El Iscamen y la lucha contra las plagas

El Iscamen ha desarrollado, en las últimas dos décadas, una importante labor en procura de declarar a Mendoza libre de plagas. Logró su objetivo en la zona sur, en la lucha contra las mosca de los frutos y ahora centrará su accionar en el oasis norte. Lo

El Iscamen y la lucha contra las plagas

Durante muchos años, la Argentina debió sufrir las consecuencias de los problemas que generan los errores en los controles fitosanitarios en sus productos de exportación. Quizá el ejemplo más palpable se dio con la aftosa, que provocó que, por décadas, la carne argentina no fuera aceptada en los principales mercados del mundo. Con el correr de los años, las exigencias se trasladaron a otros productos, como las frutas y las hortalizas y, en ese marco, el más común fue el de la plaga de la mosca de los frutos.

En el primero de los casos, en el de la aftosa, el accionar del Senasa fue importante, en razón de que logró la erradicación del flagelo y ahora no hay inconvenientes para la salida de carne al exterior. En el segundo, en el de la mosca de los frutos, Mendoza puede ser considerada pionera en la implementación del sistema de confusión sexual, a través de la gestión que
desarrolla el Iscamen. Cuestionado por muchos en un principio, el sistema dio excelentes resultados en el sur de la provincia, a punto tal que, desde el Valle de Uco hacia el sur, Mendoza ha sido calificada libre de plagas.

Pero el tema no pasa sólo por la propagación y siembra de machos estériles, sino que es necesario el establecimiento de barreras sanitarias a los efectos de evitar el traslado de frutas infectadas hacia las zonas liberadas.

Es lo que sucede en el interior de la provincia con los controles que se efectúan a la altura de Zapata, en el Valle de Uco, y de Ñacuñán, en el Este, mientras a nivel extra provincial los controles se realizan en todos los ingresos a Mendoza. En este último caso, esos controles están más asegurados en razón de que las provincias que rodean a Mendoza, a excepción de San Luis, también adoptan medidas similares para resguardar su producción.
 
Sólo resta, entonces, que el Iscamen refuerce su accionar en el oasis norte, donde la mosca sigue generando inconvenientes. El propio titular del Iscamen ha advertido sobre el tema y señala que el problema no es sólo fitosanitario sino que también es económico en razón de que la fruta que se traslada desde el Norte hacia el Sur para su industrialización, debe recibir tratamientos que generan costos adicionales, que la ecuación del negocio no está en condiciones de absorber.

Sin embargo, al problema de la Mosca debe sumarse ahora el de la polilla de la vid, una plaga que ingresó a Mendoza desde Chile y que se produjo como consecuencia de errores en los controles, en razón de que el vecino país había advertido, con la suficiente antelación, de la presencia del flagelo en la zona de Los Andes, cercana al límite.

Sin embargo, una vez que la polilla se instaló en una zona de Maipú, rápidamente se propagó aunque en este caso no por culpa del organismo oficial sino de los propios productores que no cumplieron con las advertencias que se realizaron para la circulación y traslado de uva desde una zona hacia otra. Ya se ha determinado inclusive una barrera en Pareditas, San Carlos, a los efectos de evitar el traslado de uva y permitir sólo el de mosto entre el Valle de Uco y el Norte, con el sur provincial.

El nuevo titular del Iscamen ha señalado que el organismo continuará trabajando para ganar la batalla tanto a la mosca de los frutos como a la polilla de la vid. Pero debe existir también la suficiente conciencia de parte de los productores y de la población en general para que esa lucha alcance los resultados deseados porque, en definitiva, todos, aunque no seamos productores, resultaremos beneficiados.

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