación, algunos de los errores mencionados en el informe:
IMPORTACIONES FRANCESAS: Entre los errores más caros se encuentra una máquina de 32.000 millones de yenes (270 millones de dólares) fabricada por la firma nuclear francesa Areva SA para retirar el cesio radiactivo del agua que se filtraba de los tres reactores destrozados. La problemática máquina sólo duró tres meses y trató 77.000 toneladas de agua, una fracción diminuta del volumen que se filtraba cada día. Después fue sustituida por máquinas japonesas y estadounidenses.
DESALINIZACION: Al principio de la crisis se empleó agua de mar para enfriar los reactores, ante el fallo de los sistemas normales de refrigeración. En principio, se iban a emplear máquinas por valor de 18.400 millones yenes (150 millones de dólares) de varias empresas, como Hitachi GE Nuclear Energy, Toshiba Corp, y Areva, para retirar la sal del agua contaminada en la planta. Una de las máquinas funcionó sólo cinco días, y la que más duró aguantó seis semanas.
TANQUES: La compañía TEPCO construyó a toda prisa docenas de tanques de almacenamiento para el agua contaminada a un coste de 16.000 millones de yenes (134 millones de dólares). Los tanques, que empleaban cierres de goma y fueron ensamblados por trabajadores inexpertos, comenzaron a sufrir fugas y parte del agua cayó primero al suelo y de allí al océano. Ahora se están reemplazando los contenedores con otros más duraderos.
GRANDES PISCINAS SUBTERRÁNEAS: Se gastaron un total de 2.100 millones de yenes (18 millones de dólares) en siete grandes piscinas subterráneas construidas por Maeda Corp. para almacenar el agua contaminada. En cuestión de semanas sufrieron filtraciones y el agua tuvo que transferirse a tanques de acero.
TÚNEL DESCONGELADO: Un proyecto de 100 millones de yenes (840.000 dólares) para congelar el agua contaminada en un túnel de mantenimiento y así mantenerla controlada fracasó porque el agua nunca llegó a congelarse del todo. La filial de TEPCO Tokyo Power Techonology llegó a arrojar bloques de hielo al túnel, pero terminó teniendo que emplear cemento para sellar el depósito.