Son días de intensa actividad para Martín Jaite, el capitán argentino de la Copa Davis, que va de un rincón al otro de Roland Garros para seguir en acción cada partido de los jugadores de nuestro país, y así lo ha hecho desde la qualy; también para hablar con los entrenadores y con otros referentes del tenis. Faltan cuatro meses para el repechaje que la Argentina jugará como visitante contra Israel, por la permanencia en el Grupo Mundial, pero Jaite ya piensa en esa serie decisiva, con la que culminará su vínculo de tres años al frente de la capitanía. De hecho, en pocas horas viajará a Tel Aviv para observar el escenario de la sede, y ordenar temas referidos a la organización y el desembarco del equipo nacional.
"Vengo para seguir a los jugadores en general, pero, sobre todo, a los chicos de entre 18 y 22 años, a los que estamos siguiendo con un proyecto desde que empezamos la capitanía con Zabala [Mariano Zabaleta], por eso vine desde la qualy, porque muchos chicos de este segmento entraron allí", dice Jaite, en el comienzo de la entrevista, mientras a cada paso saluda a coaches, jugadores y hasta ex colegas en el cargo como Luli Mancini, que aquí es entrenador de la norteamericana Varvara Lepchenko.
Jaite se ilusiona: "Entraron 11 a la qualy, y muy pocos son de los de mayor edad; estos chicos antes ni podían entrar a la clasificación, y eso ya es un avance. Y [Facundo] Bagnis y [Diego] Schwartzman se clasificaron de manera rotunda, jugando un gran tenis. Entonces, creo que es una camada que ya empieza a acomodarse en esta categoría; por otra parte, y más allá de que les tocó perder en segunda, Bagnis y Schwartzman subieron varios escalones en cuanto a maduración y juego".
-¿Creés que esto puede tener un efecto contagioso positivo como sucedió en los primeros momentos de la Legión?
-Sí, claro. Están todos muy parejos. Un chico como [Juan] Londero, que entró en la qualy acá, hace dos semanas llegó a la semifinal de un Challenger, y el año pasado jugaba futures, y ahora va y se entrena con Bagnis y Schwartzman, y si ve que puede estar a la altura, puede decirse "yo también voy a poder llegar"; lo mismo con (Agustín) Velotti, (Andrea) Collarini, chicos que pueden darse cuenta de que están en condiciones, aunque luego hay que lograr subir de categoría.
-¿Hay mucha presión puesta en este grupo que tiene que suceder a la Legión?
-Yo lo comparo un poco con lo que pasó con la camada en la que estuve, la que tenía que seguir a Vilas y a Clerc. La gente decía entonces "uh, no hay nada detrás", y nosotros éramos una camada que fue buena, pero viniendo detrás de Vilas y de Clerc, que eran mucho mejores, quedó un poco relegada y recién después se vio su valor. Un poco está sucediendo eso acá. Cuando se dice "se fue la Legión, no tenemos más jugadores", que antes siempre estábamos acostumbrados a estar en semifinales de la Copa Davis, y ahora estamos en el repechaje, muchos piensan que se terminó el tenis, y yo no lo veo de esa manera. Creo que tenemos futuro, que es muy difícil comparar con la Legión, que fue única.
-Pero dentro de esta nueva generación tenés un jugador top como Del Potro, que hoy no está, y que también influye.
-Para estos chicos sería bueno que Del Potro estuviera jugando, para poder verlo en acción. La mayoría de estos jugadores no ha compartido nada con Delpo, porque él está en otro nivel. Es una pena que no esté jugando ahora para que lo vean, sería importante.
-¿Qué balance hacés de lo que viste de los argentinos aquí?
-Me voy muy satisfecho; con lo que vi, estoy convencido de que fue un gran Roland Garros. Digo esto por cómo jugaron los que entraron desde la qualy; es como un nuevo aire. En la qualy también vi jugadores que me gustaron mucho; me pareció muy interesante lo de Facundo Argüello contra Stepanek, aunque perdió, me parece una ratificación de que él puede. Y con respecto a los más veteranos, la mayoría me llamó la atención para bien; a Pico Mónaco lo veo francamente recuperado, de vuelta con ganas; los vi bien a Berlocq, a Leo Mayer. Esperaba más de Delbonis, pero entiendo que venía de una final cercana en Niza.
-A cuatro meses del repechaje, ¿qué novedades tenés de la serie contra Israel?
-De la cancha, sé que va a ser muy rápida y que se va a jugar en cancha cubierta; no creo que sea tan veloz como la de la República Checa, que era velocísima. En este caso, tomaron la peor superficie para nosotros; los israelíes están acostumbrados a jugar en cemento y al aire libre, porque allá llueve muy poco. Es un equipo que tiene un ranking inferior a los nuestros, pero tienen jugadores a los que les gusta la Copa Davis, tienen experiencia, un estadio para 12.000 personas y suele ir mucha gente. Israel va a tener la localía y la gente a su favor, pero si jugamos bien, es un partido ganable. Tenemos que estar bien.
-En cuanto a los jugadores, ¿se puede pensar en cambios, en sumar alguien nuevo al equipo, como Delbonis?
-Sí, ¿por qué no? El nuevo tiene que venir con confianza y mejor que otros, porque tampoco podés "quemar" a un jugador, pero tranquilamente, si hay alguien que no ha debutado y está bien, y Zabaleta y yo consideramos que se merece estar, será llamado. Igual hay que tener cuidado, la Davis es algo completamente diferente al ATP Tour. En cuanto al dobles, todavía no tenemos definida la estrategia, si llevaremos dos singles y un dobles armado o tres singlistas y un doblista. Tenemos que evaluar eso. Hoy, los nuestros están bastante parejos, así que veremos en los próximos meses, tomando en cuenta los resultados y rendimientos. Seguramente vamos a definir todo en el US Open. A mí me gusta tener el equipo definido bien temprano, pero aquí tendremos que esperar hasta último momento.