En el océano Pacífico, en las Islas Marshall, se halla un antiguo cráter creado tras una detonación nuclear. En el lugar se guardan miles de toneladas de desechos radiactivos de las pruebas atómicas de Estados Unidos. Pero ahora esa "tumba" tiene filtraciones y nadie puede hasta el momento resolver el problema.
La cápsula de 358 paneles de hormigón de 45 centímetros de espesor fue construida por Estados Unidos en 1979 para contener los restos de las pruebas nucleares realizadas en dos atolones, Bikini y Enewetak. Unas 67 detonaciones realizadas entre 1946 y 1958 en el mar y en el aire, informó Clarín.
La estructura cubre un cráter artificial en que se guardan unos 85.000 metros cúbicos de desechos radioactivos. Según estima el diario británico The Guardian, su potencia equivaldría a la detonación diaria de 1,6 bombas como la caída sobre Hiroshima durante 12 años seguidos.
A pesar de su enorme tamaño, "la tumba" presenta defectos de construcción, por lo que no se cree que pueda mantener el material contaminado de forma indefinida.
En 2013, una inspección advirtió del deterioro. Así, se informó, el agua se acumulaba alrededor de los bordes de la cúpula, donde partes del hormigón ya habían comenzado a agrietarse. Bajo tierra, los desechos radioactivos ya habían empezado a salir del cráter.
Al mismo tiempo, un informe patrocinado por el Departamento de Energía de EE.UU. constató que incluso en el caso de "fallo catastrófico" ello no llevaría necesariamente a ningún "cambio significativo" en los niveles de radiación de la zona.
Según las estimaciones del documento, la estructura retiene tan solo un 0,8 % de los desechos nucleares producidos durante las pruebas. Es decir, esta no habría reducido casi nada el nivel general de la contaminación radioactiva existente en el atolón de Enewetak.
Sin embargo, las autoridades locales no cesan de advertir sobre el peligro que representan las posibles fugas del material conservado bajo la cúpula. La presidenta de la nación, Hilda Heine, alertó sobre este deterioro en noviembre del año pasado durante la cumbre virtual del Foro del Clima Vulnerable.
A principios de este año, un estudio realizado por investigadores de la Universidad de Columbia demostró que las regiones alrededor de las Islas Marshall incluso superan a Chernobyl cuando se trata de radiación.
Para rebajar algo la crisis, el investigador del Laboratorio Nacional Lawrence Livermore, Terry Hamilton, también experto del Departamento de Energía en las Islas Marshall, le dijo al diario Los Angeles Times que no creía que el área donde se encuentra la "tumba" sea un problema. “Bajo las condiciones de vida existentes, no existe una base radiológica por la cual yo o cualquier otra persona debería preocuparse por vivir en el Atolón Enewetak”, dijo.