El futuro de las plataformas petrolíferas offshore cercanas a las costas de Italia se decidirá el domingo en un referéndum.
Los italianos se pronunciarán en las urnas si hay que revocar o no las concesiones para la extracción de gas y petróleo de los yacimientos marítimos situados a menos de 12 millas náuticas (22 km) de la costa, y en un caso incluso a 2 km de una playa cerca de Rávena, en el Adriático.
Los ecologistas y el gobierno de izquierda de Matteo Renzi están divididos respecto a cuánto tiempo pueden las petroleras explotar estos yacimientos en alta mar.
Las concesiones permiten perforar dentro de un límite de 22 km de las costas italianas hasta que las reservas de petróleo o gas se agoten, según dispone una ley vigente desde enero.
En caso de que gane el “sí”, se revoca la ley y por lo tanto el tiempo de funcionamiento de la concesión será limitado.
Si triunfa el “no”, la petrolera, esencialmente el grupo Eni, podrá explotar los yacimientos hasta el agotamiento.
Muchos observadores reconocen su desconcierto ante un referéndum en el que hay que responder afirmativamente para manifestar su oposición, lo que confunde al votante.
“Mejor dicho, si ponemos ‘sí’ es a favor del medio ambiente y si ponemos ‘no’, no lo es”, resumió una fuente diplomática.
El asunto es complejo y cuestiona la política energética de Italia, por lo que el primer ministro ha lanzado un llamamiento a favor de la abstención.
El resultado será válido sólo si vota el 50% más uno de los electores, incluidos los residentes en el exterior.
Los ecologistas consideran que las plataformas en el frágil mar Mediterráneo son un peligro y temen un desastre ecológico, además de la contaminación que provoca ya en las especies marinas.
“Con el ‘sí’, Italia elige la energía renovable”, sostiene Giulio Kerschbaumer, de 34 años, de la organización ecologista Legambiente de Emilia Romaña, la región donde se encuentra Rávena.
La opinión pública italiana está dividida sobre las perforaciones marítimas y algunos temen que esas actividades de búsqueda, perforación y extracción de hidrocarburos líquidos y gaseosos contribuyan a debilitar la salud del Mediterráneo, que desde hace tiempo está enfermo, un tema central de investigaciones medioambientales europeas.
Intereses en juego
La última encuesta disponible, realizada por el Istituto Piepoli y publicada el 4 de abril, calcula que el 65% de los interrogados está a favor de la derogación de la ley, es decir en contra de las perforaciones, el 14% en contra, mientras que un 21% no tiene opinión. El porcentaje de abstención sería muy alto de todos modos, según la entidad.
La renuncia hace pocos días de la ministra de Desarrollo Económico, Federica Guidi, involucrada en un escándalo de tráfico de influencias en favor del grupo petrolero francés Total -con inversiones gigantescas en el sur de Italia-, demuestra que hay muchos intereses económicos.
Nueve regiones (Basilicata, las Marcas, Apulia, Cerdeña, Véneto, Calabria, Liguria, Campania y Molise) con operaciones en alta mar apoyan la celebración del referéndum. Entre las 21 concesiones que se encuentran dentro de la zona de las 12 millas, dos están en Emilia Romaña, la región de Rávena, antigua capital del Imperio Romano, y la ciudad de Dante Alighieri.
La región cuenta también con 47 de las 92 plataformas existentes, y su economía depende mucho de ellas.
El sindicato FILCTEM considera que al desmantelar las plataformas al término de las concesiones se perderían 2.500 puestos de trabajo.
Un estudio de la Fundación de Investigación Nomisma calcula que unos 140.000 puestos de trabajo dependen directa o indirectamente de la explotación de hidrocarburos.
Riesgo de contaminación de los recursos naturales
Gianluigi Bambini, que dirige una empresa de transporte marítimo, mide ya los efectos negativos de la consulta popular. “Teníamos 264 empleados en esa región hace 18 meses, ahora no superamos los 180”, contó, mientras uno de los buques de su compañía se acercaba a la plataforma con sus enormes tubos cargados de almejas.
Recogidas por buceadores, cocinadas con tomate y cebolla, el exquisito plato fue servido durante un banquete organizado por los partidarios del “no” en Rávena, un gesto para demostrar que no hay peligro de contaminación.
El presidente de la asociación local de mariscadores, Giovanni Fucci, lucha para salvar la reputación de sus mariscos. Un reciente informe de Greenpeace denunció la presencia de metales pesados e hidrocarburos en ellos.
“Cada 15 días, los inspectores toman muestras, las analizan y deciden si son aptos para el consumo humano. Las almejas de la región son apreciadas por los mejores chefs italianos por su sabor y calidad”, sostiene Fucci.