Sus dos metros de altura, su dificultoso castellano, su ira contenida, su extraña presencia lo convirtieron en el centro de las miradas. Él no debía ser el eje del asunto sino su madre y su tía que, según él mismo había denunciado, habían llegado a Mendoza desde Israel y habían desaparecido. Dos semanas después, la Policía encontraría los cadáveres de las hermanas en su casa, pero Gilad Pereg sólo seguiría asombrando a todos.
Si bien la instrucción de la causa se aproxima a su fin, ante las evidencias contundentes en contra del ex militar israelí, ello se debe a que los asesinatos de Pyrhia Sarusi y de Lily Pereg están prácticamente resueltos. Pero para el lector, no sólo mendocino sino de todo el mundo, los investigadores y, por supuesto, la prensa aún persisten interrogantes ya que sólo se han podido reconstruir los hechos a partir de algunas evidencias.
¿Por qué las mató?
Una de las hipótesis que cobra más fuerza es la del móvil económico. Se sabe que Gilad Pereg creaba sociedades de empresas y luego las vendía. Pero los fondos provendrían de lo que su madre le enviaba periódicamente. Según los registros del Banco Nacional y de publicaciones en el Boletín Oficial provincial, Pyrhia Sarusi constituyó al menos cinco empresas de servicios como construcción, importación y comercio entre 2011 y 2015. Ella figuraba como socia en esas compañías y su hijo como director titular. ¿Su madre llegó para poner fin a esa sociedad comercial entre ambos? ¿Se negó a enviarle más dinero y, sabiendo que se le "cortaría el chorro" Gilad las mató? ¿O quiso quedarse con los 10.000 dólares que los familiares de las mujeres aseguraron que traían a Mendoza?
Si el dinero no fue el motivo de los bestiales crímenes, ¿las mujeres vieron algo que no debían ver? ¿Le hicieron alguna observación sobre el retorcido modo de vida que llevaba el ingeniero electrónico en una habitación oscura, donde sólo tenía un colchón roído que compartía con su veintena de gatos y ello lo ofuscó?
¿Cómo pudo pasar dos semanas con los cuerpos enterrados su casa?
La fecha exacta en que las mujeres fueron asesinadas no se ha revelado hasta el momento. Pero es seguro que ingresaron con vida al extenso terreno de Pereg el 12 de enero por la mañana, cuando las captó una cámara de seguridad del cementerio de Guaymallén, ubicado frente a la casa del acusado, y nunca más salieron. Luego Gil denunció la desaparición de las mujeres y craneó un detallado discurso que repitió varias veces ante los investigadores. Finalmente, pruebas científicas (una mancha de sangre hallada en su remera y otros rastros hemáticos en una bolsa de cemento dentro del predio) le permitieron a la fiscal de Homicidios Claudia Ríos arrinconarlo hasta encontrar los cadáveres. Los cuerpos no sólo habían sido enterrados con meticulosidad y vejados con hierros post mortem sino que Gilad tuvo la frialdad de compartir el terreno durante días y hasta posar muy cerca del lugar donde yacían. La imagen fue inmortalizada por un fotógrafo de la agencia de noticias Télam. ¿ Fue una provocación perversa o una muestra de insania?
¿Por qué la obsesión por el dinero y la seguridad?
Los investigadores creen que Gilad Pereg vivía del dinero que obtenía tras vender sociedades de empresas que él conformaba. Su elevadísimo coeficiente intelectual, sin embargo, no siempre le permitían hacer buenos negocios. Varios de sus emprendimientos fracasaron y terminó con deudas por 9 millones de pesos. Fuentes de la investigación admitieron con asombro que durante los allanamientos en la casa del ex militar, él sólo se mostraba preocupado por el dinero que le habían secuestrado (al menos tres millones de pesos) y por sus gatos, en lugar de preguntar por su mamá y su tía.
Tampoco sus perros le importaban mucho ya que los tenía atados con correas de ahorque porque "se comían a los gatos". El arsenal de 42 armas de fuego de puño y cientos de proyectiles, sumados a un cerco eléctrico y cámaras de videovigilancia en el perímetro de su casa también sorprenden. ¿Padecía un trastorno paranoide que lo llevaba a creer que estaba siempre en peligro? De hecho, durante los primeros allanamientos se dio el lujo de hablar con la prensa y acusar a sus vecinos por supuestos hechos de inseguridad que había sufrido.
¿Por qué quiso ver el cuerpo de su madre?
Sólo después de que la fiscal le notificara la imputación por el homicidio agravado por el uso de arma de fuego en perjuicio de su tía, Gilad preguntó por los restos de su mamá. "Quiero ver si es el cuerpo de mi madre", le pidió a Ríos. El rechazo fue rotundo no sólo porque está imputado por el asesinato de la mujer sino porque los restos ya eran trasladados a Buenos Aires. Sin embargo, segundos después, su atención volvió a centrarse en lo que, al parecer, más quiere: sus mascotas. Incluso llegó a amenazar a la funcionaria judicial con quitarse la vida si no lo dejaba ir a cuidar a sus gatos. Tras pedir por el cuerpo de su madre solicitó que le llevaran los felinos al penal San Felipe, donde permanece aislado. También recibió el rechazo.
¿Con quién se reunía en cafés del Centro?
Varios mozos, esos testigos silenciosos de tantas historias en bares y cafeterías de la ciudad, han contado a Los Andes que Pereg solía reunirse en esos lugares con potenciales clientes o socios. Los investigadores han ratificado esos datos.
Su aspecto desalineado y carente de higiene, que acompañaba con largas rastas cubiertas con una mezcla de barro, no le permitían pasar desapercibido. Por eso todos recuerdan cuando llegaba portando bolsas de nylon donde guardaba gordos fajos de billetes y se sentaba con distintos hombres de negocios, justamente, a negociar. Pero ¿quiénes eran esos clientes o socios? ¿Confiaban en él a pesar de su aspecto de indigente? ¿Qué les decía o hacía para que cerraran tratos con él?
Algunos de esos negociados evidentemente no terminaron bien. Pereg radicó varias denuncias por daños y perjuicios contra varios de los sujetos con los que había cerrado tratos, pero también fue denunciado por algunos.
En su terreno en calle Roca al 6000 de Buena Nueva intentó habilitar sin éxito unas canchas de fútbol. Había logrado instalar unas de pádel y un restaurante en San Martín hace unos años, donde se hacía llamar Floda Reltih (Adolf Hitler, al revés) pero, según indicaron vecinos a este diario, Pereg debió alejarse del Este tras un escándalo con tintes sexuales. Otro de sus negocios fue la compra y venta de dólares en las inmediaciones de la galería Tonsa.
¿Quién lo habilitó para tener 42 armas de fuego?
En 2014 el excéntrico israelí obtuvo su Credencial de Legítimo Usuario (CLU) de armas ante la Agencia Nacional de Materiales Controlados (Anmac), permiso que le permitía tener armamento y que vencía en junio próximo. Para obtenerlo debió sortear con éxito, entre otros requisitos, un examen psicofísico. Así compró unas 10 pistolas y revólveres en Mendoza y sumó un total de 42 armas de puño. También tramitó una tarjeta de tenencia para cada una de ellas.
Pero el dilema aquí es quién fue el profesional médico que le otorgó un certificado que lo consideraba apto para tenerlas y cómo obtuvo el certificado de medios lícitos cuando su situación financiera no era precisamente trasparente y ordenada. Parece que para ello la constancia de ingresos fue suficiente.
Aunque lo que demostraría que planeó con anticipación los asesinatos de sus familiares es el hecho de que el 8 de enero pasado, unos días antes de que las israelíes llegaran a la provincia, denunció el falso robo de tres de esas armas: una pistola calibre 9mm y dos calibre 38. Ese armamento fue secuestrado en su casa y luego se comprobó que los tres tiros que terminaron con la vida de Lily Pereg salieron de uno de los revólveres calibre 38 Special. La causa de muerte de Pyrhia se conocerá cuando estén los resultados de análisis anatomopatológicos.
¿Por qué no escapó cuando pudo?
Antes de denunciar la desaparición de su madre y de su tía, Gilad Pereg, quien usaba el nombre Nicolás para camuflarse ente los criollos, tuvo la oportunidad de escapar en un vuelo a Roma, pero no lo hizo. ¿Por qué? ¿Qué lo detuvo? ¿Fue esa una torpeza, como el haber declarado que las mujeres habían quedado en la parada de colectivos para regresar a un departamento céntrico que habían alquilado cuando no fue tan difícil comprobar que no había sido así? Pereg sacó un pasaje a Italia en noviembre ni bien se enteró de que sus familiares vendrían a visitarlo. Los pesquisas creen que lo hizo para planear su escape tras cometer os crímenes que ya tenía pensado cometer. Pero saber por qué no dejó los cuerpos y escapó todavía es un misterio.