Italia reabrió sus fronteras a los europeos este miércoles en un crucial paso hacia la normalidad tras el vendaval sanitario y económico del coronavirus, que sigue azotando a América Latina.
En el terreno científico, la polémica volvió a surgir con el anuncio de la Organización Mundial de la Salud (OMS) de que los ensayos clínicos del fármaco hidroxicloroquina se reanudarán, tras haber sido suspendidos para efectuar una revisión de seguridad.
Ese fármaco, derivado de la cloroquina, es objeto de un enconado debate entre los médicos que lo utilizan y que aseguran que ayuda a mejorar el estado de salud de los infectados, y los que señalan que puede tener efectos secundarios graves.
La prestigiosa revista médica The Lancet, que había publicado un estudio de dimensiones mundiales, que desaconsejaba enérgicamente el uso del fármaco, se vio obligada a tomar distancias y admitió que deberá revisarlo, ya que el informe plantea "serias cuestiones científicas".
La pandemia ya ha causado más de 382.000 muertos y ha contagiado a cerca de 6,5 millones de personas en el mundo, según un recuento de la AFP hasta este miércoles.
Italia, primer epicentro de la pandemia en Europa, permite a sus ciudadanos desplazarse libremente entre regiones a partir de este miércoles, y reanudó los vuelos internacionales en al menos tres ciudades importantes: Roma, Milán y Nápoles.
"El país está volviendo a la vida", expresó el ministro de Asuntos Regionales, Francesco Boccia.
Sin embargo, aún continúan cerradas las fronteras de otros países europeos, un tema que aún debaten los gobiernos. Italia volvió a pedir el miércoles "reciprocidad" a sus socios.
Alemania anunció que pondrá fin a partir del 15 de junio a las restricciones para los viajes turísticos en Europa.
España, con casi 28.000 muertos, levantará la cuarentena para los extranjeros el 1 de julio, y Reino Unido, el más enlutado de Europa con unas 40.000 muertes, se plantea recibir turistas de algunos países considerados como seguros.
En Francia, donde el virus causó más de 29.000 muertos, cafés y restaurantes ya reabrieron y se permite ya viajar a cualquier punto del país.
Pero el rastro de dolor y de crisis económica sin precedentes sigue generando polémicas en Europa.
El gobierno español logró la aprobación de la que será su última prolongación del estado de alarma, hasta el 21 de junio, tras un duro debate en el parlamento.
"No ha sido capaz de salvar vidas, ni ha defendido la economía, ha dejado atrás a miles de personas", le reprochó al gobierno Pablo Casado, líder del opositor Partido Popular (conservador).
Por su parte el principal responsable de la política de lucha contra el coronavirus en Suecia, el epidemiólogo Anders Tegnell, reconoció que quizás podían haber adoptado una política más estricta.
Suecia no impuso un confinamiento a su población, y hasta ahora ha contabilizado cerca de 4.500 muertos.
La situación es muy preocupante en América Latina, donde se registran más de 1,1 millones de contagios y unos 55.000 muertos.
En los próximos días, Brasil podría superar a Italia en número de muertes. Es el país más castigado en la región con unos 555.000 casos y más de 31.000 decesos.
La producción industrial brasileña se desplomó un 18,8% en abril a causa de la crisis.
Ante el desastre, el estado de Sao Paulo reanudó actividades de ventas en centros comerciales. Y Rio de Janeiro permitió ya ir a lugares de culto y practicar deportes acuáticos.
Una vacuna para la covid-19 desarrollada por la Universidad de Oxford y la farmacéutica AstraZeneca será testada en junio, con 2.000 voluntarios brasileños.
Otro país que intenta probar el desconfinamiento ante el desastre económico es Venezuela, donde abrieron sus puertas bancos y negocios privados.
"El coronavirus no es un juego", reconocía el encargado de una zapatería en Caracas, Rubén Castillo. Pero "había necesidad de trabajar", expuso.
Las autoridades sanitarias de Chile prorrogaron por cuarta semana la cuarentena que rige en Santiago. El país cuenta con más de 113.000 afectados y 1.275 fallecidos.
En Ecuadro, Quito también empezó lentamente el regreso a la normalidad, tras once semanas de confinamiento. "Hoy Quito cambia a semáforo amarillo", dijo en Twitter el presidente ecuatoriano Lenín Moreno.
En Estados Unidos, expertos temen que la ola de protestas iniciada a raíz de la muerte de un ciudadano negro a manos de un policía blanco provoque un repunte de los contagios.
El país es el más afectado del mundo en términos absolutos con más de 106.180 fallecidos y 1,84 millones de casos.
En otras regiones del mundo, Rusia también avanza hacia la normalidad y ya convocó a un referendo constitucional para el 1 de julio, aunque siguen los temores a un rebrote. En Irán, por ejemplo, hay un nuevo pico de la pandemia.