Jacinto Castro: “Pensé que iba a durar 3 meses”

Su programa, “Sonidos en movimiento” lleva 36 años al aire. Acaba de cerrar el año en una fiesta, junto a 300 oyentes fieles. En esta entrevista, desde su “búnker” repleto de discos de vinilo y pasta, Castro narra cómo su vida se ha entremezclado con su a

Jacinto Castro: “Pensé que iba a durar 3 meses”
Jacinto Castro: “Pensé que iba a durar 3 meses”

Mundos inciertos, realidades fantásticas, sonoridades estremecedoras descienden del aire. Por muchos años, la radio ha sido responsable de alimentar nuestro imaginario y llenar de calor nuestro hogar.

Una ventana se abre para revelar esta historia, contada sobre la vibración de una voz, pacífica, suave, llena de experiencia, la de Jacinto Castro.

Así es como a lo largo de 36 años, y habiéndose fundido con varios períodos de nuestra historia radial mendocina, el conductor se sienta cómodamente en su "búnker" (una oficina en su casa llena de recuerdos y discos de pasta) para transmitirnos este relato. Una emisión más de aquellas que Jacinto está acostumbrado a hacer desde medianoche en su programa “Sonidos en movimiento” (Radio Nihuil).

-¿Por qué la radio?

-Comencé a trabajar en Buenos Aires, estuve en medios como La Razón, Canal 9. Cuando volví a Mendoza por un problema de salud, decidí trabajar en Canal 7. Me quedé acá porque pertenezco a esta tierra, soy mendocino. Empecé a experimentar en la radio creando programas y produciéndolos en emisoras como Radio Nihuil, Radio libertador y LV10. Al principio, en esto de producir contenidos luché mucho, por qué no había casi nada local, como hoy.

-Y entonces...

-Llegó la intervención militar, y con ella nos echaron a todos los periodistas. A mí, que era periodista de televisión, se me prohibió ejercer la tarea mi profesión por 10 años. De alguna forma me la tenía que rebuscar, así que comencé a hacer este programa que me permitieron realizar con la condición de que fuera meramente musical, sin hablar de economía o política. Entonces comencé a hacer “Sonidos en Movimiento” de 0 a 4 de la mañana los sábados.

-¿Cómo surgió el nombre del programa?

-En contraste con la moda en la que todos usaban la palabra escalera (“Escalera a la fama”, “Escalera musical”, etcétera), se me ocurrió tomar la palabra sonidos. Todo tiene un sonido, el corazón, la voz, la respiración, todo lo que nos rodea.

Movimiento surgió inspirado en el avión Concorde que era muy silencioso. Unifiqué estos dos conceptos con la imagen mental de los sentimientos rodando en un disco en movimiento. Una vez decidido el nombre, junto a Milka Durán, comenzamos las transmisiones de “Sonidos en Movimiento”.

-¿Y qué música pondrías?

-El tema de la música no fue fácil, después de contratar gente especializada en seleccionar música me di cuenta que no funcionaba. Entonces me fui a Casa Galli y compré 24 longplay para hacerme cargo yo del tema musical. Acompañado de la frase "no permita que le griten" la selección de temas que hice tuvo gran éxito.

-¿Cuán involucrado estás en "Sonidos en movimiento"?

-Yo hago la locución, la música, la producción, la prensa, hago todo (risas). En mi casa tengo una colección inmensa de discos chiquitos, de pasta, de colores, es como una metáfora de cómo fue evolucionando el programa.

El otro día me puse a sacar la cuenta, en estos 36 años he pasado 1.800.000 temas. A todo esto se ha sumado el tema de Internet que me permite llegar al exterior. Actualmente, mucha gente de afuera me llama y se comunica conmigo, tengo oyentes mendocinos en Canadá, España, Sudáfrica.

-¿Porqué crees que se ha generado un vínculo tan lindo con tus escuchas?

-Es muy simple la cosa. Cuando comencé no tenía la menor idea, pensaba que el programa iba a durar tres meses. Mi receta es dar las gracias, pasar unos lindos temas, preguntarte qué te gusta, cómo son tus papás, cuándo naciste y si tenés algún problema que quieras compartir, me lo podés contar. Trato de comunicarme de verdad con los oyentes.

A veces resulta difícil ser queridos y otras veces nos quieren porque les llegamos al corazón. Hay gente muy sola, y yo siento que soy su compañía. Los quiero; está un poco el periodista en mí y el cura (risas). Así se fue gestando un grupo de personas, que nos juntamos siempre a fin de año hace ya 7 años, y esta vez fuimos 300 para celebrar.

-Hoy, mirando hacia atrás,  ¿qué es lo que te impulsa a seguir haciendo el programa después de 36 años?

-La gente. Yo amo a la gente. Para mí, hacer “Sonidos en movimiento” también es una forma de charlar con los amigos. En mi casa tengo una oficinita, donde está la computadora donde escribo, libros, de todo.

Es como un búnker lleno de discos y fotos con recorridos a Sudamérica y Europa. Lo cierto es que me siento muy agradecido, por la gente, porque Dios me lo permitió y, en especial, porque todavía me aguantan (risas).

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