El viernes, por la tarde, el kitesurf celebraba su ingreso a la familia como una nueva disciplina olímpica para los Juegos de Río, después de que el Consejo de la Federación Internacional de Vela (ISAF) confirmara la exclusión de la clase RS:X en el programa para 2016. Pero ayer, al finalizar el día, los windsurfistas festejaron su retorno a la grilla de las disciplinas que lucharán por el oro en Brasil.
La noticia explotó en las redes sociales; los saludos y las congratulaciones le ponían fin a una campaña (Vote windsurfing for Río 2016) que nació en mayo al ser anunciada la exclusión de la clase RS:X de los Juegos. La navegante española Blanca Manchón, abanderada en la defensa del estatus olímpico del windsurf, ayer señaló: “Se ha hecho justicia”.
En la asamblea de Dun Laoghaire (Irlanda), se rebatió la decisión tomada el viernes que excluía al windsurf de Río. Del 67% al 75% hay una diferencia mínima. De los 38 miembros del Consejo fueron 26 los que votaron en contra de readmitir a la clase RS:X.
Las presiones de federaciones como Francia, Israel o Japón (que realizaron una fuerte inversión para crear programas para la navegación olímpica) precipitaron la introducción de una enmienda. En la reunión de ayer el windsurf fue readmitido como clase olímpica. Un regreso que parecía imposible.
Durante la reunión del Consejo, el 67% de sus miembros declinó una solución intermedia: mantener ambas disciplinas en los Juegos de Río. Lo ajustado de la votación del Consejo nada tuvo que ver con lo sucedido en la Asamblea General, en la que tienen voto 105 federaciones, siete vicepresidentes y el presidente. El resultado fue 59 votos a favor del windsurf, 32 votos en contra y 22 abstenciones.