La investigación al preparador italiano Michele Ferrari, al que la Agencia Estadounidense de Dopaje (Usada) describió como fundamental en el sistema de doping del ex ciclista estadounidense Lance Armstrong, abrió una “caja de Pandora” de sus negocios turbios, según afirmaron ayer en Italia.
En este sentido, de acuerdo al diario deportivo la Gazzetta dello Sport, Ferrari le daba a los ciclistas y a otros deportistas de alto nivel un “todo incluido”, que constaba de un programa de doping, información para superar los controles y un abogado en caso de que algún examen diera positivo.
La investigación, llevada adelante por el fiscal Benedetto Robertti en Padua, revela una extensa red de negocios turbios y blanqueo de dinero en varios países europeos.
Ferrari fue suspendido de por vida por la Usada por su papel en el sistema de doping de Armstrong. En Italia fue absuelto después de una apelación en 2006 y los hechos han prescrito después de que fuera condenado en primera instancia por ejercer de manera ilegal la profesión de farmacéutico.
El preparador italiano negó que haya ayudado a Armstrong a doparse, a pesar de los numerosos testimonios de ex compañeros de equipo que revelaban los vínculos entre su hijo Stefano y el polémico ciclista.
Según la Gazzetta dello Sport, Ferrari será llamado para responder sobre varios cargos, entre ellos el contrabando, distribución, administración y utilización de productos para doping, además de evasión fiscal y blanqueo de dinero.
Bajo el título “El sistema Ferrari”, el diario informa que los investigadores encontraron un complejo sistema en el que grandes sumas de dinero, alrededor de 30 millones de euros, circularon por distintas cuentas bancarias de Suiza con la complicidad de varios implicados en puestos clave.
Decenas de deportistas estarían implicados en este escándalo a través de un sistema de evasión fiscal utilizando los ingresos por derechos de imagen. Esta treta les permitiría eludir las normas de la Unión Ciclista Internacional (UCI) en lo que se refiere a los contratos entre los equipos y los ciclistas.
Michele Ferrari es el primero de los damnificados en un caso en el que grandes nombres del ciclismo en activo ya han tenido que abandonar sus puestos de trabajo; tal es el caso de Matt White como director deportivo del equipo Orica-Greenedge, Johan Bruyneel como director general del Team Radioshack o, el más reciente, Levi Leipheimer, quien ha visto cómo su equipo, el Omega Pharma-Quick-Step, ha decidido rescindir su contrato 'con efecto inmediato'.