En esta delicada telaraña en la que se han convertido los intentos de ceses de fuego en la Franja de Gaza, las principales facciones palestinas -con Hamas y la Yihad Islámica a la cabeza- e Israel volvieron a acordar ayer una tregua humanitaria de 72 horas, que entraría en vigor hoy por la mañana.
Este sucede apenas cinco días después de que se rompiera otro pacto de no agresión cuando Tel Aviv acusó a Hamas de secuestrar a un soldado que había muerto en combate.
En una curiosa dinámica a la que ya acostumbró esta crisis, los dos bandos en disputa aceptaron la tregua mientras los combates seguían. Ayer, Israel reanudó su operación militar tras un breve cese el fuego de 7 horas dispuesto de manera unilateral.
En Rafah (sur), dos niños y una enfermera murieron camino al hospital. En Shati, al oeste de Gaza, un proyectil lanzado contra un edificio mató a tres palestinos, entre ellos una nena de 8 años.
Desde el inicio de la operación Barrera Protectora el 8 de julio, la ofensiva israelí mató a más de 1.850 palestinos, en su mayoría civiles.
El clima creado por los enfrentamientos llegó ayer incluso a Jerusalén, donde un joven palestino embistió con una excavadora contra un ómnibus y mató a un judío ortodoxo. La Policía abatió al atacante y calificó su accionar como “terrorista”.
Del lado israelí, la decisión de aceptar la tregua de tres días fue adoptada por el gabinete de ministros después de que tanto el premier, Benjamin Netanyahu, como el titular de Defensa, Moshe Yaalón, dieran su visto bueno a esa opción.
La medida pudo ser consensuada después de que se completara la destrucción de los túneles de Hamas, la misión principal que las tropas terrestres esgrimieron en su ingreso a la Franja de Gaza, el 17 de julio.
A pesar del acuerdo, Netanyahu es muy claro respecto de la permanencia de sus tropas en territorios palestinos. “La campaña en Gaza prosigue. Sólo acabará cuando se haya restablecido de forma prolongada la calma y la seguridad de los ciudadanos de Israel”, dijo.
Si prospera la interrupción de hostilidades durante tres días, una delegación israelí visitará El Cairo. La propuesta de Egipto es que se aborde un plan global de paz y sellar el actual conflicto con una serie de acuerdos.
La misión negociadora palestina ya había anunciado ayer temprano que aceptaba la tregua en Gaza a través del jefe de la misión, el dirigente de Al Fatah Azam al Ahmed.
Los palestinos pidieron garantías internacionales de que Israel se abstenga de lanzar ataques militares, para que se pueda realizar la asistencia de las Naciones Unidas.
También exigieron total control del aeropuerto y del puerto, además de libre paso entre la Franja de Gaza y Cisjordania, una exigencia tildada como “completamente irreal” por los negociadores de Tel Aviv.
El que comienza hoy a las 8 de la mañana es el cuarto intento de un cese el fuego acordado en forma bilateral, y los cuatro fueron rotos por una de las partes o por las dos.
El último fue el viernes pasado, cuando Israel denunció el secuestro de un soldado que luego apareció muerto en combate. El anterior había sido el 16 de julio, por pedido de la ONU, que fue roto después de que Israel recibiera cohetes del lado palestino.
Dos días antes, por pedido de Egipto, se pactó una tregua humanitaria, pero se quebró en las mismas circunstancias.
Esta nueva tregua de 72 horas llega en momentos en que aumenta la reprobación internacional por la ofensiva israelí. El tercer ataque en diez días contra una escuela de Naciones Unidas en Rafah, que acogía a refugiados palestinos, provocó el domingo la indignación internacional.
“Es un ultraje moral y un acto criminal”, señaló indignado el secretario general de la ONU, Ban Ki Moon, mientras que Estados Unidos dijo estar “horrorizado” por el nuevo bombardeo.
El presidente francés, François Hollande, hizo un llamamiento a “actuar” para poner fin a las “masacres” en la Franja de Gaza.
Con una retroexcavadora chocó un micro y lo abatieron
Una presunto terrorista palestino murió y cinco personas resultaron heridas ayer en un ataque con una excavadora contra un micro del transporte público en Jerusalén Este, cuyo autor fue abatido por la policía, indicaron fuentes médicas.
La excavadora embistió y volcó el micro, en el que, por fortuna, sólo se encontraba el conductor, así como un vehículo privado, según la policía.
El chofer del colectivo resultó herido en este accidente, descrito por la policía como un "ataque terrorista".
Dos policías y un tercer hombre armado, que pasaban por el lugar, dispararon contra el conductor de la excavadora, un hombre de 25 años, y lo mataron, indicó el jefe de la policía de Jerusalén, Yosi Pariente.
El ataque se produjo en una carretera situada en el límite entre Jerusalén Este, ocupado y anexionado, y Jerusalén Oeste.
"BombGaza", juego macabro
Usuarios de redes sociales criticaban ayer la permanencia en Google Play, la tienda de aplicaciones de Android, del videojuego “BombGaza” (bombardear Gaza) en el que los usuarios deben “lanzar bombas y evitar matar civiles”, según su descripción.
La aplicación fue subida a Google Play el 29 de julio y desde entonces fue descargada cerca de 1.000 veces, según la información disponible en la tienda de apps.
El videojuego consiste en lanzar desde aviones de combate con la bandera de Israel misiles contra militantes de Hamas, caracterizados con un rifle en la mano, un atuendo negro y una vincha verde, evitando que los proyectiles caigan sobre los civiles.
Reportes de jugadores indican que es imposible que las bombas no impacten sobre los civiles. Ayer, el juego continuaba disponible para su descarga gratuita.
La amenaza de los túneles vacía un kibutz cerca de la Franja
En Kfar Aza, un kibutz israelí cercano a la Franja de Gaza, ya no quedan niños y sólo algunos adultos siguen viviendo en esta cooperativa agrícola, por temor de un ataque del movimiento islamista Hamas a través de los túneles que llegan hasta Israel.
“Estábamos acostumbrados a los obuses y los cohetes, pero la amenaza de los túneles de los que podrían salir terroristas realmente nos da miedo”, reconoce Noam Stahl, portavoz de esta localidad.
En este kibutz, situado frente al campamento de refugiados palestino de Jabaliya, en el norte de la Franja, quedan menos de 100 personas, y 250 niños fueron evacuados por precaución.
“Exigimos al gobierno que garantice nuestra seguridad, y estamos realmente decepcionados por que después de tantos años Israel no haya encontrado una solución”, lamenta Noam Stahl.
La operación “Barrera Protectora”, lanzada el 8 de julio, tenía como objetivo precisamente poner fin al lanzamiento de misiles y a los túneles “de ataque” que el movimiento islamista Hamas emplea para infiltrar comandos en territorio israelí. “No creo en la paz, pero hay que restablecer la calma para nosotros y para los habitantes de Gaza”, añade el portavoz.
Paseando por los caminos vacíos del kibutz, Noam Stahl muestra los daños causados por la docena de tiros de mortero que lo alcanzaron. En el kibutz reina un silencio apenas roto por los bombardeos israelíes en la Franja de Gaza y el lanzamiento de obuses hacia Israel.
“Aquí no escuchamos las sirenas de alerta, porque estamos muy cerca de la zona de los tiros”, explica Dudi Doron, de 56 años, que vive en Kfar Aza desde hace 30.
“Ya conocemos el lanzamiento de misiles, pero la amanaza de los túneles ha empeorado la situación. Nos preguntamos si aún podemos vivir aquí”, explica este padre de cinco niños.
“Escuché, al igual que mis vecinos, ruidos que venían del subsuelo, pero no nos tomaron en serio”, recuerda.
“Me gustaría ser optimista, pero en este momento es difícil creer que se vaya a encontrar el camino hacia la paz”, reflexiona amargamente Doron.
