Roma. Las autoridades italianas, que acaban de poner la base de Sigonella al servicio del operativo en curso contra el Estado Islámico (EI) en Libia, ampliaron el área de máxima seguridad en la Plaza de San Pedro, incluidos el Coliseo y los Museos Vaticanos.
Por otra parte, el Ministerio de Justicia vinculó ayer a los yihadistas con redes de contrabando de migrantes.
La medida ha sido aplicada también a las iglesias y otros objetivos religiosos en diferentes puntos de la ciudad, incluso en los barrios periféricos. Lo mismo ocurrió alrededor del Coliseo y en la Vía del Corso, una calle muy comercial que parte por la mitad al casco histórico de Roma, que estará vigilada por patrullas de las fuerzas del orden y militares.
Se trata de cambios en el plan antiterrorista vigente en la capital italiana para reforzar la seguridad durante el período veraniego.
También se reforzará la seguridad durante los diferentes eventos que cuentan con una masiva participación de público, como los conciertos.
En tanto, el grupo yihadista Wilayat Sayna, vinculado al Estado Islámico (EI), difundió un video de 35 minutos donde una voz en off amenaza atacar a Israel en el futuro próximo y conquistar Roma.
“Esto es sólo el comienzo”, afirma el grupo, y sigue: “Nuestros encuentros se realizarán en Roma y en Jerusalén. Judíos, espérennos, serán castigados severamente y próximamente pagarán un alto precio”.
Italia se comprometió ayer a poner la base militar de Sigonella y su espacio aéreo a disposición del operativo militar de los Estados Unidos, a pedido del gobierno libio de Trípoli, reconocido internacionalmente, contra el feudo del EI libio en Sirte.
La puesta en marcha de esta decisión, ya tomada durante una reunión en Washington el 21 de julio, se aceleró a partir de la proliferación de atentados reivindicados por el EI en todo el mundo, que ya costaron más de 500 víctimas fatales.
Según el prestigioso diario Corriere della Sera, si bien el objetivo de los estadounidenses se limita a liberar Sirte del EI, esta reconquista busca legitimar más al gobierno de Trípoli y dejarle un claro mensaje a la población, especialmente a los jóvenes libios.
Italia es el principal país receptor de refugiados libios que llegan desde la peligrosa ruta del Mediterráneo desplazados por la situación de su país. De hecho, allí hay actualmente entre 700.000 o incluso hasta un millón de inmigrantes y refugiados, según la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), organismo de la ONU dedicado a los desplazamientos de población.
Para llevar adelante esa travesía en precarias barcazas, donde miles de personas mueren por mes, desde varias organizaciones de Derechos Humanos, como la Unesco, se han denunciado redes de tráfico de personas.
Pero hoy, la denuncia más fuerte llegó desde el Ministerio de Justicia de Italia: fiscales italianos están investigando si el EI está detrás del negocio del contrabando de migrantes a Europa.