El vicepremier y ministro del Interior Matteo Salvini, 45, líder de la ultraderechista Liga, volvió a disparar contra las naves de organizaciones humanitarias que ayudan a rescatar a miles de migrantes en el Mediterráneo. Mientras el barco "Aquarius" y dos naves militares italianas se aprestan a desembarcar hoy en Valencia, España, a 630 refugiados a los cuales Salvini negó el acceso de puertos de la península, el ministro advirtió a dos naves humanitarias de bandera holandesa, una de ellas es en realidad alemana, que "tendrán que buscarse puertos no italianos adonde dirigirse".
Las naves de organizaciones humanitarias son la Lifeline y la Seefuchs.
El "Aquarius", con 630 náufragos que habían salido de Libia, estuvo varios días a veinte millas de Malta, que tampoco aceptó recibir a los migrantes, hasta que el nuevo gobierno socialista español, del presidente Pedro Sanchez anunció la decisión de dar refugio a los desesperados.
Los españoles han respondido con una oleada de solidaridad. El “Aquarius”, que es un barco de porte mediano y no podía hacer 1.400 km hasta Valencia sin ayuda, recibió el socorro de una nave militar, la Orione de la Marina, y un barco, el Diciotto, de la Guardia Costera , ambos italianos, que embarcaron a 500 personas.
Las tres naves se están acercando a Valencia, en medio de las expectativas de toda Europa y el mundo. Más de 600 periodistas se han concentrado en la ciudad y las instalaciones construidas para la Copa América serán utilizadas para la recepción de los migrantes. Mil voluntarios están listos: cada migrante será acompañado por uno de ellos. Los más de cien niños que viajan solos serán llevados a un centro especializado.
La reacción de los valencianos es una buena lección para los italianos, en su mayoría partidarios de aplicar la mano dura sin compasión a los migrantes. El alcalde de la ciudad sobre el Mediterráneo, Joan Ribó, mostró en el balcón del municipio un gran cartel que decía: "Valencia, ciudad refugio".
Por su parte, el embajador de Francia en España llamó a la vicepresidenta española para poner a su disposición "todos los medios que sean necesarios" para llevar a ciudades francesas a inmigrantes del Aquarius que expresen su deseo de asentarse en ese país.
Pedro Sánchez, solidario
El gobierno de Pedro Sánchez anunció dos medidas que son el exacto opuesto de la línea rígida italiana. En primer lugar, el presidente del gobierno ordenó quitar el alambre de púas colocado en Ceuta y Melilla para impedir el ingreso a los dos enclaves españoles en Marruecos, porque su despliegue "no es civilizado". Por otro lado, el gobierno español anunció que los servicios sanitarios nacionales han sido extendidos también a los refugiados extranjeros.
Matteo Salvini, el ministro del Interior italiano que se comporta de hecho como un primer ministro, dijo que que “Italia no quiere ser más cómplice del negocio de la inmigración clandestina”. Agregó que lo hacía “por el bien de todos”.
Por su parte, Lifeline, la ONG alemana, respondió duramente a Salvini. "Cuando los fascistas se hacen promoción…" Salvini retrucó que este ataque "al vicepremier de Italia" garantiza que "éstos no tocarán nunca más tierra en Italia". Los alemanes retrucaron a su vez que: "nosotros no quisimos decir que Salvini es fascista... Se nos resbaló el mouse de la computadora".
La atención general está fijada en un escenario enorme, dominado por el Mediterráneo donde varias naves siguen rescatando náufragos que no se sabe donde desembarcarán (teóricamente sólo los barcos con bandera italiana tienen acceso a los puertos de la península).
Una nave española está acompañando al cortejo de tres barcos que se acercan a Valencia "y nos da idealmente la bienvenida en España", dijo el voluntario de SOS Mediterráneo Alessandro Porro.
Emergencia en el mar
Una de las dos naves humanitarias "advertidas" por Salvini, rescató anoche un "gomón" con 118 personas a bordo, entre ellos 14 mujeres y un bebé.
La nave militar norteamericana "Trenton", que rescató frente a las costas de Libia a 41 personas hace 5 días, transfirió ayer a una nave de la guardia costera italiana a los migrantes. Como carecía de cámaras frigoríficas, la "Trenton" se vio obligada a abandonar en el mar a 12 cadáveres. Aunque prometió que no aceptaría que ninguna nave con bandera extranjera desembarcara migrantes en puertos italianos, Salvini debió "tragarse" el arribo del banco británico "Protector", con 48 migrantes a bordo, iraquíes y paquistaníes, en el puerto de Reggio Calabria.
Valencianos se ofrecen a alojarlos en sus casas
En España han surgido expresiones de solidaridad, tanto a nivel de regiones que se han ofrecido a recibir parte de los migrantes, como a nivel de los ciudadanos.
El gobierno regional de Valencia anunció en Twitter haber recibido “2.515 llamadas y correos de ciudadanos y ciudadanas para ayudar al Aquarius”.
"La gente ha estado llamando bastante, se ofrecen para colaborar, para lo que sea, para servir de traductores, otros ofrecen sus casas para recibir a los migrantes", señaló Johnson Tamayo, un voluntario que trabaja en información de Cruz Roja y que estará hoy colaborando.
“Ésta es la llegada con la mayor cantidad de migrantes de una sola vez” a España, admitió un representante de la Cruz Roja local, Íñigo Vila.
De todas maneras, España es la tercera vía marítima de entrada de inmigrantes irregulares a la Unión Europea (UE), por detrás de Italia y Grecia, con 9.315 en lo que va de año, según la Organización Internacional para las Migraciones (OIM).
Sólo entre viernes y sábado al mediodía casi 1.000 migrantes fueron rescatados en precarias embarcaciones tratando de alcanzar las costas españolas.
No obstante la solidaridad generalizada, unos pocos manifestantes se mostraron en contra de la recepción de los refugiados, portando carteles contrarios a su desembarco en las inmediaciones del puerto de Valencia.
En el Aquarius vienen 450 hombres adultos y 80 mujeres, al menos 7 de las cuales están embarazadas, 11 menores de 13 años y 93 adolescentes.