Hace unos días, en una fiesta familiar, uno de mis sobrinos nietos, que está cursando el primer grado de la escuela primaria, salió gritando a viva voz: “No al ítem Aula”, y pensé en lo mal que le hacía mi hermana -abuela del niño- maestra ella, al involucrarlo en una lucha en la que no tienen nada que ver los niños.
Leí el diario del 22 de abril, referido al enojo de la Dirección General de Escuelas con los dirigentes del SUTE, quienes se metieron en las aulas y adoctrinaron a los niños. Como dije más arriba, no tienen nada que ver con la lucha de los docentes y el gremio.
La verdad es que no me deja para nada tranquilo la posición gremial. No han querido reconocer que la acción realizada es por demás irregular y dañina. Los niños no deben recibir ninguna manipulación por parte del gremio, ni de los docentes, ni de los directivos. Solamente deben recibir la educación correspondiente a su edad.
Tiempo atrás, jóvenes de La Cámpora pretendieron hacer adoctrinamiento en las escuelas, llegando en algunos casos a realizarlo, por los directivos permisivos de algunas escuelas o por presión de algunos agentes de la política que abogaron por ello.
Las escuelas y las aulas deben ser un ámbito aséptico, donde los educandos no reciban formación política partidaria ni gremial. No queremos juventudes hitlerianas.
Si el SUTE quiere llevar adelante su lucha por lo que ellos creen justo, lo deberán hacer en las escuelas pero sin alumnos, o frente a la Casa de Gobierno, o de la Dirección General de Escuelas o en la plaza Sarmiento.
Guillermo Correa - DNI 5.273.126