La sorprendente victoria en Roma y Turín del Movimiento 5 Estrellas, supone un duro revés político para el primer ministro italiano Matteo Renzi, quien llegó al poder con promesas de reformas radicales y confirma el hartazgo de los italianos hacia la política tradicional.
“Se trata sin duda de una derrota para nosotros. Perder las alcaldías de Roma y Turín es algo que duele”, confesó Matteo Orfini, presidente de Partido Democrático de Renzi, en una entrevista al diario La Stampa.
El primer ministro Renzi reconoció la paliza recibida por su partido, el PD, de centro izquierda, en la segunda vuelta el domingo de las elecciones municipales.
Los comicios tuvieron lugar en capitales importantes de provincia, como Roma, Turín, Milán, Bolonia y Nápoles. En la capital italiana, su candidato, Roberto Giachetti, fue ampliamente derrotado por Virginia Raggi, una abogada de 37 años, sin experiencia política, quien literalmente arrasó.
Si bien su victoria se perfilaba desde la víspera, la brecha de 35 puntos entre los dos candidatos resulta una sorpresa y a la vez un castigo al partido que ha gobernado por décadas la capital, azotada en los últimos años por los escándalos de corrupción y malos manejos.
Destronar al actual alcalde de Turín, Piero Fassino, de 67 años, figura histórica del PD, ha sido también un inesperado golpe a uno de los mayores feudos de la izquierda. La candidata Chiara Appendino, de 31 años, sin experiencia alguna, remontó diez puntos a Fassino, decretando su definitiva salida del escenario político.
Una de las pocas satisfacciones que el PD ha obtenido es la victoria en Milán, donde su candidato, Giuseppe Sala, ganó con el 51% de los votos.