No es exagerado decir que Jack White es uno de los pocos músicos realmente interesantes de la escena estadounidense actual. Y lo es porque no se autoimpone reglas, preconceptos, prejuicios ni trabas a la hora de dejar volar su creatividad artística.
Una nueva prueba de esta poderosa alquimia sonora que White tan bien sabe indagar es su álbum "Boarding House Reach", donde bien en extenso y sin complejos, White incursiona con efectos de sintetizador, canta alegremente sobre robar bancos y hace un cover de una canción de... ¡Al Capone!
"Boarding House Reach", el primer álbum del líder de White Stripesen en cuatro años (el último fue "Lazaretto"). Se convierte en funk, electro, gospel, blues y hasta lejanos goza de aires lejanos de aquellos gitanos de Europa del Este.
El tercer álbum en solitario de White comienza en un territorio comparativamente domesticado con "Connected by Love", con su guitarra difusa sobre un fondo de gospel.
White encuentra rápidamente un nuevo portal en su mente con "Why Walk a Dog?", Una reflexión sobre la relación de los humanos con sus mejores amigos proverbiales.
"Corporation" se abre con un eco distante del ahora clásico riff de White Stripes, "Seven Nation Army", antes de volverse funky con tambores de conga en la parte posterior, mientras White promete, con un gusto irónico, aspirar al sueño capitalista.
En "Hypermisophoniac", explora su disgusto por los ruidos dentales de alguien mientras los sintetizadores se balancean hacia adelante y hacia atrás como un yo-yo. La guitarra de White luego cambia por el piano mientras canta con despreocupación: "No hay ningún lugar para correr / Cuando robas el banco".
En este disco que goza de una vitalidad extraordianria, White da pistas de que como artistas tiene muchos, pero muchos, ases bajo sus mangas.
El músico fundó su propio sello, Third Man Records, con sede en Nashville y una importante planta de prensado de vinilo en Detroit; con el que editó "Boarding House Reach".