Italia, dirigida por el veterano Andrea Pirlo, e Inglaterra, ilusionada con su nueva generación, disputarán el primer clásico del Mundial de Brasil hoy en la “sauna” de Manaos, ciudad amazónica con temperaturas cercanas a los 34 grados y 90% de humedad.
Encuadrados en el grupo D, considerado de los más difíciles de la primera fase, uno de los dos equipos europeos buscará dar un paso decisivo. En el otro partido juegan en Fortaleza, también el sábado, Uruguay y Costa Rica.
“Italia e Inglaterra proponen atractivos partidos siempre porque enfrentan dos maneras de jugar. Es un gran equipo, ha mejorado mucho, con jóvenes que tienen una gran calidad”, señaló Pirlo, de 35 años, metrónomo del juego transalpino.
Finalista en la última Eurocopa, Italia puede presumir de obtener mejores resultados en los últimos campeonatos. Inglaterra no conoce la victoria desde que ganara 'su' Mundial en 1966, logrando dos semifinales como mejores clasificaciones (Mundial de Italia 1990 y Eurocopa de Inglaterra 1996).
Cuando el pesimismo se había instalado en el grupo británico, el seleccionador Roy Hodgson ha recibido con entusiasmo la llegada de un grupo de jóvenes con su carga de ilusión.
Empezando por el goleador del Liverpool Daniel Sturridge y siguiendo por los juveniles Raheem Sterling (de 19 años, Liverpool) y Ross Barkley (20, del Everton).
“Lo puedes ver, ellos no tienen miedo. Son buenos jugadores, grandes jugadores para nosotros”, dijo la estrella inglesa Wayne Rooney sobre sus herederos.
Pirlo presume de lo que ha sido el gran legado italiano en la historia del fútbol, la ‘tattica’: “Nadie está tan preparado como los jugadores italianos en el plano táctico”.
El seleccionador Cesare Prandelli parece que optará por un esquema 4-1-4-1 con dos hombres en cada banda para frenar a los rápidos extremos ingleses; Abate y Candreva estarán en la derecha mientras que Matteo Darmian y Claudio Marchisio se situarán en la izquierda.